—Su…..su… alteza la reina la está esperando en el salón principal —dijo Aria con voz temblorosa.
La chica cullo cabello era dorado como el sol se giró, quedando frente a su nueva esclava.
—No entiendo porque tartamudeas tanto —dijo la princesa, mientras se levantaba y salía de la habitación.
Aria caminó en silenció detrás de la princesa.
Su garganta se contuvo ante el comentario de la princesa, no era capaz de decir algo en su defensa, cuando todo el tiempo pasaba con miedo desde que fue capturada y esclavizada.
Aria era una persona libre que solía vivir con su madre en el pueblo del norte en el territorio del reino Orión, pero su paz y felicidad no duro por la eternidad desgraciadamente.
La guerra estalló entre los dos reinos.
Su madre fue asesinada por los soldados de Acasio.
Fue alcanzada por una flecha directa al pecho. Respiró por última vez de los brazos de Aria, quién aparte de su madre no tenía a nadie más en este mundo. Cuando su madre murió huyó tratando de esconderse de los guerreros de Acasio. Pero la encontraron en el bosque y la llevaron al reino de Acasio cómo esclava como a muchos otros de su reino.
Las esclavas decentes y bonitas fueron elegidas para servir en el castillo. Así fue como Aria terminó siendo la doncella personal de la princesa Luna.
Luna la princesa no era una persona muy habladora, le gustaba el orden y todo a su gusto.
Aunque nunca había golpeado a Aria en los últimos meses a veces se enojaba si las cosas no salían como ella quería. Pero la princesa siempre fue amable con las criadas y los esclavos. Ella no era como su hermano que torturaba a sus esclavos por los errores más pequeños, hasta de la nada.
Aria se estremeció al pensar en el príncipe Can que era la persona más cruel y maquiavélica que había visto jamás.
—Madre ¿Preguntabas por mí? —Luna preguntó mientras se inclinada frente a su madre.
Aria estaba un poco lejos de ellos con las manos entrelazadas y la cabeza agachada. No quería escuchar su conversación, pero afortunadamente, podría escuchar todo.
La reina quería casar a la princesa lo antes posible.
Aria las escuchó en silencio, mientras no podía esperar a que terminara el día para poder pasar un rato en el jardín ya que ese era su lugar favorito en todo ese castillo, en el que ella era un pájaro enjaulado al que no la habían cortados las alas
Poco tiempo después, regresaron a la recámara de La princesa y ella estaba completamente enojada.
Aria se quedó de pie en una esquina en silencio mientras observaba la princesa arrojar cosas en su irá.
Una vez la princesa entro a bañarse a la recamara del baño con la ayuda de otras dos sirvientas, Aria comenzó a limpiar el desorden que había dejado la princesa.
Su vida era momentánea en ese lugar. Se despertaba todas las mañanas incluso antes de que la luz del amanecer pudiera acariciar el cielo. Tenía que estar con la princesa cada segundo del día ya cuando la noche se acercaba podía volver a su mini recámara dónde duermen los sirvientes.
La noche se acercaba muy lentamente y finalmente ella pudo escapar a los jardines.
Respiró profundamente suspirando en la dicha de los olores que se envolvía por completo.
Aria se sentó en la hierba en medio de las flores mientras se maravillaba de la poca libertad que tenía.
El reino de Acasio no era tan malo, pero nunca debería haber matado a los inocentes solo para ganar la guerra contra Orión. Ella nunca los perdonará, por matar a su madre ya que ella era lo único que tuvo Aria.
Estaba jugando con las flores distraídamente cuando escucho rugidos. Inmediatamente se puso de pie y salió del jardín cuando vio un gran número de soldados completamente preparados para una pelea con sus espadas y armaduras salían por las puertas principales en sus caballos.
Su cabeza se disparó hacia la torre enorme cuando escucho la campana alarmante que hizo que el bello de su cuerpo se erizara, por la alarma apenas podía estar parada allí inmovilizada cuando la puerta principal se abrió de golpe y un enorme lobo interrumpió. Su tamaño era enorme. Era obvio que no era un lobo normal.
—¡Dothraki!— alguien grito horrorizado y todos los nervios de su cuerpo empezaron a temblar de miedo.
Había oído los mitos.
Sobre todo, el del Hades, más conocido como la bestia negra.
Los dichos perdidos hace mucho tiempo sobre el ejército de los Dothraki y su comándate. Tan bárbaro y cruel. Tener poderes de cambia formas ya que fueron conocidos durante siglos como los hombres lobos Dothraki.
Un soldado la empujó bruscamente dentro del castillo y una vez que estuvo dentro, la realidad de la situación la golpeó.
La reina estaba en el salón junto con el rey. Tan pronto como vio Aria su rostro palideció.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí? Deberías estar con mi hija. ¡Ve! ¡Sálvala con tu vida! —La reina le gritó Aria haciéndola estremecer.
Ella asintió con la cabeza y con su mentón que no dejaba de temblar. Corrió hacia la habitación de la princesa que estaba vacía. Su corazón cayó con vapor, pero luego sintió una mano en su muñeca y se dio la vuelta.
