Fernanda ya estaba lista para llevar a su hijo a la escuela, cuando Max la llamó al estudio. Aún no habían resuelto sus diferencias, porque él se habia vuelto distante, preocupado.- ¿ Qué pasa? llevaré tarde a max.Había un hombre alto y atlético, de pie junto a Max, cuando entró, hablaba discretamente con él. - Él es Damián, a partir de hoy estará contigo, irá a dónde tu vayas, te llevará al trabajo, te acompañará por max, está capacitado para protegerte.- ¿Ahora necesitas mantenerme vigilada?.Hizo una seña al hombre y él salió de la habitación.Fernanda estaba muy enfadada.-¡ No tienes ningún derecho a hacerme esto! - gritó.- Por supuesto que lo tengo, - dijo tratando de mantener la calma - eres mi esposa, y prometí que te protegería, en verdad necesito que hagas esto.Ella vió preocupación en su mirada, algo que no había visto en mucho tiempo, hizo que su enfado disminuyera.- Te llevará en un auto, así que por favor, sigue sus instrucciones. - le dijo seriamente, ella lo vi
Max estaba preocupado, sabía que Fernanda había aceptado de mala gana a su custodia, y temía que hiciera algo imprudente. En algún momento tendría que hablar con ella, aunque quería posponer el momento hasta que fuera absolutamente necesario.Por su parte, Fernanda seguia con su rutina, tratando de ignorar la presencia de su guardaespaldas, ya que eso la ponía cada vez más nerviosa.Una mañana llegando a casa, se duchó y se sentó en su cama, rompiéndo en llanto, Max entró en ese momento a la habitación, y se arrodilló frente a ella.- Oye, ¿ porqué estás llorando? - acarició su rostro, limpiándo sus lágrimas.- ¿Qué ... haces... aquí?. - dijo hablando de forma entrecortada.- Creo que vivo aquí - le sonrió. - Olvidé mi maletín, iba por él y te escuché. ¿ Me dirás que pasa?- Lo siento, es que a veces,... las situaciones que vivo, me rebasan - decía con la mirada baja, - no sé si puedes entenderlo.Se sentó en la cama junto a ella y sólo la abrazó. No iba a obligarla a compartirlo si n
Ella estaba sentada a su lado, y lo besó suavemente en los labios, ya habían pasado 12 horas desde el accidente, y Max aún estaba inconsciente, ella tomó su mano entre las suyas, observando la marca que había dejado el anillo de boda en su dedo, después la puso contra su mejilla, tratando de sentir su calidez.- ¿ Sabes?, aquel día que lloré, vi a una esposa, junto a su esposo herido, indefenso, era alguién como tú, un padre protector, alguien amado por su familia, y yo no pude... no pudimos salvarlo, y ahora, tú estas aquí y mis temores se hacen reales porque no puedo hacer nada más por ti.-¿ Estas bien, querida?.Fernanda se sobresaltó al escuchar la voz de Alexander, se puso de pie, sin soltar la mano de Max.- ¿Qué hace aquí?.- Me gustaría trasladarlo a un hospital privado, donde haya más seguridad, esto ... esto no debió pasar.- Él no está en condiciones de moverse, no creo que sea lo más adecuado.- Yo solo busco lo mejor para él. - Entiendo pero, yo soy su esposa y por el m
Max había regresado a casa, después de pasar unos días más en el hospital, Fernanda quiso asegurarse que todo estuviera bien, lo dejó acostarse en la cama, quería que se sintiera cómodo. -¿ Sabes como estan mis guardaespaldas?.- Ellos estan fuera de peligro, no te preocupes, ya me encargué de todo eso.- Muy bien, - la miró orgulloso- ahora vamos a cosas más importantes,¿ quieres darme mi argolla?, por favor. Fernanda lo vió, sonriéndole, y le puso el anillo en su dedo.- Gracias,... por cuidarme ,... por amarme. - acarició su rostro. Ella se acercó, y se besaron, con la esperanza de que todo saldría bien.Carolina había traido a los niños, y con cuidado max se acercó y lo abrazó. Habló con él por un largo rato, y le contó todo lo que había hecho en la escuela, saludó a su hija, y la besó.Fernanda insistió en que descansara más tiempo, antes de volver al trabajo. Él estaba sentado en la sala, cuando llego alguién inesperado.- Max, alguien vino a visitarte -le dijo Fernanda. - P
