Pamela. En algún momento de la tarde me quedo dormida en mi habitación y tengo un sueño un poco extraño se podría decir, estoy en el medio del bosque y me siento observada pero no veo nada a mí alrededor, escucho un ruido detrás de mí y no sé por qué pero el pánico se apodera de mi y comienzo a correr por el bosque, escucho gruñidos y las pisadas de un animal salvaje persiguiéndome siento como el animal me derriba haciéndome caer de frente en las hojas del bosque, volteo para verlo y lo único que miro son sus blancos colmillos venir hacia mi cabeza para morderme, despierto del sueño muy agitada y un escalofrío recorre mi espalda, dios se sintió tan real me tocó el rostro en busca de alguna marca. -Estás bien Pam. Doy un brinco al escuchar la voz de Alex en mi ventana lo miro entrar rápidamente y sostiene mi cara entre sus manos, sus ojos se ven muy alterados. -Qué te paso por qué estás tan asustada. Lo abrazo y me acurruco entre sus brazos para calmar un poco mi cuerpo, no sé por
Pamela. Estoy en el supermercado acompañando a mi madre en las compras ya que mi hermana Ana no quiso venir ella es mucho menos sociable que yo pero ella no tiene la culpa de que en esta manada se crean todos perfectos y descriminan a una chica que se viste de toda de negro y es un poco ruda la tachen de diferente y la asen a un lado, creo que es algo en lo que tenemos en común. -Hija toma. La voz de mi madre me trae a la realidad ya que estaba muy perdida en mi mente no me he podido concentrarme muy bien después de esta mañana de que Scott allá estado en mi habitación, me desestabilizó demasiado mi loba al tenerlo tan cerca se sentía cómoda pero yo no lo deseaba a mi lado, tomo la caja de cereal que me da mi madre y la colocó en el carrito para dar un suspiro y recargarme en este, mi madre me mira preocupada. -Qué tienes hija estás muy seria y eso no es normal en ti. -No lo sé madre no me siento muy bien. -No te gustó que el alfa entra en tu habitación. Miro con sorpresa a mi m
Pamela. Ayer Alex vino a verme antes de irse a dar sus rondas por el perímetro pero en verdad extraño demasiado su compañía supongo que ya me acostumbré a estar cerca de él, ya que anoche prácticamente mi papá lo tuvo que correr de mi habitación para que él se fuera a hacer su trabajo pero hoy quiero darle una pequeña sorpresa y me arreglo un poco para bajar las escaleras con una sonrisa llena de dicha, mi hermana Ana está en la cocina haciendo la tarea y me mira pasar muy feliz. -Y tú a dónde están de prisa. Me detengo en la puerta al escucharla y la volteo a ver con sorpresa. -Discúlpame señorita no sabía que usted era el oficial en turno para cuidar a los reclusos. -No pero papá y mamá no están y si llegan queran saber dónde estás, así que dime y ro les pasó la información. -Voy a ir a ver a Alex. -Hay ustedes dos parece que nacieron de la misma madre no pueden estar separados ni dos días. -Tu y yo somos de la misma pero somos completamente diferentes. -Yo miro las cosas co
Pamela. Me quedo mirando fijamente la puerta por la cual Alex se acaba de ir y mi mente está en un conflicto muy serio con mi loba en este instante, mi mente y mi corazón me dicen que me debo de quedar con Alex pero mi loba me orilla a seguir buscando a Scott, por qué no lo rechaze el día del baile debí de haber aceptado su rechazo, me maldigo a mí misma mil y un veces por no haberlo hecho pero ahora no sé qué hacer Alex me confesó lo que sentía por mí y eso en verdad me hizo muy feliz pero ahora Scott se está fijando en mí y eso es lo que siempre había querido en mi vida, miro cómo por la puerta entra Ana y se recargan el marco de esta se cruza de brazos y me da una mirada curiosa. -Que tu noviecito se enojó contigo. -Ana por favor no estoy de humor para tus malditas bromas. Me doy la vuelta y camino hasta mi puff donde me desplomo y la sigo mirando fijamente, se que Ana es muy lista incluso que yo y no vino aqui en vamos. -No me estoy burlando solo es curiosidad siempre le dijis
