La mañana está radiante, me hacía falta salir a caminar un poco, la brisa marina me encanta, ella trae consigo el sabor salado del mar, sabor que se pega a mis labios, eso me gusta. Voy a sentarme aquí en este banco, para respirar este aire. —Camila, ¿eres tú? Volteo lentamente, conozco esa voz, siento que mi corazón se paraliza. —Camila, gracias a Dios por fin te encuentro. —¿Marcus, qué haces aquí? —Amor te andaba buscando. —No me llames amor y yo no quiero hablar contigo. Miro asustada por todos lados con la esperanza de encontrar a alguien conocido, pero nada, esa mañana el lugar está desierto, sólo escucho la brisa que trae el mar y el sonido acelerado de mi corazón que ya comenzó a galopar muy rápido. Quiero levantarme y salir corriendo, pero la mano de Marcus me detiene. —Camila, por favor no te vayas, necesito hablarte, primero me gustaría saber por dónde andabas. —Eso no creo que te importe. —Te ruego que me per
CASA DE MARK. —Buenos días señor Mark. —Buenos días detective. —Señor Mark, le tengo buenas noticias, pero me gustaría verlo personalmente. —Muy bien, yo estoy en mi casa si lo desea nos podemos ver aquí o si prefiere nos podemos ver dónde usted desee. —Si, nos vemos en su casa, dentro de media hora aproximadamente estaré allí. Exactamente a la media hora, ya el detective se encontraba en la casa. —Adelante detective, me tiene en suspenso, dígame lo que averiguó. —Voy con la señorita Camila, con su fecha de nacimiento quise averiguar el lugar donde nació, pues de acuerdo a la fecha en el hospital de la capital sólo nacieron dos niñas, los demás fueron varones, pero sus nombres no coinciden con el nombre de Camila, luego busqué por el nombre de la madre, resulta que su mamá tampoco aparece en los registros de los hospitales de la capital ni de los pueblos cercanos, ella al presentar a la niña, dio el nombre del hospital de la capital, pero a
Cristhofer sale de la habitación, después de cubrirme con la manta, pero al salir mis ojos se abren y de inmediato todo el sueño se me aleja, decido entonces salir de la habitación, estoy llegando donde están todos reunidos cuando escucho las palabras de Cristhofer, "creo que está embarazada" por un instante me quedo paralizada con muchas sensaciones dentro de mí muy difíciles de explicar, traía un vaso con agua que había tomado de la cocina, el vaso resbaló de mis manos cayendo al piso y rompiéndose en mil pedazos. —¿Estoy embarazada? Cristhofer corre hacia mí. —Amor, ¿estás bien?, ¿te cortaste?, ven déjame revisarte. —Cristhofer llévala a la habitación -dijo Fabiola- yo me encargo de limpiar esto. —Ven apóyate en mí yo te llevo o prefieres que te cargue. —Cristhofer, te hice una pregunta y no me has respondido, ¿estoy embarazada? —Todavía no estoy seguro, pero por tus síntomas creo que sí. —Hermana, vamos yo te llevo a tu dormitorio, ust
APARTAMENTO DE CRISTHOFER. —¿Amor ya estás lista? —Sí, ya voy a salir. —Te espero para desayunar, no puedes salir sin comer, ya Frank nos está esperando. —Ya estoy aquí. —Amor estás preciosa, la maternidad te sienta bien, ya va espera, Jam me está llamando. —Buenos días. —Buenos días, disculpa la hora, pero esta noticia es importante. .—¿Qué pasó? —El secuestrador salió del coma. —¿Ya habló? —Todavía no, ya unos funcionarios salieron para allá, cuando tenga noticia te vuelvo a llamar. —Okey te lo agradezco, nosotros ahorita vamos a la consulta con Frank. —Okey, nos avisas como está el sobrino. Llegamos a la clínica, como siempre las enfermeras le sonríen a Cristhofer con ganas de comérselo, yo le tomo la mano y él me sonríe. —Así me gusta, que me tomes la mano cuando vamos caminando. —¿Eso pasa siempre? —¿A qué te refieres? —A esas sonrisitas que te lanzan las enfermeras y las doctoras tambié
