Tras escapar con éxito de la Isla Montholm, Gerald inmediatamente tomó el camino marítimo hacia la Montaña Langvern en la Ciudad Halimark.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que alguien se había fijado en su aura. Por mucho que intentara deshacerse de la persona que lo estaba rastreando, ¡no lo conseguía!

'¿Es realmente la voluntad de Dios que nunca podré encontrar a Mila y al segundo tío...?', pensó Gerald con bastante ansiedad.

¿Qué clase de inmenso poder sobrenatural poseía Queena…? Honestamente, ella era probablemente otra verdadera gran maestra que Gerald había conocido aparte de Finnley. ¡Es absolutamente aterrador!

A pesar de saber que las probabilidades estaban en su contra, Gerald siguió adelante, dispuesto a agotar las pocas fuerzas que le quedaban mientras aún existiera un rayo de esperanza.

Eran alrededor de las tres de la mañana cuando Gerald finalmente llegó al pie de la Montaña Langvern.

Para entonces, la persona que lo había e