Cuando el empleado que dijo John abrió la puerta del pasajero del auto, sin pensarlo dos veces, Jessie empujo a Cedric dentro, ella manejaría, el no se sentía ni con la fuerza ni con la capacidad de hacerlo por lo que se lo agradeció y apenas sintió el espaldar contra su cuerpo se recostó cansado soltando un gran suspiro, tenía un torbellino de emociones pugnando en su interior y no quería permitir que ninguna saliera, había tenido poco menos de un mes preparándose para eso, se había prometido que sería fuerte, pero el solo pensar que no volvería a ver a Nora lo destruía, imágenes, recuerdos de cuando llegaron por primera vez a su casa, de la manera en que habían discutido desde el principio de la forma en que ella lo había tratado, tan estricta pero cariñosa a la vez, de ella y Norbert lleno a la escuela por algún problema, o a algún evento, a sus partidos de básquet, de ella en la cocina haciendo galletas, de ella sonriendo de ella simplemente siendo ella, se arrepintió de no haber i
El tiempo en un funeral o cuando se está de luto pasa de manera misteriosa, extraña o al menos eso fue lo que le pareció a Cedric, sintió que todo el tiempo que estuvo que estuvo en su antigua casa con Norbert y Jessie pero sin Nora había sido suficiente para despedirse y había anhelado que terminara rápido, pero una vez termino, deseo que durara un poco más, sentía que no era suficiente que aún le faltaba un poco más para despedirse, para que el dolor se fuera.— Sé que ella está feliz porque tú tienes a Jessie y yo a mi hija, porque aunque duela ambos estaremos bien. —Había dicho Norbert que tras una semana de la muerte de su esposa se veía más tranquilo y sosegado.Como si ya se hubiese despedido de todo aquello con anterioridad, y lo había hecho, pero aun así sus ojos seguían reflejando tristeza, quizás nunca más dejarían de verse tristes pero él estaba dispuesto a continuar, por Nora, el también lo haría, ambos tenían a alguien que los sostuviera, quien les diera el apoyo para sa
— ¿Por qué no?— Porque no es a lo que estas acostumbrado, eres un excelente hombre de negocios pero tu forma de trabajar y la mía son diferentes y temo que choquen en algún momento.— Sabremos afrontarlo.— ¿Y si no?— Lo haremos, no tienes de que preocuparte, Shells, te amo y sé que tú me amas a mí, saldremos de esta.— Si eso no pasa, Ced, si por algún motivo no podemos seguir juntos... Prométeme que estarás bien.— ¿A que le tienes miedo? ¿Qué es lo que me estas ocultando?— No estoy ocultando nada, es solo que nos espera una temporada separados y tú crees tan firmemente que me necesitas que me da miedo.— No estaremos separados, iré contigo...— ¿Ves? Ced no puedes aferrarte a mí así.— No me aferro a ti, te amo y quiero estar contigo ¿Es que acaso tu no?— Claro que quiero estar contigo... Pero temo que si realmente lo nuestro no llega a funcionar una vez tenga que irme...— En el amor todo ha terminado cuando uno de los amantes piensa que sería posible un final.— Deja a Charle
Shlly miro una vez mas a Cedric quien estaba aun dormido en la cama, el corazón se le encogia mientras se vestia en silencio para no despertarlo, tragándose las lagrimas que no quería derramar, no quería irse, no quería dejarlo asi, quería expliacarle sus motivos pero temia no poder enfrentarlo, no se creía capaz de darle sus motivos sin hecharse a llorar como una tonta y estaba segura de que si lo veía directamente a los ojos mientras le decía que lo iba a dejar, entonces no seria capaz de hacerlo, se quedaría con el y rompería la promesa que hacia años había hecho y no podía romperla, estaba en un gran dilema, en su corazón, ya que su cerebro estaba completamente decidido a lo que debía hacer, en su cabeza, lo que estaba haciendo era lo lógico, lo natural, lo correcto, termino de vestirse y miro una vez mas a Cedric dormido, suspiro y salio de la habitación con los zapatos en una mano busco su bolso y el resto de sus cosas antes de dirigirse a la cocina, sabia que al despertar lo pri
