No entiendo porque Daniel no me contesta, llevo casi veinte minutos esperando a que venga por mí o que tan siquiera tenga la decencia de mandar alguien. Tengo una maleta y dos estuches con lentes, cargadores y cámaras que pesan demasiado y él no contesta mis llamadas. Mis nervios florecen, el que no tome mis llamadas solo puede significar una cosa: está en su segundo trabajo, el trabajo donde no paga impuestos.
Por mi bien, no lo molestaré.
—¿Natasha?— pregunto en cuanto miro un automóvil parecido al de ella. La bocina del auto cobra vida y la ventanilla del copiloto se baja.– ¡Natasha!— grito al ver a mi cuñada.
—Sube— inmediatamente se da cuenta de su error, así que baja del automóvil para ayudarme con mis cosas.— Todo esto está pesado, me arruinará mi manicura, ojalá mi hermano hubiese mandando a Zack.
—¿Por qué no vino él? Llevo viente minutos esperando y desesperada por su falta de comunicación conmigo.
—Me dijo que estabas enfada
Despierto gracias a unas coquillas en mi nuca, intento rascarme, pero me topo con una mano conocida en mi camino, Daniel. Intento ignorarlo dándome la vuelta, dándole la espalda.—Me duele la cabeza— explico, odio despertar con dolor de cabeza, me pone de mal humor y me pongo insoportable. —Apaga la luz.— Siento la ausencia de su peso en la cama, pero justo después de que la luz se apaga, su presencia junto a mí regresa.—¿Puedo quedarme aquí?— recorre mi espina dorsal con su dedo, su acción me relaja tanto.—¿Y Beth?— no tenemos una habitación de invitados, las dos están ocupadas con nuestras cosas.—Durmiendo en mi habitación, mañana iremos a buscarle un departamento cerca de la empresa. Ni de broma se puede quedar aquí, ¿te imaginas el alboroto de todos?—¿Un vampiro en la manada Luna Negra? Todos pensarían que somos unos traidores y que tramamos algo raro— susurro adormilada, me duele escucharme hablar.—La primera
Que bien se siente despertar abrazada de la persona que amas, aun y cuando una pequeña bola de pelo rizado te ha despertado con el solo fin de pedirte de desayunar. Me siento como nueva, haber dormido varias horas, ha hecho que me recupere del todo. Las camas de las cabañas me dañaron la espalda, tanto que mi cama parecía hecha por los mismísimos dioses del sueño.Daniel se mueve un poco para quitarse las sábanas de encima y aunque se ha despegado de mi piel, lo siento más cerca de nuca gracias a lo que pasó en la madrugada. El sexo une a las personas y desgraciadamente también las separa, espero que eso nunca nos pase.—¡Ya está el desayuno listo, parejita de lobos!— la puerta está cerrada, pero aun así el grito de Beth perfora mis oídos. —No los esperaré mucho, así que bajen o me comeré todo lo que he preparado.—Estoy un poco arrepentido de la presencia de Beth en casa, hoy mismo pediré que le encuentren un lugar para quedarse.— Comenta con la v
Desde lejos veo a los dos nuevos íntimos amigos charlar sobre lo hermoso que resulta la arquitectura. George escucha todo lo que Daniel dice y explica y creo que se ha aguantado las ganas de ir por un pizarrón y un marcador para explicarle todo con detalle. Puedo notar lo bien que domina el tema, la forma en la que habla de ello me dice que es feliz por haber tomado la decisión de estudiar una carrera universitaria tan compleja como lo es la arquitectura. Una vez entré a la habitación de Daniel hace no mucho, había varios, no sé si se les puede llamar así, pero había bocetos sobre su mesa y varias hojas de papel hechas esferas en todo el suelo. Revisé cada uno de ellos aún sabiendo que lo que estaba haciendo está totalmente prohibido. La razón por la que tenemos una habitación para cada quien es para pasar tiempo con uno mismo de forma que tengamos cierta privacidad uno del otro. Cada cosa que hay dentro de ellas son propiedad ajena, por lo tanto la ley de no husmear es t
