Acariciaba sus cabellos, con una sonrisa en mi rostro, acababa de despertar aquella mañana, y ver aquel bello paisaje, me hacía feliz, como jamás pensé llegar a sentirme jamás, no de esa forma tan sana.- ¿Vas a ir a ver a tus padres a Wisconsin cuando vuelvas? - ¿Cómo podía saberlo? Era increíble, siempre estaba dentro de mi cabeza. Asentí, despacio – Yo también estoy pensando en pasarme a ver a mi madre, hace tiempo que no hablamos y ... la echo de menos.- Estás muy unido a ella – me percaté - ¿Es cómo tú? Descríbemela.- ¿a mi madre? – preguntó, sorprendido. Asentí, mientras él se quedaba pensando en ella, un momento – Mmm... se parece a mí. Es rubia, ojos azules, un bombón de los que ya no quedan – reí a carcajadas. Me encantaban sus bromas – pero en la personalidad soy más como mi padre, por eso chocamos tanto. Los dos somos muy cabezones.- Al contrario que yo – contesté – de físico soy igualita a mi padre con peluca – rompió a reír, durante un buen rato – y de forma de ser, tam
Hablaba con Piter, al día siguiente, en la cafetería que había frente a la oficina, el muy pesado quería contarme todos los cotilleos de la oficina, en mi ausencia, y no podía siquiera esperarse.- Y entonces entró Alexander – me explicaba – y pilló a Marks con Susane, poniéndola mirando para cuenca, en su oficina – estaba escandalizado, yo la verdad que no le di mucha importancia, en aquel momento, me parecía mucho más escandaloso lo mío con Ares – Nena, ¿me estás escuchando? – Miré hacia él, y asentí – Alexander puso el grito en el cielo, y ha prescindido el contrato con el bufete – aquello si me impacto. Abrí la boca, y me llevé la mano a la boca – Le ha dicho a Charles, que no piensa volver hasta que ese degenerado no abandone las instalaciones.- ¡Ja! Cómo si él fuese mejor que Mark – me quejé, haciendo que Pit me mirase algo sorprendido, pues yo no solía hablar así de los jefes – Si se enrolló con su colega de 20 años menos y abandonó a su mujer por ella...- ¡Joder! ¡Vaya tela c
Tenía los ojos cerrados, mientras sentía sus caricias en mi rostro, y escuchaba música de fondo, de la televisión que estaba puesta.- ¿Duermes? – preguntó. No contesté - ¿Sería una locura si quiero que vengas conmigo a casa? – preguntó – Quiero presentarte a mi madre, pero al mismo tiempo estoy aterrado, porque no quiero que tengas problemas en el bufete, por mi culpa.Acerqué mi boca a la suya, aún con ojos cerrados, besándole, antes de contestar.- Iré contigo a tu casa, si tu vienes conmigo a la mía – dije, casi sin pensar, abriendo los ojos de golpe, tan pronto como lo escuché. Él rompió a reír, durante un buen rato.- ¿Ya no tienes miedo de que la sociedad se entere de esto? – quiso saber. Asentí. Tenía miedo. Por supuesto que lo tenía.- Tengo miedo – admití, cerrando los ojos, volviendo a abrirlos lentamente.- Seré cauto – me calmó. Sonreí, porque él usaba palabras demasiado difíciles para alguien de su edad – no dejaré que nadie se entere.- ¿Sabes qué es lo que me da aún más
Y aquí otro capítulo más.El último que subiré hoy. Mañana habrá más.Por cierto. Les quería comentar... quedan 6 capítulos para que termine el libro O.o Acabo de darme cuenta hoy xDEstaba histérica aquella tarde, vistiéndome en mi habitación. Acababa de ponerme las medias y el liguero, cuando mamá entró, sin tan siquiera llamar a la puerta. Ni me inmuté, la ignorancia siempre funcionaba bien con ella.- Tu padre me ha dicho que vas a salir – me dijo. Caminé por la habitación, agarré el vestido negro y me lo coloqué, sin tan siquiera echarle cuenta - ¿por qué te estás arreglando tanto, has quedado con un chico? – me acerqué al espejo y comencé a maquillarme – María Helena, habla conmigo, ¿es que nunca vas a perdonarme? – dejé de echar sombra, y miré hacia ella.- No – contesté, volviendo a prestar atención a mi maquillaje, difuminando aquí y allá, hasta lograr el efecto deseado.- Ni siquiera me dejaste explicarme y te fuiste – insistió, deteniéndose junto a mí, frente al espejo – lo
