Pamela. Alex no deja de verme y decido intentar ignóralo dándome la vuelta pero creo que será difícil ya que su mirada es muy fuerte, tomo shampoo y comienzo a enjuagar mi cabello solo escucha a laex moverse detrás de mí hasta que siento que flota algo en mi espalda, volteo y miro que Alex tiene una esponja llena de jabón en la mano. -Qué solo te quiero tallar la espalda. -No confío en ti eres un degenerado. -Hay Pamela no soy un degenerado solo que no puedo mantenerme alejado de una diosa como tú. -Qué dulces tus palabras pero creo que es peligroso darte la espalda. -Por favor Pamela este es uno de mis sueños. Creo que me estoy volviendo loca ya que me parece raro pero lindo, me doy la vuelta para darle la espalda a Alex y siento como talla suavemente mi espalda con la esponja asiendo que me relaje pero pongo más atención cuando siento que pasa la esponja de mi espalda a mis hombros para después bajar a mis pechos y los masajea de forma lenta y suave asiendo me suspirar, eso pa
Pamela. Esta mañana me sentía un poco extraña como si tuviera un malestar general en todo el cuerpo como si me fuera a dar gripa o algo así y es extraño ya que los hombres lobos por lo general no nos enfermamos con tanta facilidad, intento pensar en el motivo por el cual me sienta tan mal pero lo único que viene a mi mente son recuerdos de Scott cuando me lo topaba en alguna parte lo feliz que se miraba al lado de Tamara y lo guapo que se miraba pero no sé por qué me siento mal al pensar en él, Alex se da cuenta de que tengo algo pero le miento no deseo decirle que estoy pensando en Scott no quiero que se sienta mal por qué sigo pensando en Scott creo que debí aceptar su rechazo el día del baile así mi loba no se sentiría atada a Scott de seguro está resintiendo esto como una traición a su pareja al dejar que Alex me marcará como suya, el desayuno acaba y al estar al lado de Alex me asé olvidar lo que siento me doy una ducha y me alistó para irnos ya deseo poder contarle a mi madre lo
Pamela. En algún momento de la tarde me quedo dormida en mi habitación y tengo un sueño un poco extraño se podría decir, estoy en el medio del bosque y me siento observada pero no veo nada a mí alrededor, escucho un ruido detrás de mí y no sé por qué pero el pánico se apodera de mi y comienzo a correr por el bosque, escucho gruñidos y las pisadas de un animal salvaje persiguiéndome siento como el animal me derriba haciéndome caer de frente en las hojas del bosque, volteo para verlo y lo único que miro son sus blancos colmillos venir hacia mi cabeza para morderme, despierto del sueño muy agitada y un escalofrío recorre mi espalda, dios se sintió tan real me tocó el rostro en busca de alguna marca. -Estás bien Pam. Doy un brinco al escuchar la voz de Alex en mi ventana lo miro entrar rápidamente y sostiene mi cara entre sus manos, sus ojos se ven muy alterados. -Qué te paso por qué estás tan asustada. Lo abrazo y me acurruco entre sus brazos para calmar un poco mi cuerpo, no sé por
Pamela. Estoy en el supermercado acompañando a mi madre en las compras ya que mi hermana Ana no quiso venir ella es mucho menos sociable que yo pero ella no tiene la culpa de que en esta manada se crean todos perfectos y descriminan a una chica que se viste de toda de negro y es un poco ruda la tachen de diferente y la asen a un lado, creo que es algo en lo que tenemos en común. -Hija toma. La voz de mi madre me trae a la realidad ya que estaba muy perdida en mi mente no me he podido concentrarme muy bien después de esta mañana de que Scott allá estado en mi habitación, me desestabilizó demasiado mi loba al tenerlo tan cerca se sentía cómoda pero yo no lo deseaba a mi lado, tomo la caja de cereal que me da mi madre y la colocó en el carrito para dar un suspiro y recargarme en este, mi madre me mira preocupada. -Qué tienes hija estás muy seria y eso no es normal en ti. -No lo sé madre no me siento muy bien. -No te gustó que el alfa entra en tu habitación. Miro con sorpresa a mi m