Fernanda trabajaba en su portátil, en el estudio, carolina dormía y maxi hacía su tarea, junto a ella, aún seguía molesta con Max, no habian hablado desde su desplante, creyó correcto darle espacio, para que ordenara sus ideas.Al llegar a casa, Max solo encontró silencio, descubrió que su hija dormía. Busco a su esposa y a su hijo, los encontró en el estudio. - Lo siento,- dijo al verlo, empezó a guardar las cosas con las que estaba trabajando. - maxi, vamos terminaras tu tarea en la habitación.- No es necesario, quédense. - dijo seriamente y salió de ahí. Su hijo la vió y no entendía porque estaba enojado.- Mi papi no está contento.- No, cariño, no lo está, termina con eso, por favor, y después comeremos, ¿está bien?- Si, mami.****- Max, ¿vienes? ya está todo listo.- Estoy bien, no tienes que preocuparte.- estaba sentado en la sala, revisando documentos. Fernanda no insistió, pero él llevaba varios días de esa manera.- ¡Maldición Max, ya basta! no aprendiste nada de lo qu
Max ya le habia contado a Fernanda sobre sus planes para separarse del bufete, como antes, quería tener su propia clientela, sin estar condicionado por un superior. A ella le había gustado la idea, solo que le llevaria un poco te tiempo realizarla.No queria trabajar en casa, así que se propuso buscar un lugar propio.- Sé que quieres hacer esto, pero no tendrás un socio. Todo el trabajo será para tí. - Ya se dará, con el tiempo, mientras, buscaré una secretaria legal. - Que sea mayor, que no use maquillaje y que esté pasada de peso, por favor. El sonrió ante la sugerencia.- ¿No confías en mi?- dijo tomándola por la cintura.- Nunca se sabe con que clase de persona te encontrarás.- No te preocupes por eso, sabes que solo tengo ojos para tí. - le tocó la punta de la nariz.- No es gracioso.- intentó soltarse su agarre, pero él la abrazó mas fuerte, la besó intensamente, mordiendo sus labios - soy solo tuyo, amor.****Los planes de Max se dieron mucho más rápido de lo que él pensa
Fernanda ya habia acostado a sus hijos, y se disponía a ducharse, era viernes y al dia siguente no habia escuela y ella descansaba del trabajo, pero sabía que faltaba algo por hacer, porque no le habia gustado la actitud de Max.- Voy a la ducha - le dijo al pasar junto a él. - Oye, tengo algo que decir- dijo deteniéndola.- Si, también yo, tengo que decir, es estúpido que pienses que yo... tengo algo que ver con Damián, ¡ni siquiera me resulta atractivo! y tú como siempre, sacando conclusiones adelantadas, dijiste que ya no hariamos esto, pero... no estás haciendo tu parte. - ¿ Y cómo sabes que eso es lo que iba a decirte?, no tienes ni idea.- Porque te conozco, más de lo que tu crees, a veces eres, ... posesivo y eso te delata. - ¿ No puedo serlo? - la sujeto del brazo bruscamente, acercándola a él. - Solo defiendo lo que es mío. - Esto va mas allá, en verdad Max , me pediste que confiara en tí, pero tu no haces lo mismo.La soltó, alejándose de ella, se pasó la mano por el cab
Después de ese día, Max estado sido muy atento y cariñoso, llevaban su vida tranquilamente, se había disculpado con Damián por su comportamiento y ya prosperaba en su propio bufete, contaba con un socio, que había resultado ser un amigo de la infancia. Fernanda seguía como jefa del servicio, y como en todo trabajo, tenía sus inconvenientes. Trataba de no descuidar a sus hijos y a su vida en pareja. Sentía que amaba a Max, cada día más, y esperaba que durara por siempre. ****Tuvo problemas con uno de sus médicos, y tenía que quedarse a solucionarlo, no pudo comunicarse con Max, llamó a Damián y no pudo localizarlo.- ¿Qué pasa ahora? - se dijo- es muy extraño.Salía de su oficina, dispuesta a irse, tomó su mochila y se dirigió a la salida. Tuvo una sensación de que era observada, pero no vió nada extraño.- Max, contesta por favor- insistió.Vió a un hombre caminar hacia ella, apresurado, y entró en la sala, casi golpeándola al pasar.- Deja de ser paranoica- dijo para sí misma, mir