Una vez que las dos partes hicieron sus llamadas, ambos esperaron en un punto intermedio.

En ese momento, incluso la policía no podía predecir realmente cómo terminaría la situación. Los resultados posteriores serían el factor decisivo de si los eventos de hoy se darían a conocer al público o permanecerían privados.

“¿Qué grupo va a salir victorioso?”, murmuró Sharon en silencio para sí misma, con el corazón lleno de dudas y vacilaciones.

En un momento, ella estaba alentando a Hayward para que fuera el vencedor, y al siguiente, esperaba que Murphy, que todavía la había estado mirando furtivamente con ojos enamorados, saliera victorioso.

En pocas palabras, le estaban lanzando una avalancha de emociones complicadas a ella.

Mientras Sharon continuaba preguntándose, se escucharon pasos detrás de la puerta de la sala de interrogatorios.

Varios pasos de hecho, y todos parecían moverse con bastante rapidez.

“¡Diablos, sí, papá! ¿Está aquí el presidente Lloyd?”, preguntó Hayward emocion