Después de eso, Gerald se dirigió rápidamente a salvar a Amo Fenderson y a los demás. Ellos también habían sido capturados ya que Hendrik había planeado torturarlos si Gerald aún se negaba a rendirse ante las antiguas técnicas de brujería después de un tiempo.

Por suerte, Hendrik personalmente no les había hecho casi nada.

Sin embargo, aunque la enfermedad de Amo Fenderson se había curado, todo el cansancio, el miedo y la tortura por los que tuvo que pasar el hombre de noventa años lo había afectado. Cuando todos fueron liberados, Gerald descubrió que Amo Fenderson llevaba ya un tiempo en estado de coma.

Cuando todos comenzaron a salir de la mansión, Joshua, que estaba cansado y exhausto, no pudo evitar preguntar: “… Por cierto, sénior… ¿Se irá de nuevo después de esto…? Si es así, ¿a dónde se dirige ahora...?”.

“Buscaré al maestro Fantasma. ¡Simplemente ya no puedo seguir quedándome en la Isla Montholm! No se preocupen, me aseguraré de ordenar a algunos de los vigilantes de mi