Loli

He disfrutado de unos días maravillosos aquí en Los Ángeles, estar al cuidado a los pequeñines no me exige trabajo, que son muy inteligentes y aprenden de forma rápida, además de que son tranquilos e independientes, no son llorones, ni caprichosos, son una bendición para Alaia, para su familia y por supuesto, para mí, que los quiero como si fueran parte de mi familia, y soy feliz con ellos, a este paso dudo que algún día llegue a tener hijos propios así que me los disfrutaré todo lo que pueda.

El día está precioso y he traído a los peques para que pinten en la zona cubierta del patio, sonrío al verlos tan concentrados en lo que hacen, que no pueden ser más lindos.

—Preciosa, ¿Qué estás pintando? —me inclino a un lado de Alana, mientras traza unos pincelazos sobre el lienzo.

—Una For —dice muy seria y miro la flor abstracta que está pintando.

—Pero que bien te está quedando —acaricio su cabello con ternura y me acerco a Noah.

—Y ¿tu cariño?

—Unn Ato —hace un círculo de una rueda c