NarradorLos lobos despertaron del trance antes que Cin. El tiempo transcurría diferente durante el proceso de meditación para el ritual. En el circulo de la luna, Cin pensaba que habían pasado horas.—¿Ya terminó? —preguntó Zem, incrédulo. —Solo pasó media hora.—El tiempo es diferente en esa clase de cosas. —Lena miró con fastidio a Zem, no le agradaba tener que explicar obviedades.Para ella era un alivio que esto hubiera durado poco. Estaba nerviosa, quería ver a su hija a salvo lo antes posible.Cin cayó hacia adelante, temblorosa. Su madre corrió hacia ella.—Está bien. Solo ha ocupado demasiada energía. —dijo el viejo lobo, con la voz tranquila. —Dejen que descanse.El viejo lobo caminó unos pasos hacia adelante, hacia el bosque. Estaba tranquilo. Zem lo siguió. Era el único que no lo juzgaba tanto. Todos los demás lo trataban con desconfianza. Y tenían sus motivos totalmente válidos. Zem tenía las habilidades de un pálido y el porte de uno. Su naturaleza de demonio no salía a
SaraMiraba fijamente la ventana. El cristal iba empañándose con mi respiración agitada. En mi interior había un huracán. Los policías actuaban de un modo demasiado extraño.Estaban aturdidos. Luego de lo que ocurrió con aquella mujer a la cual, Mark no conocía ni tampoco yo. Los dibujos eran tan similares a los de Mariana.Mark y Kily estaban leyendo la carta. Que, para mí, poco sentido tendría. Aunque ahora nada parecía tener sentido.En mi mente, la idea de que en realidad la conspiración fuera cierta se estaba gestando. Y si todo esto fuera real… Una parte de mi quería aceptarlo y otra parte, se negaba rotundamente. Quería escuchar lo que mi corazón me dijera.Cuando cerraba los ojos, mi corazón me dictaba solo proteger a los que amaba. Me aferré a mi niño, tratando de pensar que en el mundo solo existíamos, el, Mark y yo.Cerré los ojos. Por unos escasos segundos. En el cual, el mundo entero se borró. Solo estábamos los tres. Mi familia. Las personas que más amaba en el mundo.El
NarradorEl grupo en el bosque respiraba un clima de suma tensión. Estaban consternados por lo que Ingrid acababa de relatar. Eran muchos sucesos para digerir. El caos reinaba en la ciudad, en el mundo de los humanos, donde la racionalidad regia habitualmente.—No puedo creerlo. —Lena soltó un suspiro, una señal de que se hallaba completamente superada.Lo que más le impresionaba eran todas esas personas que habían muerto por relacionarse con una bruja. Las gemelas, los humanos que apoyaron y estaban cerca de Ingrid ahora se hallaban muertos. Abrazó a su pequeña hija con fuerza. No la dejaría ni un minuto sola, mucho menos ahora.—Hemos logrado hablar con Hawk. La pequeña bruja lo ha contactado. Si tenemos la bendición de la diosa luna, entonces todo esto es una sincronía. Los hechos se acomodan para que el equilibrio regrese. —el viejo lobo tomó aire, sus colmillos se vislumbraron amarillentos y desgastados.—¿Equilibrio? —preguntó Zem, mirando con curiosidad al anciano.Zem actuaba
NarradorDariel entró a darse un baño y cambió su ropa, sin darse cuenta del detalle del pequeño que todavía estaba adherido a su saco. Dejó la ropa vieja en el suelo y se marchó para volver junto con Julius.Carol estaba encerrada, meditaba, estaba tratando de asimilar sus poderes para que no le generaran tanto malestar como a Julius.—Es la memoria. De alguna manera, están comenzando a despertar y eso hace que sus poderes quieran regresar con ellos. —Dariel había estado asimilando en su mente los conceptos para dar con una respuesta.Su inteligencia aguda se convertía en una de las principales habilidades que poseía.—Nada de esto importará si logramos llevarnos sus cuerpos. He avisado a los tres soldados que tengo a mi mando que están en la casa. Una de ellos está transformándose en loba poco a poco. No queda mucho tiempo para actuar.—¿Atacaremos ahora? Debo repetirle, majestad, que no podemos darnos el lujo de perder el tiempo.—Lo sé. Estoy esperando. Mi esposa… Ella debe dar la
