Cuando amaneció aquella mañana Megan se despertó con una resolución, el dolor estaba consumiendola pero aún más el mantener una relación llena de dudas e inestabilidad sumado a un tercero en discordia que nunca los dejaría ser felices.

Se levantó y nuevamente se vistió de negro no solo por guardar luto sino poque era de la manera que sería, estaba en un punto muy bajo de su vida y vestir algo colorido era para cuando celebras la vida.

— Buenos días Ian, las verdad es que te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero hoy mismo buscaré otro lugar donde vivir.

— Hola Megan, ¿Cómo te sientes?

— Todavía muy afligida pero con la voluntad de salir adelante, necesito de tu ayuda, ¿Tienes un abogado de confianza?

— Por supuesto, el que trabajaba para mi padre.

— Bien, por favor ponme en contacto con el.

Esa misma mañana Megan fue a la casa de Duncan, para ella ya el contrato matrimonial no tenía sentido su madre murió y su relación fracaso, había hecho redactar los papeles del divorcio