Jadeo….
Miró a la princesa, sus ojos tenían miedo. —¡Vamos! —susurro en voz baja, mientras ambas salían de la habitación corriendo. Ella agarró una antorcha de fuego en el camino.
La princesa la llevó a la biblioteca dónde agarra un libro y tiró provocando que se abriera la puerta secreta.
—Entra —dijo Luna mientras le entregaba la antorcha de fuego y la chica ascendió mientras caminaba por el túnel oscuro.
La princesa también entró y Aria le ayudó a cerrar la puerta.
—P……. Princesa deberíamos salvar a la reina —tartamudeo Aria sintiendo que el miedo la envolvía lentamente.
—Es demasiado tarde. No puedo comprometer mí seguridad —dijo Luna con una mirada estoica en su rostro. —Empieza a caminar —gruñó y Aria sea adentro a la escuridad a pesar de sus miedos y la conmoción de sus palabras.
Siguió caminando siendo presa de cualquier peligro que saliera de las sombras. La princesa estaba justo detrás de ella manteniéndose cerca.
Caminaron durante Dios sabe cuánto tiempo antes de que el túnel finalmente llegara a su fin.
Luna tomó la antorcha de fuego en sus manos y le indicó a Aria que empujara para abrir la puerta del túnel.
Aria la abrió con toda su fuerza mientras la tierra caía sobre ella.Salió de ese túnel a la oscuridad del espeso bosque. Lo siguiente que hizo fue ayudar a la princesa a salir del túnel mientras le quitaba la tierra.Aria observaba en un terrible silencio. Todo el castillo se estaba convirtiendo en cenizas y estaba tan lejos.—Vamos —dijo Luna y Aria la miró sorprendida.¿Porque es tan cruel? Su casa estaba ardiendo hasta convertirse en cenizas y ella parecía indiferente. pensó Aria, pero no se atrevió a preguntárselo a Luna.Por el más mínimo de los segundos, Aria tuvo la idea de huir y ser libre de nuevo, pero puedo notar como los dedos de Luna temblaba. Estaba asustada como lo estaba Aria cuando esto le sucedió a su reinó. El amable órgano que tenía en el pecho no le permitió a ser tan cruel con la princesa.—Está bien —dijo Aria, pero Luna no se movió.—No sé a dónde ir —dijo Luna temblorosa y Aria miro a su alrededor.Apenas podía ver nada en tanta oscuridad, la luz de la luna q
—Por favor……. No me…. Mates …… y si lo haces .. …… no me comas–ella hipo con una voz tan pequeña.Si iba a morir, Aria prefería no ser devorada.—Duerme mujer —su voz ronca acarició sus oídos y así aplico flexión en cierto punto de su cuello y un abrir y cerrar de ojos su conciencia se desvaneció.Solo había una cosa, martillando su corazón y mente este sería el final de ella. parado frente a ella.—Despierta. .. .. Aria, despierta –podía escuchar a alguien llamándola por su nombre.Aria se agitó en su estado de somnolencia. Lentamente obligó a sus párpados abrirse y luego se cerraron antes de que finalmente pudiera adaptar su vista a plena luz del día.Lo primero que noto fue a Luna atada al árbol con cuerdas. Sus ojos, se abrieron de golpe e inmediatamente trató de moverse, pero término jadeando cuando se encontró atada al árbol también. La princesa Luna también fue atrapada.Sus ojos muy abiertos rebotaron y su estómago se revolvió con ansiedad cuando encontró un par de hombres p
La princesa era de sangre real. La mantendría con vida como cautiva, pero ¿Y ella? no era ningún ser humano importante. Seguramente la matarían. Ella no quería morir e imaginar que hace un tiempo pensó que podía ser libre y ahora dónde estaba.Todo le estaba pasando de nuevo pero tal vez esta vez no tenga suerte determinar cómo sirvienta. Fue sacada de su nube de pensamientos cuando el bote se detuvo.Sus ojos se abrieron como platos y soltó un grito estridente cuando ese tipo de ojos azules como el hielo la agarró por la cintura y la tiro sobre su hombro como un saco de papas.Ella luchó salvajemente moviendo sus piernas.El tiro bruscamente de sus piernas hacia abajo y la aseguro en su pecho mientras tronaba salvajemente. —Deja de luchar —todo su cuerpo se sacudió y se puso rígida sin decir una palabra. Subió las escaleras y cuando estaba en el barco la dejó caer en el suelo de la cubierta principal, lo que la hizo sisear de dolor cuando su cuerpo entro en contacto con el suel