MANSIÓN DE LOS ASTURIAS. —Buenos días Señora Emperatriz. —Buenos días Douglas, ya tienen todo preparado. —Sí, todo está listo como usted lo ordenó. —¿Hablaste con Marcus? —Sí, ya está informado. —Muy bien, yo no he querido hablar con él, después de la burrada que cometió, pero los negocios son otra cosa ellos deben estar aparte de cualquier rencilla personal, primero solucionamos esto y luego yo me encargo de él, ¿para cuándo es el desembarque? —Dentro de dos días llega el barco. —Muy bien, me gustaría verles la cara de cansancio esperando día tras día que les llegue el contrabando por el bendito pueblo pesquero ese, no sé imaginan que ya tenemos otro puerto seguro. ¿Ya le avisaste a nuestro contacto en la comandancia? —Por supuesto, él me aseguró que no hay problema, que todos están abocados al pueblo, no sospechan que vamos a hacer el trabajo por otro lado. —Muy bien así es que se trabaja, de todas formas no se descuiden, t
APARTAMENTO DE CRISTHOFER. —Buenos días hermanita. —Buenos días hermana. —¿Cómo te sientes?,estoy preocupada por ti no quiero que estés triste, con todo lo que está pasando no has podido gozar tu embarazo. —Eso es verdad, pero bueno yo sabía que tarde o temprano esto iba a pasar. —Camila y quién lo iba a pensar, estoy sorprendida yo me imaginaba que Liliana tenía algo que ver con tu secuestro, pero de allí a ser la persona que orquestó todo esto y la manera como lo hizo, es demasiado fuerte, todo por celos porque Marcus te prefirió a ti. —No sé, yo todavía no estoy convencida que ella fue el cerebro de todo, a mí me parece que hay algo más, de su participación si lo creo, pero eso no es todo, que lo haya hecho por celos tampoco lo creo, en el fondo hay otras cosas, tú verás, cuando se descubra todo me darás la razón. —Todavía no la han encontrado, ya le dieron orden de captura, alguien la puso sobre aviso, todos escaparon de la casa antes que ll
No me puedo resistir a esos ojitos bañados en lágrimas, el señor Mark está llorando delante de mí. —Fabiola necesito encontrar a mi hija, quién sabe dónde estará y si está pasando trabajo y si no tiene dinero para mantenerse, está angustia me va a volver loco. No puedo más tengo que confesarle dónde está Camila, cierro mis ojos y le digo con voz muy apresurada. —Señor Mark, yo sé dónde está Camila. —¿De verdad?, ¿sabes dónde está Camila? —Sí señor, yo sé dónde está. —Fabiola, gracias, no me equivoqué al buscarte. —Esto me va a traer serios problemas con mi hermana, ella no quiere que se sepa dónde ella se encuentra, pero lo que usted me contó me conmovió, así que prepárese para ver a su hija, dígale que usted me obligó a decírselo, que me amenazó con botarme, que se yo, invente algo, porque si no lo hace, Camila se va a molestar conmigo. —Está bien, no te preocupes, yo me las ingenio algo le digo, pero dime dónde está. —Yo lo voy a llev
Estamos en la clínica, ya nos tomaron la muestra para comprobar si en verdad el señor Mark es mi padre. —Doctor Lander en cuanto estén listos los resultados, lo llamo para que vengan a buscarlos. —Gracias doctora. El señor Mark, me da un fuerte abrazo, un beso en ambas mejillas, luego me dice: —Yo estoy seguro que eres mi hija, pero aún, si no lo fueras yo igual te sigo queriendo, el cariño que te tengo no lo va a cambiar un papel, eso quiero que te quede claro. —Gracias señor Mark, yo también lo quiero mucho. —Ahora váyase a descansar has tenido un día muy agitado, eso no está bien para el bebé, descansa recuerda que está noche tienen la invitación para cenar, no te olvides de decirle a Fabiola y a su novio, a esa joven le debo mucho, gracias a ella te encontré. —Entonces nos vemos esta noche. —Sí, cuídala Cristhofer, en tus manos tienes a mí más grande tesoro, esta noche seguimos hablando, hay muchas cosas que tenemos que aclarar. —