Los siguientes días para Natasha fueron un verdadero infierno. La prensa la acosó hasta el punto que tuvo que dejar de ir a la Galería y trasladarse a la casa de Michael para su seguridad. Los portales de internet volvieron la noticia viral reenviando y compartiendo la información. Hubo gente en acuerdo y desacuerdo con lo que se decía de ella en los medios, afortunadamente para la gente ella era Dasha Petit y su verdadera identidad estaba resguardada.
Aun así, temía por Emma, las fotografías de su hija también estaban circulando junto a las fotografías de Michael. Haciendo énfasis en la relación de padre e hija y acusándola de una roba maridos y de ser la principal causante del divorcio de Michael con Ava.
La prensa se había ensañado con ella; olvidándose de lo que Ava había hecho y ahora la apuntaban con el dedo.
—¡Esto no puede co
Natasha observó en completo silencio a Michael, mientras él preparaba una pequeña maleta de viaje.—No puedes irte, Michael —dijo luego de debatirse por un largo momento.—No hay opciones, cariño. Quiero que tu nombre quede limpio de toda esta porquería que lanzaron en tu contra. Ya, Ryan se ha hecho cargo de contratar a expertos en informática para retirar los videos. Ellos de hecho vienen con nosotros, porque han rastreado la IP desde dónde salieron las primeras publicaciones —explicó.—Aun así, estoy dispuesta a renunciar a mi carrera, pero no quiero exponerte Michael. Tu nombre seguirá estando en el ojo del huracán y yo…—Basta, Natasha, esto que hago lo estoy haciendo por nuestra familia, por nuestros hijos, si no frenamos ahora a quién está detrás de todo esto, viviremos el resto de nuestras vidas soportando to
«Ojo por ojo y pariente por pariente»«Ojo por ojo y pariente por pariente»«Ojo por ojo y pariente por pariente»Michael apretó los dientes al escuchar la voz de Ava Smith al otro lado de la línea, esa mala mujer era la fuente de todos sus problemas.—¡Ava! —gritó para llamar la atención del oficial que recién entraba a la sala. El hombre le hizo señas para qué continuará conversando, mientras intentaba rastrear la llamada.—Oh, eres tú Michael, pensé que estarías volando a Francia —se burló la mujer y rápidamente Michael supo que todo el asunto del plagio era obra de Ava y seguramente de Richard.—No vas a conseguir lo que te propones, Ava, deja a mi hija fuera de todo este asunto. Si quieres un culpable, entonces habla conmigo ¡Desquita tu enojo conmigo, pero no con mi hij
Michael apretó los dientes al sentir el dolor en su costado, afortunadamente para él solo había sido un roce.—Tranquila mi pequeña, todo está bien —se obligó a decir.Por supuesto le dolía y la sangre tampoco se hizo esperar, pero no quería preocupar a su hija. Emma era muy pequeña para estar viviendo todo este asunto de odios y venganzas qué hasta el momento él no comprendía.—¿Estás seguro? —preguntó Emma intentando, pero Michael asintió y se cubrió la herida con una mano.Exactamente no supo quién había disparado, al girar el único hombre sobre el piso de la pista era el secuestrador que amenazara la vida de Emma y nada más.—¿¡Llamen una ambulancia!? —pidió el Oficial antes de acercarse a Michael.—¿Está bien, señor Collins? —preguntó el hombre.—Sí, ha sido un roce, pero estoy bien —aseguró, mientras Emma no dejaba de estar pendiente de su padre.—Haremos que lo revisen y que sean los paramédicos quienes determinen su estado. Trasladaremos a la señora Smith y el señor Lewis a pr
Gerald observó a Natasha, Emma y Michael dormir plácidamente luego de un día de locos. Suspiró y en silencio abandonó la habitación.—Creo que tú y yo necesitamos tener una conversación muy sincera —dijo Andrew saliendo de su habitación.El hombre lo había estado vigilando y no le había pasado desapercibido la manera en la que Gerald miraba a Natasha y a Emma y lo último que deseaba era que su nieto terminara siendo engañado por la mujer que amaba.—Me parece que llegó la hora, señor Collins. He estado esperando este momento desde hace muchos años —respondió Gerald adoptando un rostro serio.Andrew asintió en silencio y encabezó la caminata hacia la biblioteca en el primer piso. El hombre no sabía exactamente cómo abordar el tema, porque de enterarse Michael probablemente se enfadaría. Pero no podía dejar que esto ocurriera bajo sus narices y no hacer nada.Había aceptado la relación de Michael con Natasha por él y por la niña que se había robado su corazón. La pequeña tenía el don de
