En ese momento, varios policías entraron a la habitación junto con el que inicialmente los había señalado.

“¡Son ellos!”.

Una voz enojada provino de alguien que tenía una gasa blanca envuelta alrededor de su cabeza. Mientras se acercaba, el grupo finalmente pudo distinguir quién era la persona, que estaba señalando a Hayward.

‘Su nombre era Murphy, ¿verdad?’, pensó Gerald.

La situación estaba bastante clara. Después de que Hayward había atacado a Murphy, Murphy debió haber llamado a la policía después de que le trataran las heridas. Parecía que la policía había logrado rastrearlos aquí con la ayuda de las cámaras de vigilancia en la Calle Comercial Mayberry.

Por si eso no fuera suficiente, Hayward también había reservado una mesa en un restaurante cerca de la Calle Comercial Mayberry a su nombre.

“¡Muy bien, necesitaremos que todos ustedes vengan con nosotros!”, dijo un solo oficial de policía con frialdad.

Tanto Hayward como Sharon comenzaron a entrar en pánico.

Aunque Hayward