(Filippo Valentini)Incluso con una bala alojada en mi brazo y sangre goteando de mi ojo izquierdo por el golpe que recibí en la frente con una barra de hierro, lo que más me duele es ver su rostro hinchado, claramente porque la golpearon, y completamente empapado de lágrimas. Siento el odio corriendo por mis venas.—Togliete le mani da mia donna— "¡Quita tus manos de mi esposa!" —digo en voz alta y enojado mientras levanto mi arma, apuntando al gusano que tiene a Renata agarrada por la cintura.—¿Sabías que es feo presentarse en una fiesta a la que no fuiste invitado, ragazzo? —escupe Tiago mientras apunta con su arma a la cabeza de Renata—. Pero tu sacerdote no tuvo tiempo suficiente para educarte, ¿verdad? Pobre hombre, murió demasiado joven.—Secuestrar a la prometida de otro hombre no es educado —respondo y desbloqueo el arma, escuchando el sonido de su arma haciendo lo mismo, me controlo para no mostrar nerviosismo.Necesito mantener la calma; el plan debe seguir adelante.—Oh,
(Renata Pellegrini)Siento que mi cabello se eriza al sentir el toque de Filippo en mi cintura, ¡Dios! Cómo extrañé esas manos. Controlando el suspiro de alegría por tenerlo tan cerca una vez más, miro desde su mano hasta su rostro y la mandíbula de Filippo está tensa, lo veo en sus ojos, su mano aprieta aún más mi cintura. Observo la figura de un caballero parado en medio de la habitación y sus ojos están fijos en Filippo, parece que están en un duelo.El caballero de cabello gris es el primero en romper el intercambio de miradas, sus ojos caen sobre mí y una sombra de sonrisa aparece, pero pronto desaparece. Por un momento, creo ver dolor en su mirada, como si al verme, malos recuerdos lo atormentaran.-He oído que fueron a rescatar a mi nieta, así que vine a buscarla- dices tú, el agarre de Filippo se intensifica.-Ella no irá a ningún lado contigo, Dominic- dice Filippo y solo escucho la extraña conversación entre ellos. ¿De quién están hablando? Quiero alejarme, pero Filippo pare
(Renata Pellegrini)Fico encarando o objeto en sus manos, no sé por qué, pero mi corazón se aprieta. No tengo idea de qué hay del otro lado y, por alguna razón inexplicable, siento... ¿miedo? Pero ya estoy en un lío. Cojo el portarretratos y lo giro, trago saliva al reconocer la figura masculina en la foto... es mi padre... sostiene a un bebé y junto a él hay una mujer. Siento que mi corazón late más rápido, es como si estuviera mirándome en un espejo...— Esta mujer... — Comienzo a hablar, pero Vicenzo me interrumpe.— Marieta Martinelli, la principessa della famiglia Martinelli. — Dice. — Tu madre dio su vida por ti.— E-e-esto no puede ser verdad. — Hablo nerviosa. — Soy brasileña, nací y crecí en Brasil, yo...— Eres italiana, naciste aquí, en Italia. Tu padre te llevó a Brasil.— Esto no puede ser verdad... — Sigo mirando el portarretratos en mis manos.— ¿Nunca te pareció extraño que el nombre de tu padre no aparezca en tus documentos? — Pregunta Vicenzo.— Al principio, sí, per
(Renata Pellegrini)—No quiero hablar contigo —digo y aparto la mirada. Sé que no es justo juzgar a alguien sin escuchar primero la otra versión de la historia, y tampoco tengo motivos para creer a Vincenzo, pero los recuerdos son demasiado intensos.—Comprendo, yo sé... —comienza a hablar Dominic.—Ella dijo que no —interrumpe Vincenzo bruscamente, enfatizando mi respuesta—. Es hora de ir a casa, Dominic.—No me voy de aquí sin mi nieta —dice Dominic autoritariamente—. Y no me vengas con que ella dijo que no, aquí la mujer solo tiene voz si su tutor lo permite, y yo soy su tutor. Tú sabes cómo funcionan las cosas...—¡Tú no eres mío tutor! —grito y me levanto—. Ni siquiera sé quién eres, ¿cómo crees que puedes tener autoridad sobre mí?—Soy tu nonno —dice—. He estado buscándote durante muchos años.—¡No significas nada para mí! —hablo con disgusto. Puede que no haya escuchado su versión de la historia, pero el simple hecho de que me esté tratando como un objeto indica que realmente e
