Alejandro me suelta y sale de la cocina sin decir una sola palabra más, yo me quedo jadeando y dando gracias a los cielos por su retirada.
Emily me mira con los ojos completamente abiertos, y su boca creo que ha caído hasta el suelo, y me hace sentir aún más avergonzada porque por cierto momento me olvidé de su presencia y que estaba ahí observando la escenita que hemos montado.— ¿Qué?— Olivia… estás — hace una pausa — No, no, no… Están… completamente jodidos.— ¿De qué me hablas? — trato de hacerme la tonta, pero es imposible.— Mira, tú ya estás muy grandecita para explicarte estás cosas, yo de ti, me sentaba y hablaba con él, le contaba todo, absolutamente tooodo y salía de eso de una vez — baja el tono de su voz — Y no perdería la oportunidad de ser feliz y formar una familia.— ¿La locura de Nick se te ha contagiado?— No, Olivia — Emily se molesta por mi comentario — Deberías de dejar de ser tan orgullosa y obstinada y ha— Me importa un carajo, ¡Renuncio! — y antes de salir Nick se me atraviesa en el camino y bloquea mi paso — ¡Déjame salir o…! — trato de empezar una advertencia.— Espera, Olivia. Cálmate un momento — me pide Emily, interrumpiendo las siguientes palabras que iban a salir de mi boca.— No voy a pasar por lo mismo, no otra vez, Emily — me entrego al llanto — Tú más que nadie sabe todo lo que he tenido que pasar — puedo apenas pronunciarle en medio del sollozo. — Lo sé — me afirma y agacha la cabeza arrepentida. Ella se encuentra en la peor situación de todas, apoyar a su esposo o su amiga.— Olivia — me pide su atención Nick — Estamos en quiebra — pronuncia con tanta rudeza que parece tratar de ocultar algo más — Si te vas tendré que cerrar este lugar.Deja de ocupar la salida y entra despacio, derrotado y con el mundo encima y al final se deja caer con todo su peso sobre una de las sillas del lugar, respira profundo y parece que ha dejado caer un g
“El renovado restaurante del Hotel Johnson´s London Corporated ha integrado a un nuevo ayudante es su cocina, la mismísima Isabel Johnson, sí exactamente la hermana del renombradísimo Nick Johnson heredero de todo el conglomerado Johnson que últimamente se ha visto envuelto en ciertos inciertos económicos. Este podrá ser la última apuesta del joven empresario para no perder lo que su padre formó durante años ¿Qué cargo ocupara la joven esperanza de la familia?Además, se supo que en su mismo equipo se encuentra el dueño de restaurante y chef Alejandro Fonollar y la chef en jefe Olivia Rose, ahora nos preguntamos como muchos otros ¿Por qué no dejó a su hermana Isabel en ese puesto? ¿O entrará ella a ocupar ese puesto desterrando a la chef Olivia? ¿No confía en las habilidades de Isabel? O ¿Le apuesta a la experiencia de la chef Olivia Rose? Y si es así ¿Por qué no dejar al chef Alejandro Fonollar que parece tener más experiencia? Lo vemos en su popular restaurante, que ha adqu
— Oliva, tenemos que hablar — escuchar su voz inmediatamente me hace cambiar de estado de ánimo, siento el rostro caliente, aprieto con fuerza los puños y tiro el limpión que estoy usando para limpiar los platos de los pedidos.— Primero, Isabel — recalco su nombre — Le pido que me diga chef, porque es lo que soy, además soy la jefe de cocina y merezco el respeto. — me acerco un paso más a ella obligándola ir hacía atrás — Y no le he dado la confianza para que me llame de otra manera. Segundo, estamos en pleno servicio, mis horarios de cotilleo son reducidos a nada. Así que, si no se trata de algo sobre la cocina, le pido que no lo diga. El resto de la cocina queda en completo silencio, exceptuando por supuesto el ruido de las ollas, cubiertos y platos. Es posible que todos hubiesen escuchado mis palabras, no obstante, no intento bajar la voz, porque quiero que todos entiendan que el tener el apellido Johnson no le va a dar privilegios en la cocina a esta mujer, y muc
