Los hermanos Wertherimer nunca duermen, tengan cuidado si se los topan en la calle, les aseguro que no caminan entre los mortales sin una razón detrás de ello, parece ser que Kenneth no ha cambiado a pesar de los años, manipular a sus hermanos para que hagan el trabajo sucio es su especialidad. ¿Qué opinan del capítulo?
Kenneth odiaba cuando su padre lo hacía involucrarse con proyectos de caridad, nada era más hipócrita que recibir una lección de humildad de Brock Wertherimer, pero con el tiempo aprendió que no solo se trataba de despilfarrar dinero a los pobres, sino que también se trataba de la imagen de la compañía, SisWerth se había posicionado como una de las grandes empresas del sector tecnológico y cuando logro entrar al mercado accionario de la tecnología las empresas competidoras habían brincado directo a su yugular para intentar frenarlo y le ofrecieron tanto dinero para absorberlo que los hijos de sus hijos podrían haber vivido el restos de sus días sin tener que mover un dedo en absoluto. Pero no solo se trataba de dinero. Kenneth amaba el poder y ser el hombre más importante de la empresa que su padre había levantado con todo su esfuerzo y que él había convertido en un imperio, esa era su mayor recompensa, él era quien mandaba y todos a su alrededor eran sus pequeñas perras. Abrir una s
Adriana había estado entrevistando personas toda la semana, al final había contratado a seis nuevos empleados y junto con las chicas se encargaría de entrenarlas para que todo fuera perfecto una vez que las remodelaciones de la nueva tienda terminaran. Había estado tan sumida en el trabajo que cuando Jared apareció al final de la semana con un arreglo de flores, se sintió realmente avergonzada porque lo había olvidado por completo. —Lamento haber desaparecido— Le dijo el pelinegro mientras escondía el rostro detrás del gran ramo de flores. —Tuve mucho trabajo esta semana y no era mi intensión no responderte, tuve que viajar de improvisto y… Adriana tomo el ramo de flores. —Son muy bonitas— Le dijo tímidamente. Jared soltó las flores y levanto una de sus manos hasta el rostro de Adriana. —No tanto como tú. Adriana sentía que el corazón le iba a estallar. Ese hombre que tenía enfrente, no solo era hermoso si no que le había entregado la oportunidad de cumplir sus sueños sin pedi
Adriana tenía ganas de vomitar de solo pensar en bajarse de la limosina, mientras esperaban en la fila detrás de las otras personas que estaban descendiendo en la entrada llena de reporteros, los flashes de las cámaras se volvían locos cada vez que el personal que vigilaba abría las puertas de los autos. —Luces hermosa, no tienes que estar nerviosa—Le dijo Jared mientras la tomaba de la mano. —Nunca había estado en un evento así—Le dijo Adriana con preocupación. Jared le dio una sonrisa tranquilizadora. —Prepárate porque se van a volver locos cuando te vean—Le dijo con diversión. —No me estas ayudando—Le dijo ella mientras hacía un puchero. Jared se estiro hacia ella y la atrajo para darle un pequeño beso en los labios tomándola por sorpresa. Adriana sintió que la cara se le ponía roja. —No olvides sonreír, es nuestro turno— Dijo Jared mientras abrían la puerta de su lado. Jared se bajó primero y los paparazzi cayeron sobre el cómo buitres, les dio la espalda cuando se giró
El día que Carter vio por primera vez a Adriana pensó que se trataba de una alucinación, jamás en su vida había visto un rostro tan hermoso lleno de tanta melancolía, ella estaba perdida en sus pensamientos mientras Carter la observaba desde lejos, el otoño había teñido las calles de la ciudad de colores marones y rojizos, el viento soplaba fuerte mientras Adriana caminaba ajena a su presencia y como un demente comenzó a seguirla por la calle. Adriana apenas había dormido esa noche, había trabajado hasta las dos de la mañana en un restaurante lujoso como mesera ya que daban buenas propinas y esa misma mañana había despertado a las seis para su turno como vendedora en una tienda de productos de belleza, había conseguido el empleo recientemente y aunque tenía que estar de pie todo el día, si conseguía cumplir su cuota de ventas le darían una paga decente que la ayudaría a cubrir la renta de su pequeño departamento. Al salir, estaba tan cansada que ni siquiera noto al hombre que la seg