(Renata Pellegrini)Observo uma mujer en uniforme servir comida en mi plato, el aroma de la lasaña impregna mis fosas nasales y mi estómago revuelve. Ni siquiera recuerdo la última vez que comí.No puedo evitar las memorias, este es el segundo plato que solía hacer mi padre.Si fuera en el pasado, me sentiría incómoda por tener a alguien sirviéndome la comida, como si fuera una inválida, pero después de salir tanto con Filippo a restaurantes y cenas de negocios, me he acostumbrado. Así es como veo esta casa, solo un lugar que estoy visitando, pronto estaré lejos de aquí.Tengo ganas de protestar por la cantidad en mi plato, pero necesito mantener la etiqueta. Una vez que la mujer sale del comedor, comienzo a comer. Desafortunadamente, para la etiqueta, no puedo mantener la calma y como rápido. Creo que ni siquiera me llevó un minuto terminar la pequeña porción.— ¿Estuvo bueno? — Dominic habla, recordándome de su existencia.— Fue comestible. — Digo tratando de sonar fría, pero me gus
(Filippo Valentini)Después de que el médico terminó con mi brazo, miré la puerta durante unas horas más con la falsa esperanza de que ella regresara. Pero eso no sucedió, ese pedazo de mierda logró llevarla lejos de mí y en este momento estoy tan enojado que estoy usando todo mi autocontrol para no romper todo.-Filippo, ven a cenar. -La voz de Lais centró mi atención en la puerta.-No tengo hambre. -Digo sin mirarla.El bebé comienza a llorar en su regazo, esto me hace apartar la mirada y ver a la esposa de mi hermano Matteo con el bebé en brazos, tratando de hacer que deje de llorar mientras habla palabras dulces que hacen que mis pensamientos vuelvan a Renata. En unos meses, el bebé estará fuera de su vientre, en sus brazos, ella lo mirará con amor... un niño que quizás no sea mío, pero yo me haré cargo.-¿Qué pasó? Vicenzo también dijo que no tiene hambre y se encerró en la oficina. Tú saliste y volviste bañado en sangre.-Pensé que la única cosa a la que prestabas atención era e
(Renata Pellegrini)— O seu olhar é igualzinho ao da mia sorella. — 'Mi hermana', la voz de un hombre extraño detrás de mí me asusta, miro hacia atrás y lo primero que veo es su abdomen bien definido, levanto la mirada y al fijarla en su rostro, siento que toda mi cara se pone roja de vergüenza.Desvío la mirada y bajo la cabeza, ¡cielos, este es el hombre que atrapé arriba con la mujer atada! Espero que ella no me haya visto.— Demétrio, figlio. — 'hijo', Dominic habla, lo que me hace entender que el hombre que atrapé es mi zio, 'tío'. ¡Cielos, qué vergüenza!— ¿No vas a mirarme, mia nipote? — 'mi sobrina', dice Demétrio.Cierro los ojos con fuerza y respiro profundamente, me giro y me enfrento a él.— Eres igual que mi hermana. — Demétrio dice y sostiene mi mentón, en el mismo instante en que tira de él, solo él y Dios saben dónde estaban sus manos, y por su ropa escasa, solo una bermuda y una bata, estoy segura de que no se ha bañado ni se ha lavado las manos. — Pero a diferencia d
(Renata Pellegrini)-Rê!- Escucho la voz de Caio llamándome, miro en su dirección y corre hacia donde estoy. No puedo contenerlo y lloro en su hombro, él me abraza con más fuerza en su abrazo. Han pasado unos cinco minutos desde que salí del jet, me dejaron en un lugar que no conocía, antes de venir, le pedí a Amanda que me llamara, le pedí que viniera a buscarme, pero quien apareció fue Caio. Amanda debe estar muy herida, eso me preocupa.-Relájate, ahora estás a salvo -susurra Caio en mi oído.-¿Cómo está Amanda? -pregunto, calmándome.-Ella está mejorando... la dejé en tu casa, ahora está allí. Ven, te llevaré.Sigo a Caio a su coche. Él abre la puerta para mí, en el camino de regreso a casa pienso en Filippo, esta vez fui yo quien se fue sin decirle, pero a diferencia de mí, él sabe dónde encontrarme.-Renata -Escucho la voz de Caio desde lejos.-Hola -parpadeo y lo miro.-¿Estás bien? -pregunta preocupado.-Sí, estamos bien ahora -hablo y sonrío, acariciando mi vientre.Después d