17Amalia siguió trabajando como modelo exclusiva para la marca de maternidad, ahora estaría a otro nivel, no sería modelo de revista sino que sus comerciales pasarían a la pantalla.—Firmaras un contrato exclusivo al igual que la revista, será desde ropa para embarazadas hasta artículos para bebés. —dijo el gerente que le explicaba.—No creo que acepte, no..—¿Cómo que no aceptaras? Es una gran oportunidad mi niña, acepta es tu sueño de siempre, por seguir ese sueño pasaste por mucho.Le sugirió Enza quien la acompañaba a cada sesión que tenía.—Abuela, yo...—Amalia tú aceptaras y que pase lo que te va que pasar.Amalia leyó el contrato que le entregaron y al final terminó aceptando. Firmó el contrato de modelo exclusiva de la marca ya casi siete meses y empezó con las sesiones de fotos y grabación de comerciales y anuncios.Los días pasaron y ya era el lanzamiento de la nueva línea de ropa de maternidad, el gran desfile sería en uno de los hoteles más prestigioso de la isla de Capri
18Amalia estaba en quirófano cuando entró Jean, tomó su mano y la miró a los ojos.—Justo a tiempo para ver nacer a nuestros hijos mi amor, no me lo perdería por nada del mundo.—Tengo miedo Jean, aún les faltan dos meses, no quiero que les suceda nada malo.—Eso no pasará mi vida, nuestros hijos estarán bien ellos don fuertes Amalia apretó la mano de Jean sintiendo un poco de tranquilidad, sus ojos poco a poco se fueron cerrando empezaron el proceso de sacar a los pequeños. El primero en ser sacado del vientre se se madre fue Gían quien lloró fuerte que su llanto inundó la sala, seguido ir Fabrizzio que estaba sosteniendo su mano, y por último Enzo, quien estaba entrelazado del pie de su segundo hermano.Los bebés fueron puestos en los brazos de Jean uno a uno y el fue presentando los a su su madre.—Mira mi amor, nuestro primogénito, Gían, es hermoso como su madre.Y así siguieron los otros dos y fueron puestos en brazos de los pediatras y llevados al área de neonatología y puest
19Jean se despidió de Amalia y salió de la habitación.—Vuelve pronto, tus hijos y yo te esperamos. —dijo Amalia dando un abrazo.—Cuídate hijo. —recomendó Enza.Jean tomó el ascensor y antes de que se cerrará un hombre vestido de doctor.—Muy feliz con tu mujer ¿Cierto?Esa pregunta con el gesto y tono hizo Que Jean mirara al doctor desconocido.—¿Disculpe? No lo vi antes. ¿Quién eres?—Alguien que está interesado en que tu felicidad se vuelva infelicidad .—¿Quién carajos eres? —preguntó Jean agarrando la solapa del mandil del supuesto médico.—Si quieres saber quién soy será mejor que me acompañes para mostrarte algo muy importante.—No tengo que ir a ningún lado, dime quién eres y qué carajos quieres de mí.Rudolf Storibio le dio una sonrisa retorcida a Jean, y este decidió seguirlo.Salieron del ascensor y caminaron cada uno a su auto y salieron del hospital general.Manejaron por largo rato, y una hora después estaban llegando al hospital psiquiátrico.Jean no tenía idea de que
20Los días siguientes Jean no apareció no llamó a Amalia, su celular lo había destruido por cada ves que intentaba comunicarse recibía imágenes de lo que Amalia hacia a diario.En todo ese tiempo Amalia había buscado y comprado una pequeña casa en un barrio de Roma, era uno de los barrios más alejado de la cuidad, y estaba lista para ser habitado por ellas.—Abuela, ya todo está listo para marcharemos, solo falta empacar lo necesario. Y por favor no le digas nada a Juliann, no quiero que intente detenerme.—Está bien hija, será como tú digas.Enza empacó lo poco que necesitarían, Alma se despidió de Rainier y de la pequeña Carolina.—Toma está cadenita Almais, esto nos mantendrá unidos y cuando sea grande te buscaré y nos casaremos.—¿Somos novios? —Pues claro, tu serás mi novia en mi corazón siempre.—Y tu mi novio, por siempre. Esta pulserita será nuestra brújula. Cuando seamos grande volveremos a temer nuestras cosas. —dijo Almais abrazándose a Rainier dejando un beso en du mejill
