Pamela.

Siento que alguien me abraza por la cintura y abro los ojos con miedo, al abrir los ojos me encuentro con el pecho de Alex es extraño ya había dormido en algunas ocasiones con Alex pero nunca lo había tenido tan cerca, pongo atención a los detalles de su rostro tiene una barbilla bien definida, una nariz pequeña, una amplia frente adornada con esos pequeños rizos de color rojizos pongo más atención y debajo de sus ojos todavía se les notan algunas de sus pequeñas pequitas, recuerdo que cuando era más pequeño se le notaban más y recuerdo el día que llegó al vecindario ese día estaba sentada en el jardín delantero jugando con unas muñecas con mi hermana Ana, solo tenía ocho años cuando lo miré por primera vez pasar por enfrente de mi casa, se me hizo extraño ya era un niño de cabello rojizo que lo hacía parecer un matorral o una peluca de payaso, se mira muy gracioso y no pude mantener mis manos y mi boca cerrada, me levanté y me acerqué a él que estaba tomando la sombra de un á