Tobías no podía creer todo lo que le está diciendo Lourdes, el niega con la cabeza y se siente un perdedor, hecho a la basura lo que su padre y madre junto a su hermano construyeron por años, tan solo por vivir la vida a su manera, y dejar habitar la amargura en su corazón.

—Lourdes... Necesito que vengas a la empresa... Porfavor— le costó a él, decir tales palabras

Ella se coloca sumamente nerviosa

—señor Jones, yo también renuncio— dijo ella con valentía, pues está cansada de los gritos de Tobías

—¿Que?— pregunta este, aterrado

—lo que escucho, y... Y estoy muy ocupada señor Jones, que tenga un buen día— dijo ella muy apresurada

—¡Espera!— hablo Tobias angustiado —Lourdes voy a cambiar, lo prometo.

—lo siento, pero no le creo señor Jones, además, que se puede hacer, ya la empresa cayó en banca rota, y todo eso por su culpa, amaba trabajar allí, y incluso muchos empleados, pero usted lo arruinó todo— hablo ella con tristeza

—tan solo, necesito que vengas y hablemos personalmente— pi