IngridNo fue difícil para mí darme cuenta de que aquello era una puesta en escena de Julius. Los humanos policías estaban siendo manipulados por los pálidos. Los tres pálidos que se mezclaban entre las personas debían tener ordenes de no intervenir.Gritar fue una buena opción para que la manipulación se fragmentara al menos un poco. Necesitaba que se aturdieran para confundirlos.Sara no me reconoció, ni siquiera sospechó que algo extraño estaba pasando. Su cerebro estaba demasiado lavado por la poción que le dieron para borrarle la memoria. Me pregunté que podría ser lo que ocurrió. Necesitaba más detalles.Utilizar a Zem como aliado ya era algo arriesgado. Tener que estar aquí, me ponía en un gran peligro.¿Qué más tenía para perder? Si era sincera conmigo misma, el bosque donde viví alguna vez estaba quemado hasta los cimientos. Los lugares a donde escapaba estaban todos vigilados. Las brujas éramos perseguidas y cazadas. No podríamos zafarnos de vivir huyendo, tal como le sucedi
NarradorEl ritual consistía de mucho silencio. Algo que una bruja no tiene interiorizado. Ni siquiera un lobo normal lo tiene interiorizado. Porque los lobos ancianos eran sabios, pasaban mucho tiempo en silencio, escuchando su voz interior. Era una forma de vivir cuando llegabas a esa vejez, sin pelear tanto ni tener las viejas prácticas de los lobos jóvenes.Los dibujos de la tierra dejaron a Lena confundida. No podía leerlos. Un lenguaje antiguo se dibujaba, con formas geométricas, algunos símbolos que también desconocía.A Lena no le agradaba esa clase de magia. La magia de los lobos ancianos era lenta e imprecisa para ella. Observó con desconfianza desde lejos, porque no tenían permitido estar allí ni ella ni Zem. Solo los involucrados podían estar presentes en aquel ritual.Lena podía ver todo perfectamente, pero no participar.—Es como una meditación. ¿No lo crees? —preguntó Zem, mirando con atención como los lobos estaban en silencio.Cin estaba en el centro, junto al dibujo
HawkFroté mi cabeza para tratar de quitarme el sueño. Estaba durmiendo, no había otra explicación posible. Me quedé dormido demasiado profundo y por eso veía lo que veía.Esa niña no debía ni existir. Era mi imaginación. Ya el doctor me lo dijo. No quiso herir mis sentimientos, pero yo sabía la verdad, estaba enloqueciendo. Vi la cara de mi madre de tristeza cuando el hablaba. Vi a mi padre nervioso. No quería dar más problemas.—No eres real. —solté, tratando de alejarme, aunque fuera caminando.Este lugar era muy extraño. La luna era de un color rosa que no tenía sentido. La miré un poco, me llamó la atención. La luz tenía un resplandor que lo cubría todo.Iba tomando fuerza. El lugar, antes casi en penumbras, ahora parecía de lo más iluminado.—Hawk. Te llamas Hawk. —dijo la niña, que tenía los ojos del color de la miel.Nunca antes había visto a alguien así. Era una niña diferente a todas las que conocía. Tenía unos ojos bonitos.—Estoy enloqueciendo. —solté, mirando al suelo, co
NarradorLos lobos despertaron del trance antes que Cin. El tiempo transcurría diferente durante el proceso de meditación para el ritual. En el circulo de la luna, Cin pensaba que habían pasado horas.—¿Ya terminó? —preguntó Zem, incrédulo. —Solo pasó media hora.—El tiempo es diferente en esa clase de cosas. —Lena miró con fastidio a Zem, no le agradaba tener que explicar obviedades.Para ella era un alivio que esto hubiera durado poco. Estaba nerviosa, quería ver a su hija a salvo lo antes posible.Cin cayó hacia adelante, temblorosa. Su madre corrió hacia ella.—Está bien. Solo ha ocupado demasiada energía. —dijo el viejo lobo, con la voz tranquila. —Dejen que descanse.El viejo lobo caminó unos pasos hacia adelante, hacia el bosque. Estaba tranquilo. Zem lo siguió. Era el único que no lo juzgaba tanto. Todos los demás lo trataban con desconfianza. Y tenían sus motivos totalmente válidos. Zem tenía las habilidades de un pálido y el porte de uno. Su naturaleza de demonio no salía a