SaraLos tres hombres comenzaron a avanzar hacia el interior de la casa. Adren y Mark se interpusieron en su camino para no dejar que siguieran.—¡Mark! —grité, un grito colmado de horror y espanto.Mi niño gritó casi al unísono. Al ver como uno de los hombres, le asestaba un puñetazo que lo hizo salir volando y estrellarse contra una de las paredes de nuestra casa. Lo mismo hizo el otro sujeto con Adren.Los dos se encontraban debajo de los escombros. Corrí hacia Mark junto con mi hijo.—Papá… ¿Qué ocurre? —preguntó Hawk, en la conmoción de lo que estaba ocurriendo. —Es… Es una pelea…No entendía nada de lo que decía mi niño. Empecé a quitar los escombros para sacar a mi esposo de allí abajo. Quité todos los fragmentos de pared y columna que estaban sobre él. Dios mío, sería un milagro si llegaba a sobrevivir a algo así.Sentí las lágrimas de horror corriendo por mi mejilla. Estaba desesperada. No podía encontrar palabras a lo que había presenciado.—¿Cómo has hecho? Sara… —escuché l
NarradorPor mucho esfuerzo que puso Sara en retener a Hawk, el siguió adelante con la pequeña bruja para tratar de despertar el instinto de lobo de su padre.Sara no pudo seguir adelante para seguirlos. Los ataques regresaron. Los pálidos que la rodeaban eran sumamente veloces, los golpes le alcanzaron el vientre y el rostro.No querían dañarla. No, ella notó eso rápidamente. Porque si lo hubieran querido, habrían podido hacerla sufrir mucho más. No comprendió el porqué, no tenía sentido, si podrían matarla en cuestión de segundos.Ella se defendía, moviéndose inconscientemente, su instinto de supervivencia se estaba activando. Su instinto despertaba con más rapidez que el de Mark.Mark no deseaba despertar a su lobo, en su interior, su lobo se negaba a salir por los recuerdos que poseía. Los recuerdos de dolor, el miedo a no poder controlarse como sucedió la última vez. La sangre manchaba su transformación, aquella infame ocasión en la cual, lastimó a la persona que más amaba.Su lo
CarolEl día había llegado ya. Frente a mis ojos, en el suelo, la chica trataba de arrastrarse. Su magia era una escoria al lado de la mía. Estaba lista para comenzar a experimentar. Sabía que funcionaría, tenía toda mi fe puesta en ello. Porque estas criaturas no poseían memoria, se las habían borrado prácticamente a voluntad. Y cuando uno no sabe quien es, cualquiera puede adueñarse de su poder.—Sara, ¿Es tu nombre? ¿Verdad humana? —pregunté, en voz alta, arrastrando del brazo a la chica para colocarla arriba de una camilla.Ella trató de zafarse de mí, no lo logró. Apreté sus brazos con fuerza para quebrarla. Quebré su brazo izquierdo y también el derecho. Parecía ser solo una humana para mí. Su humanidad la aplastó. No podría defenderse por mucho que lo quisiera.Julius vendría pronto con el otro pálido. El plan estaba saliendo a la perfección. El reinado perduraría. La sombra del desafío sería aplastada antes de que se reprodujera. Todos ellos caerían. Cuando todo esto terminara
NarradorEl pequeño niño gruñó, unos colmillos se asomaron, brillantes, resplandecientes. Mark se sobresaltó. Tanya, Adren y Kily estaban transformándose en bestias que no pensó que existieran antes.Lagunas de recuerdos querían invadirlo. Pero aquellos recuerdos solo le hacían daño, el lastimaba a Sara.Su lobo volvió a reprimirse. Su voz interior le marcaba que, si se dejaba llevar, su hijo saldría lastimado. No podía arriesgarse.Zem fue hacia donde ellos estaban para volver a cubrirlos por si los lobos perdían rápidamente.—Ellos están peleando. —dijo Zem, mirando como los lobos lograban detener a los pálidos peleando con todas sus fuerzas.—Se la han llevado. —Ingrid logró ir hacia donde Mark se hallaba con los niños. —¡El quiere llevarte a ti ahora! —chilló, señalando a una sombra que parecía vigilarlo todo a una distancia prudente.Ingrid logró distinguir la presencia de Julius. Se estaba ocultando, estaba esperando. Y por lo que sucedió con Carol, sus planes parecían esperar p