El comandante de los Dothrakis. La notoria bestia negra, fue golpeada por una mujer diminuta huele jodidamente delicioso.Ella está huyendo, así que él la agarró, tirando de su pequeño cuerpo hacia su pecho y antes de que pudiera gritar, le cerró la boca con fuerza y luego ella lo golpeó con fuerza. Podía sentir las malditas chispas.La mujercita en sus brazos era su compañera.Ella luchó con saña por lo que le dio un fuerte tirón a todo su cuerpo y ella se puso rígida en su agarre.Podía sentir su cuerpo temblar. Ella estaba jodidamente asustada y tenía razón de estarlo, después de todo él era el más cruel de los hombres.Pero ella era humana.No podía tener una pareja humana. M*** ni siquiera pensó en tener una pareja.Hundió su cara en el hueco de su cuello. Ella se estremeció al sentir su nariz acariciando su cuello y luego inhalo profundamente.—¡Mio! —gruño como hombre trastornado.La mujer en su agarraré era su maldita compañera. Un humano.Esto es imposible ¿Cómo podría ser e
Estaba congelada en su lugar con la mano levantada en el aire. Ella no se atrevió a tocar la puerta mientras retiraba su mano y agarraba su vestido con un puño, pero él no se dio la vuelta. El miedo se apoderó de su corazón como fuertes garras cuando escuchó sus pesados pasos acercándose, pero luego se detuvieron. —Date la vuelta —dijo con su voz ronca y ella se dio la vuelta lentamente sin querer enojarlo. Lo encontró sentado en la vieja cama nórdica que estaba cubierta con la gruesa piel de un oso.Tenía una taza enorme en la mano y sus ojos eran tan fríos que estaban enfocados únicamente en su rostro, haciéndola mirar hacia el suelo. Aunque él estaba a una distancia segura de ella, todavía temblaba de miedo. Su estatura gigante con esos brazos musculosos y venosos, su aura intimidante y esos ojos escalofriantes fueron suficientes para que el terror envolviera todo su ser. —¿Cómo te llamas, mujer? Su voz era profunda pero también sonaba más ronca y estaba segura de que era por
—Yo... lo siento... p.… por favor... La puerta se abrió y entró Sigurd. —Enciérrala de nuevo en la tienda —se quejó Hades y Sigurd la agarró del brazo y la puso de pie. Después de escucharlo decir eso, sintió como si pudiera respirar de nuevo. Sigurd la arrastró fuera de allí y bajo las escaleras, ella en silencio dejó que él la tomara. Abrió la puerta y la empujó adentro. Luna se puso de pie y estaba lista para cargar contra Sigurd cuando Aria la agarró del brazo y la detuvo.—Espera, mi hermano nos salvará —dijo Luna. —Lamento darte esta noticia, princesa, pero ninguno de los miembros de tu familia está vivo —dijo Sigurd mientras cerraba la puerta de golpe. —¡NOOOOO! —Luna gritó a todo pulmón mientras caía de rodillas tapándose la boca. Las lágrimas llenaron sus ojos y Aria se arrodilló a su lado tomándola de los hombros. Así funcionaba el destino. Su madre fue asesinada por los soldados de Acasio y ahora la princesa Luna perdió a toda su familia a manos de los Dothraki, per
—Por supuesto, no puedo sentir tu dolor, tal vez porque no soy una princesa, pero tu reino me ha quitado todo. Mataron a mi mamá, ella era mi única familia. Le dieron una flecha en el pecho, ella respiró por última vez en mi brazo. Fui esclavizada y luego traída a ti como tu sirvienta personal. Suavemente arrancada de mi vida feliz y arrojada a tu cruel reino.Aria hablo con una voz triste pero fría mientras se levantaba y caminaba hacia el otro paso y se apoyaba contra la pared, dejando atónica a Luna atrás.Frunció el ceño cuando sintió que el barco se detenía. Ni un segundo después, la puerta se abrió de golpe y Kennett entró seguido de Sigurd y dos tipos más mientras sostenían cuerdas en sus manos. Luna corrió hacia Aria cuando ambas chicas retrocedieron con miedo, sus ojos se posaron en ellas y buscó un escape, pero no había ninguno.—Date la vuelta —se quejó Sirgud. Todavía estaba enojado por el corte que ella le dio con su daga. Aria se dio la vuelta en silencio y Luna la mir
Kennett ya estaba agarrando el brazo de Luna, así que comenzó a arrastrarla, mientras que cuando Sigurd se adelantó para agarrar el brazo de Aria, Hades se acercó, pero luego se detuvo, en lugar de eso, comenzó a caminar al frente, por lo que Sigurd agarró el brazo de Aria y los arrastraron desde allí.Aria observó en un silencio terrible cuando notó a los hombres, y también a las mujeres vestidas como los hombres. Todos estaban vitoreando y gritando de alegría cuando los otros Dothraki del barco dejaron caer enormes baúles en el puente de madera mientras otros hombres lo abrían para revelar joyas caras y demás.No solo mataron al rey y la reina, sino que también saquearon el reino. Eran verdaderamente crueles.Se dio cuenta de lo altas y musculosas que eran las mujeres con cabello largo trenzado, incluso las mujeres tenían armas aseguradas alrededor de la cintura y cada uno de los Dothraki miraba a las dos chicas como si fueran campesinos.Algunos de ellos incluso rugían y decían bla