SaraMiraba fijamente la ventana. El cristal iba empañándose con mi respiración agitada. En mi interior había un huracán. Los policías actuaban de un modo demasiado extraño.Estaban aturdidos. Luego de lo que ocurrió con aquella mujer a la cual, Mark no conocía ni tampoco yo. Los dibujos eran tan similares a los de Mariana.Mark y Kily estaban leyendo la carta. Que, para mí, poco sentido tendría. Aunque ahora nada parecía tener sentido.En mi mente, la idea de que en realidad la conspiración fuera cierta se estaba gestando. Y si todo esto fuera real… Una parte de mi quería aceptarlo y otra parte, se negaba rotundamente. Quería escuchar lo que mi corazón me dijera.Cuando cerraba los ojos, mi corazón me dictaba solo proteger a los que amaba. Me aferré a mi niño, tratando de pensar que en el mundo solo existíamos, el, Mark y yo.Cerré los ojos. Por unos escasos segundos. En el cual, el mundo entero se borró. Solo estábamos los tres. Mi familia. Las personas que más amaba en el mundo.El
NarradorEl grupo en el bosque respiraba un clima de suma tensión. Estaban consternados por lo que Ingrid acababa de relatar. Eran muchos sucesos para digerir. El caos reinaba en la ciudad, en el mundo de los humanos, donde la racionalidad regia habitualmente.—No puedo creerlo. —Lena soltó un suspiro, una señal de que se hallaba completamente superada.Lo que más le impresionaba eran todas esas personas que habían muerto por relacionarse con una bruja. Las gemelas, los humanos que apoyaron y estaban cerca de Ingrid ahora se hallaban muertos. Abrazó a su pequeña hija con fuerza. No la dejaría ni un minuto sola, mucho menos ahora.—Hemos logrado hablar con Hawk. La pequeña bruja lo ha contactado. Si tenemos la bendición de la diosa luna, entonces todo esto es una sincronía. Los hechos se acomodan para que el equilibrio regrese. —el viejo lobo tomó aire, sus colmillos se vislumbraron amarillentos y desgastados.—¿Equilibrio? —preguntó Zem, mirando con curiosidad al anciano.Zem actuaba
NarradorDariel entró a darse un baño y cambió su ropa, sin darse cuenta del detalle del pequeño que todavía estaba adherido a su saco. Dejó la ropa vieja en el suelo y se marchó para volver junto con Julius.Carol estaba encerrada, meditaba, estaba tratando de asimilar sus poderes para que no le generaran tanto malestar como a Julius.—Es la memoria. De alguna manera, están comenzando a despertar y eso hace que sus poderes quieran regresar con ellos. —Dariel había estado asimilando en su mente los conceptos para dar con una respuesta.Su inteligencia aguda se convertía en una de las principales habilidades que poseía.—Nada de esto importará si logramos llevarnos sus cuerpos. He avisado a los tres soldados que tengo a mi mando que están en la casa. Una de ellos está transformándose en loba poco a poco. No queda mucho tiempo para actuar.—¿Atacaremos ahora? Debo repetirle, majestad, que no podemos darnos el lujo de perder el tiempo.—Lo sé. Estoy esperando. Mi esposa… Ella debe dar la
SaraLos tres hombres comenzaron a avanzar hacia el interior de la casa. Adren y Mark se interpusieron en su camino para no dejar que siguieran.—¡Mark! —grité, un grito colmado de horror y espanto.Mi niño gritó casi al unísono. Al ver como uno de los hombres, le asestaba un puñetazo que lo hizo salir volando y estrellarse contra una de las paredes de nuestra casa. Lo mismo hizo el otro sujeto con Adren.Los dos se encontraban debajo de los escombros. Corrí hacia Mark junto con mi hijo.—Papá… ¿Qué ocurre? —preguntó Hawk, en la conmoción de lo que estaba ocurriendo. —Es… Es una pelea…No entendía nada de lo que decía mi niño. Empecé a quitar los escombros para sacar a mi esposo de allí abajo. Quité todos los fragmentos de pared y columna que estaban sobre él. Dios mío, sería un milagro si llegaba a sobrevivir a algo así.Sentí las lágrimas de horror corriendo por mi mejilla. Estaba desesperada. No podía encontrar palabras a lo que había presenciado.—¿Cómo has hecho? Sara… —escuché l