Entra Alejandro a la cocina con todo y su imponencia, claramente él parece más el jefe que yo, así que estiro mi espalda y levanto el mentón. Isabel sonríe de manera maquiavélica mientras ambos pasamos por su lado y eso la hace ver menos atractiva. Yo me voy detrás de Alejandro para evitar que me vea sonrojada, las ultimas palabras que me mencionó en el callejón me quedaron haciendo eco en mi mente. Si fuese una persona con TOC estaría teniendo un ataque nervioso en este momento por no haber finalizado esa frase… “Yo aún estoy… ¿¡Qué!? ¡Maldición! Está… ¿Enamorado…? No, no, no eso es imposible. Cómo podría estar enamorado de mí ahora, si nunca lo ha estado.— ¿Qué sucede? — Alejandro le pregunta Emily quien espera en la puerta que da de la cocina al comedor.— ¿Y Olivia? — pegunta extrañada Emily. — Am… Aquí está.— ¿Qué? ¿Qué sucede? — me sacan de mi ataque interno de histeria y me sacudo para espabilar rápidamente. — Es que necesito a O
— ¿Entonces vamos a robarnos la Michelín? — pregunta Alejandro mientras que yo práctico uno de mis platos a solas en la cocina. Se le ve sonriente y de buen humor, de hecho, intenta bromear conmigo.Le hago cara de no comprender lo que me dice, aunque de apoco los recuerdos de la noche anterior con el periodista empiezan a aparecer. Alejandro levanta el periódico hasta mi altura y en un título grande en negrita dice “La estrella que le robarán a Alejandro´s Fonollar” con una foto de nuestra cocina en pleno servicio.— ¡Ay, por Dios! — dejo de hacer lo que estoy haciendo y le rapo el periódico a Alejandro de las manos para leer rápidamente el articulo — Ese tipo es un imbécil, no dije absolutamente nada de lo que está aquí — pronuncio por lo bajo. — ¿Qué sucedió? — Un periodista, anoche vino a hacer preguntas — respiro para controlar mi ira — Y como no quise contestarlas ha sacado eso — lanzo el periódico hasta el mesón más cercano. — Acaso ¿Qué
— Siento mucho lo que Isabel hizo hoy — doy un respingo porque pensé que estaba sola y la oscuridad del callejón no deja de intimidar y menos a esta hora. — ¿Acaso eres su padre o su acudiente? — voy cerrando las puertas de la cocina, el invierno se va sintiendo cada vez más. Estoy agotada, el día ha sido agotador y sobre todo el servicio con lo que ocurrió.— No.— Entonces no te preocupes por eso… — lo miro directamente a los ojos y le sonrío, estos días han estado relativamente tranquilos, al menos con él — Aunque… no niego que tengo unas ganas de… — hago con las manos una señal de apretarle el cuello como un a un pollo. Alejandro se carcajea fuerte por mi expresión y asiente con bastante fuerza como si a él también se le antojara hacerle lo mismo, cualquiera querría lo mismo después de arruinar por lo menos 10 platos seguidos, todos por “accidente” — Tal vez con eso que hizo hoy Nick recapacite y haga algo al respecto. Esos actos podrían llegar a ar
— Me cuesta creer tus palabras — le confieso y él solo se limita a bajar la cabeza.— ¿Crees que alguna vez puedas volver a creer en mis palabras?— No lo sé, Alejandro. Sinceramente no lo sé.Nos quedamos un tiempo más en silencio mientras tomamos otras dos copas uno al lado del otro sin siquiera sentarnos en las butacas de la barra, tampoco me invita al sofá, estamos cómodos así aunque llevemos todo el día de pie, en este momento estoy segura de que ninguno de los dos piensa en el cansancio físico. Ambos estamos tan sumergidos en nuestros pensamientos que ni quiera se siente tanta incomodidad como al principio — Olivia, solo tienes que creer que mis sentimientos por ti cada día son más fuertes y haré lo posible para que estés bien — suspira con melancolía — Así nunca más me vuelvas a determinar — finaliza y hasta a mí me duele esa frase.La verdad que volver a cocinar con él del otro lado de la cocina es un sueño hecho realidad, pensé que
Salgo rápidamente de ascensor y como si fuese enviado por el cielo, fuera del edificio una persona se baja de un taxi, le grito para que no se vaya, aunque parecen no escucharme, así que, me veo obligada a hablar más fuerte y agitar mi mano con fuerza. El hombre le paga al taxista y espera con la puerta abierta a que yo llegue allí, no soy capaz de levantar la mirada solo decirle gracias y me subo al coche. Le pido al taxista que me lleve a Tooting Bec cerca del parque donde ahora vivo con Martín, no me percato de mirar por la ventana a ver si veo a Alejandro, la verdad no me apetece visualizar de nuevo esa imagen de Alejandro corriendo tras del taxi, específicamente tas de mí, cierro los ojos, fuerte y las lágrimas caen sobre mis manos y el corazón se me hunde más en el pecho. Entro directo a mi habitación, no me doy el espacio de ver a mi pequeño ni a la nana, me encierro para dejarme llevar el por el llanto y desahogarme, me quito la chamarra y mi camisa está sin