—¡Daniel!— la voz de Bethany es de total angustia, me sujeta de las mejillas y me intenta mirar las pupilas buscando algo que le diga que es lo que me sucede.— Elizabeth se mareó.No sé como sucedió, no sé como resultó, pero George actuó rápido y con la seguridad que a mí me faltó. Cuando Bethany nos atrapó tomándonos de la mano, George corrió hacia mí y me sujeto de la cintura haciendo alusión a que yo estaba a punto de desvanecerme y la verdad es que creo que estoy a punto de hacerlo.—¡¿Qué?!— Daniel aparece como un rayo, en cuestión de segundos está remplazando las manos y la fuerza de George. —Te agradezco, amigo. Elizabeth, ¿te encuentras bien?— hace unos minutos lo hacía, hasta que de verdad me he empezado a sentir mareada y abrumada.—Estoy bien...&mda
—¿Elizabeth, estás engañando a Daniel?— me pongo de pie, sobresaltada por las acusaciones de mi amigo.—¡¿Qué!? ¡No! No digas tonterías, él es George —señalo hacia el chico de cabello largo.—¿Todavía tienes el descaro? Lo estamos viendo con nuestros propios ojos— escupe con sorna Stefany, con todo el odio del mundo, la miro.—Le llamaré a mi amigo, esto no puede ser— Zack da dos pasos atrás, como si temiera que le quitáramos el teléfono para impedir que lo haga.—Llámalo Zack, hazlo— lo aliento, no podrá quedar más en ridículo cuando Daniel le diga que sabe con quién estoy.—¡Daniel! Estoy enfrente de Elizabeth, está con un vampiro, un hombre. —Le dice alarmado.— ¿De Beth? —pone los ojos en nosotros, yo miro a George, quien tiene una expresión de diversión, pero tiene los puños a los costados apretados. La complexión de George es delgada, pero estoy segura de que es más fuerte que Zack y eso a pesar de ser un saco de músculos. —Entien
No sé cuanto me resulta bochornoso e incomodo estar desayunando con tres personas. Una de ellas el amor de mi vida, la otra es Bethany. La pobre de Bethany, antes de dormir, lloró desconsolada por lo que sucedió con la tal Danna. Nos explicó con llanto y berridos que ella tenía una novia con la que había durado más se sies meses, que era linda y recatada. Por como la describe, siento que era de esas mujeres elegantes que visten de traje sastre y zapatillas para toda la ocasión. Y lo más importante del mundo, ella no había salido del clóset con su familia, supongo que por esa misma razón. A veces la gente rica está llena de estrictos estereotipos. Ella la engañó, pero no con una mujer, sino con un hombre. Cosa que hirió más el orgullo, la dignidad y el ego de Bethany. No dijo nada más, solo dijo que buscó el nombre de la mamá de Danna en su teléfono y le marcó, le dijo que Danna era lesbiana y que había mantenido una relación con ella por medio año. Es por eso que Danna no pudo regre
Es nuestro primer día sin Bethany en casa y no sé si sentirme feliz o triste por eso. No hay un desayuno delicioso esperando ser devorado por dos lobos, ahora, solo hay comida saludable hecha por el amor de mi vida y se lo agradezco, pero la comida de Beth, es otro nivel. Daniel le compró un departamento cerca de la constructora, no está cerca de casa, pero le han dado un auto por parte de Clark's así que ella puede venir cuando quiera.—Ya pasaron varias semanas desde que te pedí matrimonio, ¿no crees que es hora de que le digamos a todos? Quiero que uses el anillo, no lo compré para que esté guardado en el estuche de tus cámaras. —Dejo de comer y llevo mi mirada hasta el hombre guapísimo que tengo enfrente.—¿Crees que ya es hora? Pues me pareció entender que tú querías una fiesta para hacerlo oficial con todos, así que no te v
La chica pelirroja y yo nos miramos fijamente, buscando nuestro nombre en el archivo de nuestra cabeza. La conozco de algún lado, estoy segura y si es así, ella también tiene esa expresión de que también me conoce. La pregunta es, ¿de dónde la conozco? ¿De la academia? No lo creo, su cabello es demasiado llamativo, la hubiera visto y la recordaría por ello. ¿Del instituto? Es una alta probabilidad de que así sea, la verdad es que no le tomé mucha importancia a la gente me señalaba por los pasillos. —¿Podrían ayudarme?— tiene la cara llena de manchas de aceite del auto, su morena está teñida de rojo y tiene varias gotas de sudor escurriéndole por sus mechones rojos.— He tenido que caminar mucho, he llamado a la agencia de automóviles que me rentó el auto, ya vienen por él, pero necesito llevar una maleta. —Sube— digo antes de que mi racionalidad me impida dejar que suba a la camioneta. Puedo notar que ella es licántropo, lo siento y ella también puede sent