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 El trajo está carnicería sobre sí mismo.

 La princesa era de sangre real. La mantendría con vida como cautiva, pero ¿Y ella? no era ningún ser humano importante. Seguramente  la matarían.

 Ella no quería morir e imaginar que hace un tiempo pensó que podía ser libre y ahora dónde estaba.

Todo le estaba pasando de nuevo pero tal vez esta vez no tenga suerte determinar cómo sirvienta.

 Fue sacada de su nube de pensamientos cuando el bote se detuvo.

Sus ojos se abrieron como platos y soltó un grito estridente cuando ese tipo de ojos azules como el hielo la agarró por la cintura y la tiro sobre su hombro como un saco de papas.

Ella luchó salvajemente moviendo sus piernas.

El tiro bruscamente de sus piernas hacia abajo y la aseguro en su pecho mientras tronaba salvajemente.

 —Deja de luchar —todo su cuerpo se sacudió y se puso rígida sin decir una palabra.

 Subió las escaleras y cuando estaba en el barco la dejó caer en el suelo de la cubierta principal, lo que la hizo sisear de dolor cuando su cuerpo entro en contacto con el suelo bruscamente.

 Otro hombre tiro a Luna en el suelo y gimió de dolor inmediatamente acercándose a Aria.

Ambas chicas se miraron petrificadas mientras varios hombres se cernían sobre ellas, todos eran tan altos rústicos y con esas miradas brutales.

—Son hermosas —dijo una voz y ambas chicas se tensaron.

—Enciérralas en la gambuza—dijo el tipo de ojos azules helados con una voz profunda y los hombres estaban listo para agarrarles cuando hablo.

—Tomas —gruñó y un hombre de mediana edad sé adelantó cuando la multitud le abrió el camino.

 —Tómalas— ladró el hombre de ojos azul y Tomas agarró a las dos chicas por los brazos.

—Si, comandante —dijo Tomas mientras miraba al hombre de ojos azules helados.

Tomas comenzó, ah arrastrarlas del castillo de cubierta y luego escaleras abajo las chicas no sé atrevieron a decir nada, en silencio dejaron que el hombre la arrastrará.

 Las empujó dentro de la gambuza y cerró la puerta con llave.

 Solo había una antorcha de fuego en ese lugar.

—Mmmmm —gimió Luna.

—Arrodíllate aquí eh intentaré deshacer las cuerdas alrededor de tu boca —dijo Aria en voz baja y Luna entrecerró los ojos por un segundo ante de hacer lo que me dijo Aria.

Aria caminó detrás de ella y se dio la vuelta tratando deshacerse las cuerdas y después de una gran lucha funcionó.

Luna respiro hondo y se puso de pie.

—Nunca más me pidas que me arrodille, sigo siendo tu princesa —dijo Luna con frialdad y Aria asintió en silencio con la cabeza.

—Ahora trata de abrir esto —ordeno ella mientras ambas buscaban a tientas las cuerdas alrededor de su muñeca.

 Aria pudo desatar su cuerda primero, estaban tan apretada que le dolían las uñas después de tirar de ellas constantemente. Aria camino hacia la puerta, trato de abrirla, pero estaba cerrada.

—Mira —dijo Luna sin aliento, lo que provocó que Aria se volviera asustada pero no fue algo aterrador en el lugar donde la pusieron estaba lleno de comida frutas y verduras.

Luna caminó más mientras agarró una manzana y le daba un mordisco después de comer suspiró.

Aria miro alrededor del lugar. Golpeó la pared y sintió pesadez, lo que significaba que estaban en la parte más baja de la nave.

No querían admitir que estaban condenadas. pero ese era la realidad no podían escapar del barco que estaba lleno de Dothraki que también eran hombres lobos.

Aria se deslizó por la pared y se llevó las rodillas al pecho.

Luna se acercó y se sentó en el suelo su lado mientras le entrega una manzana.

Aria sacudió impredeciblemente la cabeza. Era como si estuviera ahogada en el caos de sus pensamientos sobrios.

—Vamos a morir —Luna preguntó con una voz llena de miedo.

Su manzana fue olvidada hace mucho tiempo.

—Te mantendrán con vida princesa eres de sangre real, podrían usarte a cambio de un gran rescate O tal vez una tierra —dijo Aria en voz baja y el rostro de Luna se puso muy pálido.

—¿Qué hay de ti? —preguntó Luna

—No estoy tan segura princesa —dijo Aria haciendo qué Luna tragar la saliva.

 —Mi hermano nos salvará —dijo Luna como si estuviera convenciéndose así misma, y así esperaba desde el fondo de su corazón que el príncipe Can las salvaran, pero después de presenciar el incendio realizado en todo el castillo, se preguntó si alguien sobrevivió.

                                                                  ***

Hades camino por el bosque.

Sus sentidos estaba super-alerta después de todo él no estaba en su tierra.

Estaba enojado porque se suponía que debía navegar hacia el norte, pero el maldito rey de Acasio tuvo el descaro de amenazar a los Dothrakis.

 El trajo está carnicería sobre sí mismo.

 Su Alfa le ha ordenado matar al rey la reina y esclavizar al príncipe y la princesa.

Desafortunadamente, el príncipe murió porque se cayó de la terraza mientras luchaba contra uno de los guerreros.

Hades ha buscado a la princesa y terminó dándose cuenta de que ella había escapado atraves de un túnel, Pero eso no fue lo único, había un extraño olor que encontró en el palacio.

Era tan embriagador que tuvo que obligarse a salir de allí y buscar a la princesa.

Sus pasos eran silenciosos y firmes.

Su mirada era la de un halcón mientras inhalaba el aire para captar un olor.

Sus ojos se abrieron un poco cuándo ese aroma embriagador llegó a sus sentidos nuevamente.

Sin pensarlo mucho corrió hacia él y se detuvo repentinamente cuando vi a dos mujeres y encorvadas mientras jadeaban pesadamente.

Entrecerró los ojos y se encontraron en la chica de cabello negro.

 De repente la chica se enderezó y miro a su alrededor haciéndolo retroceder hacia las sombras.

 Agarró una rama de madera del suelo que apenas podía sostenerla con ambas manos. La comisura de los labios de Hades se curvo hacia arriba de un lado.

Ella había sentido que estaba siendo observada.

Ella le comentó algo a la chica rubia que corrió en otra dirección dejando atrás a la chica de cabello negro.

Observó en silencio mientras ella se daba la vuelta ahora mirando a su dirección. Sus cálidos ojos azules acariciaron sus rasgos.

Ella era una cosita hermosa.

Ella se dio la vuelta, y él se acercó a ella.

 Lo escuchó acercarse y lo golpeo.

se quedó atónito por un segundo cuando sintió sangre goteando por su hombro.

La mujercita a la que podía partir en dos simplemente lo golpeó.

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