—yo... no sé qué decirte en cuanto a eso, es...— sus palabras flaquean ante aquella propuesta que jamás espero de parte de un hombre y que jamás pasó por su cabeza, tener hijos no era algo con lo que se veía a futuro, pero de pronto el celular de Jack suena, él lo mira y se da cuenta que es Duncan

—dame un segundo, Duncan me llama— le responde tranquilamente y escucha unos balazos desde el otro lado

—¿que diablos está pasando?— perdiendo la compostura Jack responde

—son los malditos hombres de Russo, desde hace varios días note que me estaban siguiendo—

—¿donde estás?—

—¿donde crees que voy a estar? A toda velocidad para evitar que me asesinen—

—¿dime que esa mierda de provocarlos no la hiciste a propósito, Duncan? ¡Maldito idiota!— él le cuelga y a toda prisa se coloca los zapatos y grace trata de preguntarle qué sucede al verlo tan alborotado después de esa llamada donde sabia que algo malo sucedía.

—Duncan está metido en un gran problema, te veo en unas horas, por favor, no le c