21Rudolf despertó muy temprano hizo su rutina de ejercicios para mantenerse en forma, era un hombre muy ambicioso e inteligente, con artimañas logró convertirse en el hombre de confianza de Emilio, el jefe de la casa siciliana dentro de la organización.Vestido con su traje a medida, se miró al espejo y arregló sus cabellos oscuros, anudo su corbata cuando los golpes en la puerta me llamaron la atención.Caminó hasta ella miró a ver quién era, por qué desconfiaba de todos hasta de su sombra.—¿Qué haces aquí Libia? Te dije que ya no quiero nada contigo. —habló déspota mente.—No me puedes dejar Rudolf, te recuerdo que fui yo quien te presentó al hombre que sacaste de tu camino para que te integrarán a la organización y te convirtieran en el jefe de seguridad del jefe.—¿Y tengo que agradecerte lo toda la vida? —De ser posible, si, por qué estás en mis manos y cuidadito con que le suceda algo a una sola hebra de mis cabellos, por qué quedas delatado ante todo el mundo.—A mi me me a
22Amalia estaba al pendiente de Aurora hasta que estuvo bien y poder llevarla a casa.Un mes había pasado, y ya estaban nuevamente todas reunidas.—Gracias Amalia, gracias por estar siempre.—Eres mi hermana, y siempre estaré para ti.—Por favor, no quiero que Frank me encuentre.—Te ha buscado tanto, no se por que no te encontró antes. El tiene derecho a saber de que tendrá un bebé.—No Amalia, él, él no me ama, solo fue un momento de pasión nada más.—No lo creo, lo hubieras visto lo ansioso que estaba el día que desapareciste.—Solo fue momento de debilidad., Amalia.—Pues no estoy de acuerdo, pero ...—Yo respete tu decisión de irte cuando descubriste tu embarazo, yo jamás busque a Jean para decirle, ahora es tu turno Amalia. No me falles por favor.—¡Ey! Tranquila, no lo llamaré, será cuando tú decidas decirle. Te tengo una noticia, Rudolf te dará trabajo en una de sus casa de modas, será la administradora.—¿De verdad? Gracias, gracias Ami, lo necesito tanto ahora. ¿Cuándo empi
23Rudolf acompañó a Amalia a ir por los pequeños, en el trayecto, ella ideó todo tipo de argumentos para llevárselos y no poner en peligro a Enza, Alma y Aurora.—No pienses tanto Amalia. Si te portas bien, todo será mucha más fácil. Piensa que en la anciana y la hermanita y sus hijas.—Me llevaré a mis hijos, pero a ellas déjalas tranquilas por favor, Laura está s punto de tener a su bebé, no tienen donde ir.—Me interesas solo tú, y de ti depende de que ellas no sospechen nada, para que no les pase nada. —respondió cogiendo su barbilla, acto que le causó repulsión a Amalia que de un manazo quitó la mano de Rudolf de su rostro.—No vuelvas a tocarme nunca más en tu vida. —Rudolf se carcajeo sarcástica mente.Llegaron a la residencia donde Amalia compartía con Enza, Aurora y Alma, sintió estrujar su corazón solo de pensar en tener que alejarse de ellas nuevamente. Miró con nostalgia su casa donde creyó viviría tranquila por mucho tiempo. Miró con desprecio a Rudolf, limpio sus lágrima
24Amalia no durmió en toda la noche, caminó de un lado a otro mirando a sus hijos y pensando en cómo sacar a su familia de ese lugar.Fue a baño se duchó y mientras el agua corría por su cuerpo, sentía que debía tomar control de la situación. Salió de baño envuelta en una toalla, se miró al espejo y vio un semblante serio.—Desde que llegué a este país, todo el mundo te a engañado, utilizado y chantajeado. Pero ya no más, Amalia la soñadora, la dulce y tierna crédula ya no más, ahora serás diferente. —se dijo mirándose al espejo.Mientras en Amalia se despertaba una mujer diferente, y empoderada. Jean cada día veía a Selene más recuperada. Una semana había pasado desde que la rescató de ese manicomio.—Jean, gracias, gracias por sacarme de ese lugar. —agradeció Selene.—Ahora ya estás completamente recuperada, ahora tú y yo vamos hablar. —expresó Jean, con tono frío y despectivo .—Te diré todo lo que desees saber.—¿Es verdad que perdiste un bebé.?—No, nunca estuve embarazada. ¿Quié