Kenneth tenia la habilidad de hacerla perder los papeles, no importaba cuanto quisiera mantener la cama todas las palabras venenosas que él arrojaba hacia ella siempre la hacia querer hacer todo lo contrario y era justo lo que le pasaba en ese momento, algo dentro de ella le decía que no debía ceder, que irse era darle el poder a los Wertherimer sobre ella y el pasado que los ataba, no quería hacer un escándalo en ese lugar sobre todo por Jared, pero no podía vivir ocultándose de la familia de su padre para siempre. Miro la puerta de salida indecisa si debía rebelarse contra Kenneth una vez más o dar la noche por terminada y arruinar las cosas con Jared porque no había forma de explicarle por qué se había ido del evento cuando acababan de llegar. Lo mejor era fingir que no sabía quiénes eran ellos, aunque era un arma de doble filo no se le ocurrió otra opción, con el estómago revuelto camino de regreso al evento, se preparó para llevar a cabo el papel de chica ingenua y sonrió mientra
Kenneth estaba sentado junto a sus hermanos, ninguno de ellos podía esperar la hora en que pudieran marcharse de esa horrible fiesta, los tres estaban de un humor de los mil demonios luego de ser reprendidos por su madre, quien por suerte había arrastrado a su padre a la pista para demostrarle a todos la feliz pareja que eran los Wertherimer. — ¿Qué diablos planean tú y ese idiota? — Le pregunto Rainen a su hermano mayor mientras asentía en la dirección donde Jared y Adriana estaban en la pista bailando. Kenneth los miro sin expresión alguna en el rostro, pero por dentro su estado de ánimo era muy distinto. Había jodido las cosas con Emma y sabía que no podía ir corriendo tras ella, pero definitivamente tendría que actuar como su fantasía de prometido una vez más para recuperarla. Odiaba tener que comportarse como un idiota enamorado. Pero estaba volviendo a SisWerth internacional y necesitaba la publicidad que ella le generaba, necesitaba a su padre de su lado para que le cediera
Adriana no tenía idea de a donde los estaba llevando Kenneth, pero tampoco se sintió lo suficientemente valiente para preguntarle, por lo que guardo silencio y al final termino quedándose dormida recargada sobre el hombro de él. El chofer estaciono el auto en el sótano privado del edificio, una vez que el motor se apagó Kenneth fue el primero en bajarse y luego rodear el auto para ayudar a Adriana a salir. Ambos subieron por el elevador en completo silencio y una vez que las puertas se abrieron Kenneth desactivo la alarma del ático y se hizo a un lado para que Adriana pasara primero. Era la primera vez que ella entraba en su casa, por lo que se quedó de pie en medio del recibidor mientras miraba todo, notando de inmediato que era más espacioso que el lugar de Jared y que mientras el departamento de su novio estaba decorado con elegancia y tonos cálidos, este lugar era todo negro y blanco, desde la decoración hasta las paredes. Kenneth la tomo de la mano y la condujo hasta la habitaci
Advertencia: Los especiales solo son capítulos extras que no ocurren dentro del tiempo de la novela, no afectan la trama o curso de la historia original. 6 años atrás… Brock Wertherimer tenía la mirada perdida a través de la ventana de cristal del hospital Presbyterian mientras esperaba al personal administrativo, durante algún tiempo había mantenido la distancia entre él y su antigua amante Karlie, ella le había dejado muy claro que no quería saber nada de él luego de la situación entre sus hijos y que él no hiciera nada al respecto para reprender a Kenneth. Para él los actos de Kenneth habían sido una simple broma, un juego que se salió de control y dado lo maduro que era Kenneth, Brock sabía que no era necesario castigarlo más. El día del incidente Kenneth lo había llamado complemente histérico y le había confesado todo, había estado realmente sorprendido al escucharlo llorando a través de la línea, ya que la última vez que lo había visto llorar todavía era un pequeño. No había fo