Pamela. Me despierto toda entumida por aver dormido en el marco de la ventana recargada, me estiró un poco y escucho como me truena la espalda me siento en mi cama y doy un suspiro cansado, me siento mal por el problema que tuvimos Alex y yo ayer maldito Scott por qué vino asta mi cuarto. -Hay diablos que voy hacer. Escuchó que mi estómago gruñe un poco, m****a tengo hambre, me levanto de la cama salgo de mi habitación y bajo silenciosamente las escaleras para no despertar a nadien que es muy temprano todavía, llego a la cocina y está muy oscura ya que afuera está bastante nublado esta mañana tal vez vaya a llover, ya es el tiempo del cambio de clima se va la hermosa primavera y los árboles se pintan de colores, tengo un poco de frío así que creo que me haré una taza de chocolate caliente y tal vez le haga una Alex para intentar hablar y resolver las cosas ya que ayer quedamos mal, hago el chocolate y me sirvo una taza y una de él, miro por la ventana de la casa esperando ver su gra
Alex. Miro que Pamela tiene un dilema lo puedo sentir por mi marca en su cuerpo no tengo el corazón tan fuerte como para recibir su rechazo en la cara así que la dejó ir por mi propia voluntad pero al aserlo siento que el corazón se me rompe en dos y mi lobo sufre una agonía que en cualquier momento me hará llorar y no estoy dispuesto a dejar que Scott me vea así y se regocije con mi dolor y mucho menos me gusta ver los ojos de Pamela entristecerse por mi asion, me doy la vuelta y me dirijo a mi territorio natal, corro lo más rápido que me permiten mis patas, siento que mis patas golpean la tierra del bosque con fuerza y siento que por fin llegué a mi territorio ya para este punto me tengo que detener ya que mis ojos están llenos de lágrimas que se derraman por mi pelaje doy un aullido lleno de dolor y angustia que me provocó dejar a Pamela en el territorio de Scott y quedarme sin su afecto, sin su amor, me quedé sin mi pareja, miro mis patas e intentó restablecer mi respiración que e
Alex. Salgo de la ducha y tomo una toalla para secarme el cuerpo me dirijo al espejo que está dentro del baño y lo limpio para verme en él. -Diablos me paresco al abuelo aunque no tiene nada de malo el abuelo era bien parecido pero era muy serio. Me colocó la toalla en la cintura para tomar el rastrillo y la crema de afeitar me la colocó en la cara y comienzo a rasurarme pero escucho la puerta de mi cuarto abrirse y después escucho la voz de Caleb. -Hermanito dónde estás. -Estoy en el baño, no entres que no estoy vestido. -Como si quisiera verte, vengó a invitarte al cine. -No tengo ganas de salir mejor invita a Javier. -No me gusta ir con él, Javier se queda dormido a la mitad de la película y quiero salir con mi único hermano asé años que no te tenía tan cerca y para mi solo. No me gusta que Caleb intente usar la culpa para que acepte aser lo que él quiere pero Caleb tiene razón tal vez ir al cine me relaje un poco. -Solo deja que me termine de rasurar. -Okis. Me terminó
Pamela. Voy caminando a mi casa muy molesta con Scott por su forma de actuar durante esa dichosa cena que fue más bien un aquelarre donde yo era la bruja que estaban jusgando y deseaban colgar, no puedo creer la diferencia entre Alex y Scott, Alex me hubiera defendido sin importa que fueran su familia Alex es más atento, amoroso y gentil conmigo y Scott es más desentendido y no lo importa mucho el romance ya que el otro día me intento besas así nomás, escucho un ruido a mi derecha y alcanzó a voltear justo a tiempo para ver a un gran lobo venir así mí pero no lo suficiente como para esquivarlo lo único que puedo aser es cubrirme la cabeza y me transformo instintivamente para defender mi vida ya que el lobo intenta tomar mi cuello pero lo apartó con mis patas delanteras, intenta morderme varias veces la cabeza necesito quitármelo de encima ya, recuerdo lo que eme dijo una ves Alex que si me derivan use las garras de las patas traceras para rasgar el vientre del lobo atacante, eso hago