Mientras Duncan lloraba en silencio bajo la lluvia no se percató que su abuela lo observaba llena de gran dolor, para ella él era un hijo y solo quería verlo feliz, estaba preocupada pues no lo veía tan triste desde el día en que fallecieron sus padres.

Había sido un niño introvertido que se había guardado su dolor para no afectarle a ella y porque en su mente se exigía ser fuerte, pero era más vulnerable de lo que parecía, en ese momento él se giró y al verla intentó disimular.

Apenas entró a la casa esta le preguntó, — ¿por qué estás tan deprimido hijo?, ¿Por qué te quedaste bajo la lluvia?, te podrías enfermar.

— Abuela, me encontré finalmente con Megan, estoy desesperado, lamentablemente no va a perdonarme nunca, la hice sufrir demasiado fueron innumerables mis faltas en el pasado.

— No puedes darte por vencido sin más, no pensarías que te lo pondría fácil, ¿verdad? — , lo consoló y lo animó a seguir su corazón.

— ¿Tú crees?

— Además que soy mujer y creo que hubiese reaccionado