Estaba en su coche, de camino al puerto, miraba por la ventanilla, mientras el viento me daba de lleno en la cara, cerré los ojos, y su risa invadió mis oídos, era un recuerdo, un maravilloso recuerdo que hacía que me doliese el corazón. Nunca volvería a escucharla.Se detuvo en el mirador, sorprendiéndome, pues pensé que iríamos al puerto. Estábamos en un lugar incluso más alejado. Quizás pensó que de esa forma no podría escapar.Salí del coche, tan pronto como él se giró, dispuesto a hablarme, me toqué los brazos dándome cuenta de que había refrescado. Se dejó caer en el capó del coche, y agarró mi mano para atraerme hasta él.- No – le dije, echándome hacia atrás. Se elevó y caminó hacia mí, intentando coger mi mano entonces, pero me aparté.- No ha pasado nada entre ella y yo – insistió, como si estuviese adivinando lo que sucedía. Negué con la cabeza, incapaz de poder aceptar eso como una excusa.- Lo he visto, Ares – contesté – así que no te atrevas a ...- Ese beso no ha signifi
Estaba en mi cama, dando vueltas en ella, sin poder conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en él. Estaba en su cama, con él mirándome, esos hermosos ojos azules que me tenían tan tremendamente cautivada, sonriéndome, mientras yo acariciaba su cabello. Mis lágrimas seguían saliendo, sin que pudiese hacer nada por detenerlas, ante la terrible realidad que me golpeaba. Él ya no era mío, nunca lo había sido, y nunca lo sería de nuevo. Dolía, dolía muchísimo. No podía aceptar la idea de no poder volver a despertar a su lado, con esa mirada sobre la mía, con esa sonrisa, con su risa, ese guiñe de ojo que me volvía loca, sus caricias, su mano entrelazada a la mía. Un sonido en la puerta me hizo limpiar mis lágrimas con rapidez, y poner atención a lo que ocurría. - Nena – me llamó mi madre. Me hice la dormida – ¿ya estás en casa? – insistió – Me tenías preocupada... - entró en la estancia, observando el vestido sobre la silla - ¿qué ha pasado? – se sentó sobre la cama, y apoyó su m
Tumbada en la cama, aún en ropa interior, sin querer vestirme, escuchaba la voz de Will, a lo lejos, hablando por teléfono, mientras yo chequeaba mi teléfono, tenía algunas llamadas perdidas de Pit, y algunos mensajes de Charles.Charles:"No te olvides de la fiesta de esta noche, en el bufete. No hagas planes con el bueno de Will, y tráelo de una vez para que lo conozcamos. Así Victoria dejará de molestarme con que hay algo sospechoso en nuestra relación"Las cosas habían cambiado demasiado en poco tiempo, tengo que admitir. Para empezar Marks había dimitido, después de hacer algo que molestó mucho a nuestro jefe, lo cual nunca me enteré que fue. Khol había vuelto al bufete, de hecho, esa era la razón de la fiesta de esa noche.Habían pasado tres meses, y yo seguía huyendo de los sentimientos, evitando pensar en aquel que me hacía daño, sin querer empezar nada nuevo con nadie, a pesar de lo mucho que Will insistía porque fuésemos mucho más. Yo aún no estaba preparada para empezar una
Aquel día tenía una resaca del demonio, aun así, me marché a trabajar, tenía un caso de corrupción que investigar en la oficina. A pesar de eso, no pude dejar de abrir la boca, estaba cansadísima, apenas dormí nada la noche anterior.A la hora del tentempié me tomé varios cafés, ni siquiera pude tomarlos con Peter, pues él estaba reunido con Charles. Tan sólo esperaba que no fuese nada grave.Subía en el ascensor hacia mi planta, mientras chequeaba los mensajes, tenía uno de Will.---Will:Siento lo de anoche, me comporté como un capullo. Sólo quiero que sigamos como hasta ahora, conociéndonos, sin ponerle etiquetas.---Comencé a responderle, de camino a la oficina, levantando la vista antes de haber enviado el mensaje, encontrando allí a Ares, apoyando en la pared, ladeando la cabeza para mirarme, haciendo que dejase caer las manos, totalmente sorprendida de verle allí.Me lamí los labios, nerviosa, sin atreverme a dar un paso más, mientras él apretaba los puños, molesto, al mismo t