Natasha hizo un esfuerzo considerable para no reírse de las cosas que Michael hacía cuando se trataba de Bruno, pero fracasó.—¿Creíste que esas rosas eran para mí? —preguntó arrastrándolo a la salida del aeropuerto con Emma y Ryan caminando detrás de ellos.—¿Qué puedo decir en mi defensa? —respondió con otra pregunta—. ¿Sabes desde cuando ese par se entienden? —añadió y Natasha negó.—No tengo ni la más mínima idea. Lo que considero importante es que no soy el objetivo de Bruno y no sabes cuánto me alegra. Hemos sido amigos por muchos años, siendo sincera no me habría gustado que termináramos mal.Michael asintió y le sonrió antes de darle un corto beso.—¿Nos vamos a casa? —preguntó ya estando en el auto.—Me gustaría ir contigo, pero si no es mucha molestia prefiero quedarme en mi departamento y buscarte mañana para tomar el caso de… —Ryan hizo una pausa para no mencionar el tema del secuestro—. Estoy cansado, el viaje ha sido cómodo, pero demasiado largo —añadió y los adultos com
Michael miró a Natasha con ojos de amor. En ese momento se sentía el hombre más feliz y afortunado del mundo, tenerla como madre de sus hijos sin duda había sido el sueño de su vida; desde que la había mirado por primera vez.—Te amo —dijo bajando los labios para besar la frente de la muchacha.Natasha dejó que un par de lágrimas se derramaran de sus ojos; era feliz y compartir este momento único con su familia era lo mejor de todo. Miró a Gerald con disimulo y lo miró limpiarse las lágrimas. El corazón de la joven se estremeció por el amor que su hermano sentía por ella.—¡Tendré dos hermanitos! —gritó Emma emocionada con la noticia.Mientras tanto el doctor le pasó un par de toallas húmedas a Michael para que limpiara el vientre de Natasha.Minutos más tarde estaban saliendo del consultorio.—¡No puedo creerlo, serán dos! —Emma sin duda era la más feliz de todos, o quizá por su edad su entusiasmo era mayor.—Tranquila cariño, vas a golpearte —le pidió Gerald mientras la tomaba de la
Natasha estaba en una bruma llena de felicidad, no podía creer que estaba allí frente al espejo viéndose por segunda vez con un traje de novia.Luchó para que el recuerdo del pasado no arruinara lo que hoy estaba a punto de suceder. Las cosas siete años atrás habían ido mal, por muchas situaciones que tanto ella como Michael no pudieron prever.Pero ahora era distinto. Su familia estaba de acuerdo, tenían una hija hermosa y dos pequeños de camino, aunque aún no sabían el sexo de los bebés, ella estaba segura, se trataba de un niño y una niña.—¿Estás lista? —preguntó Gerald asomando la cabeza por la puerta.Natasha lo miró, tenía tantas ganas de decirle que sabía la verdad, que no estaba enojada y que sería la mujer más feliz del mundo al escucharlo llamarla hermana, pero entendía que para él quizá las cosas no eran fáciles.—Sí —respondió sintiendo como su garganta era apretada por una fuerza invisible.Gerald no había entrado del todo y no era porque no quería, sino porque Emma esta
Michael y Natasha se despidieron de la familia. Emma se mostró serena y muy madura para dejar marchar a sus padres sin ella.La luna de miel fue pospuesta debido al embarazo de Natasha, pero su noche de bodas iban a pasarla en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad.—Menos mal que no pueden encargar más hermanitos —susurró Emma apenas el auto de sus padres salió por el sendero y atravesó la reja.—¿Cómo? —Gerald miró a Emma como si a la niña le hubieran salido dos cabezas y tuviera diez ojos.—Que es una suerte que no puedan encargar más hermanitos, con dos creo que es suficiente —respondió Emma en medio de un suspiro.—Me temo que hay que vigilar a esta pequeña, sabe demasiadas cosas para su edad —intervino Ryan cruzándose de brazos.Emma giró su rostro para verlo y achicó los ojos para tratar de intimidar al hombre.—Quita esa cara, Emma. No te va a funcionar conmigo —le advirtió elevando una ceja y dibujando una sonrisa en los labios.—Me caías bien, ¿sabes? —dijo la niña