Lucian se sorprendió un poco y se preguntó por qué la reacción de Aiden fue tan intensa, pero no lo cuestionó.

“Todos sabemos de seguro que Lindsay no estará en peligro. ¡No te preocupes!”, continuó Lucian.

“Por cierto, patriarca Lucian, ¿cree que podría ser obra del departamento de guerra de Yanam?”. Aiden arrastró a Lucian a una habitación pequeña, cerró la puerta y preguntó en voz baja.

“¿Qué quieres decir?”. Lucian frunció el ceño.

“Usted debería saber que el hermano Gerald y yo hemos tenido conflictos con el departamento de guerra de Yanam en el pasado, ¿verdad?”, preguntó Aiden mientras tragaba saliva. Desde que se despertó, este pensamiento había estado en su mente todo el día. Cuanto más pensaba en ello, más sentía que era posible.

“Lo sé. Gerald mató a los ancianos de las tres familias más grandes, e incluso el ex jefe del departamento de guerra, Godwin Linwod, desapareció de manera extraña. Ustedes también hicieron eso, ¿verdad?”. Lucian asintió. Este asunto ya no era un