Pamela. Ayer Alex vino a verme antes de irse a dar sus rondas por el perímetro pero en verdad extraño demasiado su compañía supongo que ya me acostumbré a estar cerca de él, ya que anoche prácticamente mi papá lo tuvo que correr de mi habitación para que él se fuera a hacer su trabajo pero hoy quiero darle una pequeña sorpresa y me arreglo un poco para bajar las escaleras con una sonrisa llena de dicha, mi hermana Ana está en la cocina haciendo la tarea y me mira pasar muy feliz. -Y tú a dónde están de prisa. Me detengo en la puerta al escucharla y la volteo a ver con sorpresa. -Discúlpame señorita no sabía que usted era el oficial en turno para cuidar a los reclusos. -No pero papá y mamá no están y si llegan queran saber dónde estás, así que dime y ro les pasó la información. -Voy a ir a ver a Alex. -Hay ustedes dos parece que nacieron de la misma madre no pueden estar separados ni dos días. -Tu y yo somos de la misma pero somos completamente diferentes. -Yo miro las cosas co
Pamela. Me quedo mirando fijamente la puerta por la cual Alex se acaba de ir y mi mente está en un conflicto muy serio con mi loba en este instante, mi mente y mi corazón me dicen que me debo de quedar con Alex pero mi loba me orilla a seguir buscando a Scott, por qué no lo rechaze el día del baile debí de haber aceptado su rechazo, me maldigo a mí misma mil y un veces por no haberlo hecho pero ahora no sé qué hacer Alex me confesó lo que sentía por mí y eso en verdad me hizo muy feliz pero ahora Scott se está fijando en mí y eso es lo que siempre había querido en mi vida, miro cómo por la puerta entra Ana y se recargan el marco de esta se cruza de brazos y me da una mirada curiosa. -Que tu noviecito se enojó contigo. -Ana por favor no estoy de humor para tus malditas bromas. Me doy la vuelta y camino hasta mi puff donde me desplomo y la sigo mirando fijamente, se que Ana es muy lista incluso que yo y no vino aqui en vamos. -No me estoy burlando solo es curiosidad siempre le dijis
Pamela. Me despierto toda entumida por aver dormido en el marco de la ventana recargada, me estiró un poco y escucho como me truena la espalda me siento en mi cama y doy un suspiro cansado, me siento mal por el problema que tuvimos Alex y yo ayer maldito Scott por qué vino asta mi cuarto. -Hay diablos que voy hacer. Escuchó que mi estómago gruñe un poco, m****a tengo hambre, me levanto de la cama salgo de mi habitación y bajo silenciosamente las escaleras para no despertar a nadien que es muy temprano todavía, llego a la cocina y está muy oscura ya que afuera está bastante nublado esta mañana tal vez vaya a llover, ya es el tiempo del cambio de clima se va la hermosa primavera y los árboles se pintan de colores, tengo un poco de frío así que creo que me haré una taza de chocolate caliente y tal vez le haga una Alex para intentar hablar y resolver las cosas ya que ayer quedamos mal, hago el chocolate y me sirvo una taza y una de él, miro por la ventana de la casa esperando ver su gra
Alex. Miro que Pamela tiene un dilema lo puedo sentir por mi marca en su cuerpo no tengo el corazón tan fuerte como para recibir su rechazo en la cara así que la dejó ir por mi propia voluntad pero al aserlo siento que el corazón se me rompe en dos y mi lobo sufre una agonía que en cualquier momento me hará llorar y no estoy dispuesto a dejar que Scott me vea así y se regocije con mi dolor y mucho menos me gusta ver los ojos de Pamela entristecerse por mi asion, me doy la vuelta y me dirijo a mi territorio natal, corro lo más rápido que me permiten mis patas, siento que mis patas golpean la tierra del bosque con fuerza y siento que por fin llegué a mi territorio ya para este punto me tengo que detener ya que mis ojos están llenos de lágrimas que se derraman por mi pelaje doy un aullido lleno de dolor y angustia que me provocó dejar a Pamela en el territorio de Scott y quedarme sin su afecto, sin su amor, me quedé sin mi pareja, miro mis patas e intentó restablecer mi respiración que e