—¿Qué pasa?— Iker se volvió hacia Selene.

—Cuidado, ¿de acuerdo?

—No te preocupes, ¡soy Iker!— Iker le hizo un gesto de “ok” a Selene, —Guarda mis gafas de sol por mí, te las pediré de vuelta más tarde. ¡Descansa bien aquí!

—De acuerdo— respondió Selene de inmediato.

Luego, Iker se unió de inmediato al grupo y siguió a los lugareños para ayudar en el rescate.

Después de un tiempo indeterminado, el viento frenético comenzó a calmarse. Las carreteras estaban inundadas y el agua fluía hacia las áreas más bajas a una velocidad alarmante.

La lluvia seguía cayendo, sin signos de disminuir.

Mirando hacia abajo a través de las ventanas empañadas por la lluvia, el agua ya había alcanzado una altura de dos pisos y muchas casas estaban gravemente dañadas.

Agotada, Selene se sentía un poco aturdida.

De repente, una mujer en la sala de descanso comenzó a gritar.

—¡Miren rápido! ¡Un niño, un niño fue arrastrado por el agua!

—¡Es realmente un niño! ¿Nadie lo está salvando? ¡Yo no sé nadar!

—Los que s