Shlly miro una vez mas a Cedric quien estaba aun dormido en la cama, el corazón se le encogia mientras se vestia en silencio para no despertarlo, tragándose las lagrimas que no quería derramar, no quería irse, no quería dejarlo asi, quería expliacarle sus motivos pero temia no poder enfrentarlo, no se creía capaz de darle sus motivos sin hecharse a llorar como una tonta y estaba segura de que si lo veía directamente a los ojos mientras le decía que lo iba a dejar, entonces no seria capaz de hacerlo, se quedaría con el y rompería la promesa que hacia años había hecho y no podía romperla, estaba en un gran dilema, en su corazón, ya que su cerebro estaba completamente decidido a lo que debía hacer, en su cabeza, lo que estaba haciendo era lo lógico, lo natural, lo correcto, termino de vestirse y miro una vez mas a Cedric dormido, suspiro y salio de la habitación con los zapatos en una mano busco su bolso y el resto de sus cosas antes de dirigirse a la cocina, sabia que al despertar lo pr
En la mañana se despertó sintiendo las sabanas frías a su alrededor, la cama vacía, se movió incomodo, aún con la esperanza de sentir el cuerpo cálido y desnudo de Shelley, pero no fue así, ella no estaba,, se sentó en la cama con el ceño fruncido y miro a su alrededor, nada, al ver la hora suspiro y una sonrisa se dibujo en sus labios, alivio, eran las ocho de la mañana, Shelley había entrado a trabajar a las seis, debía haberse ido sin despertarlo, no era la primera vez que lo hacía, la llamaría más tarde para regañarla por esa mala costumbre, se estiro desperezando su cuerpo y con un gran bostezo antes de levantarse por completo para realizar su rutina antes de ir a trabajar el también, pero antes se le antojaba una buena taza de café y algo de comer, con una sonrisa tonta en el rostro fue a la cocina pero al ver un solitario trozo de papel en la barra para el desayuno la sonrisa desapareció, tenía un muy mal presentimiento, se acercó poco a poco, como si de una bomba se tratase, l
Un estruendoso ruido lo despertó de golpe, no solo a él, sino a la media docena de personas que lo rodeaban, todos se levantaron de golpe, asustados al ver al grupo de hombres encapuchados y vestidos de negro que entraban a su casa como agentes en un allanamiento a un cartel de drogas, con armas en mano incluidas.— Muy bien todo el que no sea dueño de casa, lárguese ahora o serán arrestados. — Amenazo una voz muy familiar desde la puerta, Cedric entrecerró los ojos hacia el de manera sospechosa.Los demás agentes se dispersaron por el lugar buscando a más de sus "invitados" por toda la casa mientras los que habían estado inconscientes en la sala de estar junto a el recogían sus ropas faltantes y salían corriendo del lugar, semidesnudos y descalzos, hombres y mujeres por igual, el hombre que había hablado se acero a él y le entrego un vaso de café humeante.— ¿Qué mierda se supone que haces?— Un favor.— ¿A quién? —preguntó renuente mirando como otra media docena de personas abandona
Se afeito y ducho lo más rápido que pudo, tomo lo primero que encontró en el armario y luego de ponerse los zapatos tomo sus cosas y salió de su casa, tenía menos de cuatro horas para llegar a los viñedos y conseguirla, si no lo lograba, la perdería, pero el viaje tomaba tres horas y medias, aunque él podía conducir más rápido y hacer el viaje en menos tiempo, tenía que ser cuidadoso, no quería que lo arrestaran en el camino y perder la oportunidad. Cuando salió de su casa e iba a buscar su coche escucho una bocina a cierta distancia, la ignoro pero volvió a escucharla por lo que volteo encontrándose una camioneta SUV negra a media cuadra, pudo reconocer a Bruno en el asiento del conductor, Zack iba de copiloto y por lo que pudo ver en la distancia y atreves del cristal, estaba sonriendo, gruño molesto y se acercó a ellos.— ¿Qué mierda?— Sabía que no te quedarías allí como un imbécil. —Afirmó Zack aún con su enorme sonrisa. —Me debes una ronda de cervezas.— ¿Ustedes apostaron?— So