¿Quieres casarte conmigo?
¿Quieres casarte conmigo?
Por: ♡V
Prólogo

Prólogo

Voy entrando al edificio en el que vivo hace cuatro años con Adrián, mi actual pareja y con la que más he durado debido al cariño que nos tenemos. El día de hoy había salido más temprano del trabajo, debido a que por tener un proyecto que entregar en mi área de trabajo había descuidado mucho a Adrián. Quería preparar una cena romántica para los dos y tal vez estrenar un juego de lencería nuevo que tenía guardado. 

Una vez abro la puerta de mi departamento, lo que veo ante mí me deja completamente helada, ni siquiera en mis pesadillas más espantosas me había pasado esto. Frente a mí, se encontraba el hombre que decía amarme con todo su ser teniendo relaciones sexuales con nada más y nada menos que con Claudia.

Una chica de pelo color rojo ojos color café y estatura promedio ¿Qué como lo sé? ¡Fácil! La muy m*****a era nada más y nada menos que mi prima ¿Podría existir algo peor?

Dejo caer lo que traía en las manos al suelo y por el ruido del impacto ambos dejaron de hacer lo que hacían. Cosa tal que los llevo a mirarme completamente congelados y es que ninguno de los dos se pensó que esto en algún momento sucedería.

Sabrá dios desde cuándo estos dos me ven la cara de estúpida, sin embargo, el juego se les acaba hoy y conocerán una parte muy diferente de mi.

–¡Vaya, vaya! Que maravillosa escena me han regalado ¿Ya se acabó? Supuse que habría más – digo sin gota de gracias caminando hacia ellos.

–Kamila, esto no es lo que tú piensas cariño. Todo tiene una explicación y tienes que escucharme – habló Adrián, el muy desgraciado no tiene pisca de vergüenza.

– ¿No es lo que parece? ¿Y según tú, qué es lo que no debo escuchar? ¿Debo escuchar como te coges a esta zorra? ¿Qué explicación puede tener esto Adrián? ¿Acaso estoy loca y no los acabo de encontrar teniendo sexo en el sofá de mi casa? Nada de lo que digas podrá borrar lo que ya vi.

–Espera, por favor. No saques conjeturas que no son y escúchame primero – insistió mientras se ponía su ropa interior.

–¿Qué no saque conjeturas que no son? ¡No espera, ya sé! Solamente estabas jugando al doctor y la enfermera. Es por eso que estabas clavado hasta el fondo en este pedazo de imbécil – digo irritada al ver que me quiere seguir viendo la cara de estúpida.

–Tampoco me ofendas Kamila, respétame – Dice Claudia – No es mi culpa que tú descuides lo que es tuyo y él decida buscar refugio en mí.

Juro que lo intenté, intenté mantener la cabeza fría en todo momento para no perder los estribos. Sin embargo, la m*****a zorra de Claudia termino por hacerme explotar. Miro una última vez a estos los dos desgraciados que tengo frente a mí y todo se vuelve de color rojo ante mis ojos.

Sin esperar ninguna palabra más que saliera de sus bocas, voy directamente hacia Claudia. A quien le dejo una sonora bofetada que le partió el labio y el desgraciado de Adrián al sentir el golpe ni siquiera hizo nada. Solamente observo como Claudia llevo su mano a la zona afectada.

Por un impulso me vuelvo a abalanzar sobre ella y la tomo fuertemente por su largo cabello mal pintado. Haciendo que esta empiece a dar gritos pidiendo ayuda, y rogando porque la suelte, pero con cada grito que daba yo tiraba más fuerte. Quería acabar con ella ahí mismo, pero una idea mejor se apoderó de mí.

Una vez baje desde el tercer piso por las escaleras, una vez en la resección del edificio no me importó suéltala bruscamente frente a todos los presentes. Haciendo así que esta se fuera de luces contra el piso recibiendo un buen golpe.

De más estaba decir que Claudia estaba completamente desnuda y como todos la veían, trataba de taparse con las manos.

Ni siquiera me importa que todo el que pasara se quedara mirando semejante espectáculo, porque una persona como ella se merecía esto y mucho más.

– Kamila por favor, esto no es necesario. Déjame ir por mi ropa al departamento, todo el mundo me está mirando y sacando videos – dijo esta en un hilo de voz, pero aun así no me conmovió.

– ¿Ahora te preocupas por los demás? ¿Por el qué dirán? Esto es lo mínimo que te mereces por ser una completa zorra, por acostarte con quien no debías y menos si ese es la pareja de tu prima ¡Tu familia! – dije escupiendo toda mi con rabia.

–¿Y qué querías que hiciera? Tú eras la única imbécil que nunca se dio cuenta de nada, estabas tan ciega con tu trabajo que no viste que te engañaba conmigo. Querías sobresalir y destacar tanto en todos los sentidos, que descuidaste a tu prometido, ni siquiera sirves para retener a un hombre a tu lado. Así que fue bastante fácil meterme en su casa y no sabes cuanto lo disfrute.

Le doy otra bofetada que al parecer fue más fuerte que la atención y todo porque no soporte lo cínica que se ha vuelto ¿En qué momento cambio tanto?

¿Dónde está la niña que jugaba conmigo y siempre estaba ahí para mí?

– Escúchame bien, estúpida desgraciada. Tú, eres de las personas que no valen nada en esta vida, ni siquiera el suelo que pisan, ni el aire que respiran. Eres una cualquiera de esas que solo valen tres pesos, de esas que los hombres solo buscan para amantes ¿Dime dónde está Adrián? ¿Por qué no vino a ayudarte? Mira a tu alrededor Claudia, él no vino a defenderte porque no le importas y nadie te va a defender nunca. No quiero volver a verte en mi vida porque si te cruzas de nuevo en mi camino, te mato, ni siquiera me va a importar que seas mi prima.

Me alejo de ahí sin importarme sus gritos, ni sus insultos, ni mucho menos que esté expuesta a quien sabe qué. Ahora solamente debería de ocuparme de la asquerosa cucaracha que tengo por pareja, quien debe de estar escondido en el departamento.

Una vez más en mi departamento, veo a Adrián parado junto a la ventana y en cuanto nota mi presencia. Este intenta tocarme, pero de inmediato lo esquivo para que eso no pase.

– Abajo en la recepción te espera tu amante, la pobre quiere que le lleves su ropa porque tiene mucho frío – digo en un tono serio y evitando que se me acerque.

– Kamila, mi amor. Esto no tiene por qué afectarnos, tú y yo nos vamos a casar. Lo que pasó con Claudia no tiene ninguna importancia para mí, solamente fue un momento de debilidad.

–¿Todavía crees que nos vamos a casar? ¿Tú de verdad piensas que yo todavía me voy a casar contigo después de que me engañaste con mi prima? Mira Adrián, el único motivo por el cual yo no te mato en este momento es porque valoro mi libertad, no obstante, quiero que desaparezcas de mi vida para siempre – digo mientras me quito el anillo de mi dedo anular y lo lanzo a su cara.

– No, no Kamila. Tú no puedes hacerme esto y menos por un error mi amor.

–¿Qué no puedo hacerte esto? Pero si ya lo hice Adrián, se acabó. Jamás me pienso casar contigo porque me das asco Adrián, asco y esa es mi última palabra. Cuando regrese a mi departamento no quiero ver nada tuyo por aquí o de lo contrario le prenderé fuego a todos lo que se cruce en mi camino y eso te incluye.

Salgo del departamento con la frente en alto y sin soltar ni una sola lágrima porque no pienso derramar una sola lágrima delante de él. No puedo demostrarles lo patética que me siento, a personas como ellos no se les demuestra debilidad, no se lo merecen. 

Al contrario, se les muestra que eres fuerte y que eres superior a ellos. Es por eso que hoy soy gerente de una empresa muy importante y si dios quiere en un futuro cercano podré tener mucho más que ahora. Ya tendré tiempo para llorar y hundirme en mi miseria, ahora solamente quería desaparecer por un tiempo.

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