POV: Esme O' Sullivan.
Bajo las escaleras temblando como una hoja, siento el sudor frío correr por mi frente y no dejo de pensar que no debía aceptar la idea de Ashley, Vivianne está loca, de eso no hay dudas. No he dado ni dos pasos cuando un ruido sordo me hace voltear. Con el miedo palpitando en mi garganta, ruego para que no sea lo que estoy pensando, pero un bulto color blanco rueda por las escaleras y mi corazón se detiene por unos segundos.
Como en cámara lenta lo veo todo; mi amiga cayendo sin poder hacer nada, la risa maquiavélica de Vivianne resonando, desde el segundo piso, en toda la tienda. Y, por último, mi grito de terror. Lo escucho, aunque no alcanzo a creer que haya sido yo. Así de irreal se siente todo.
En cuanto logro reaccionar, corro hacia donde mi amiga yace en el suelo. Desmayada. No ando mirando si Vivianne continúa observándonos desde arriba, solo puedo escuchar el ec
POV: Ricardo Fuentes.«No puedo creer que haya fallado otra vez». Me repito una y otra vez, mientras conduzco como loco detrás de la ambulancia que lleva a Ashley.La desesperación cubre cada pedazo de mí, de solo pensar en que esta vez, puede ser diferente. Tuvimos el peligro en las mismas narices y no nos dimos cuenta.—¡Maldición! —Golpeo el volante con furia recorriendo mis venas, además de miedo.Ashley no es solo la prometida de mi jefe y amigo; es como una hija para mí. Desde el principio supe que esa pequeña era especial, pero los últimos tiempos, he podido confirmarlo. Es como su madre. Y de solo pensar en que le suceda algo malo, algo irreversible, me duele el corazón. No solo por mí, más bien, por todos los que forman vida junto a ella.—Señor, la señorita O' Sullivan está reaccionando, ¿hacia d&oac
—Vivianne regresó.Conforme escucho su afirmación, golpeo la mesa frente a mí con mi puño. «¡Joder! ¡Lo sabía, sabía que ella estaba cerca! Estuvo esperando el momento justo para presentarse. ¡Maldita sea!».La ansiedad me llena y lo primero que pienso, es en Ashley. Si le sucediera algo yo creo que no podría soportarlo.—¿Y Ashley? ¿Ella está bien? —pregunto, impaciente, con un nudo en la garganta, recordando el encuentro anterior entre ellas y el atrevimiento de Vivianne; lo que pudo provocar su episodio de locura.Un temblor me recorre en cuanto escucho a Ricardo suspirar del otro lado de la línea. Demora un segundo de más en darme una respuesta y solo esa fracción de tiempo me basta para intuir problemas. Mi corazón se acelera y sube a mi garganta, sintiendo terror ante lo que el silencio puede signifi
POV: Ashley.El monitor comienza a sonar en cuanto el médico me da la noticia. Literalmente, siento que mi corazón se detiene y, por supuesto, el aparato conectado a mí, lo informa.El ruido es bastante molesto, pero yo estoy en shock. Solo repito en mi cabeza, sin parar, las palabras dichas. La forma en que cambia el sentido de mi vida en solo un segundo. No puedo sonreír, no todavía. No puedo celebrar, porque puede ser en vano. A fin de cuentas, rodé por unas escaleras.Veo al médico correr en mi dirección, para tratar de estabilizar la máquina, ya que solo fue una falsa alarma. Lo miro, sin ver realmente; tal parece que estoy flotando sobre una nebulosa, viéndolo todo desde fuera y sin poder hacer nada.De repente, otro estruendo me hace saltar. Reacciono a tiempo de ver a Esme atravesar la puerta como loca, jadeando y con los ojos muy abiertos, repletos de lágrimas. Una risa
POV: William.—Lo siento, Will…Ash... —solloza y mi corazón se detiene—, va camino al hospital, Vivianne la empujó y cayó por unas escaleras. No dejo de recordar esta frase que me rompió de mil formas diferentes. ¿Desesperación? Eso es poco para todo lo que sentí mientras creía lo peor, mientras no tenía noticias de ella.Mezcla de emociones contradictorias, pero todas siguiendo una pauta: disgusto y desconsuelo. No sentía una sin creer que la otra estaba siendo más influyente. La rabia por saber que otra vez Vivianne había puesto en peligro a Ashley y de contra, esta había huido después; cólera por no creer que todo un equipo de seguridad había sido burlado por una demente. Agonía, al no tener nada claro sobre el estado de mi prometida y sentir el constante y profundo miedo a perderla.Una vez le dije a
POV: Ashley.Varias veces, mientras William insiste en saber por qué quiero adelantar la boda, tengo que morderme la lengua para poder callar. Tengo un plan; uno que se me ocurrió de una manera muy curiosa y el que quiero cumplir al pie de la letra.Que no se diga que Will es el único detallista de los dos, porque yo también tengo mi vena romántica y necesito sacarla a relucir luego de todo lo que él me preparó en la pedida de mano.Saber que ahora sí estoy embarazada me tiene de un puro nervio y quiero compartir todas estas emociones con él. Estoy segura de que se pondrá feliz con la noticia, puesto que la otra vez, con las probabilidades, fue bastante evidente que deseaba una confirmación.No dejo de pensar en el momento que deba decirle e imagino sus ojos brillosos y su sonrisa radiante.—¿Qué piensas? —pregunta, interrumpiéndome de repe
POV: Ashley.«Hoy es el gran día», pienso, al borde de las lágrimas, cuando me veo al espejo vestida de novia.El vestido que consiguió Eleonor es hermoso; en cuanto lo vi supe que sería perfecto. Mi maquillaje es sencillo y mi cabello, suelto en ondas, está adornado únicamente por una corona de pequeñas flores blancas que sostiene un largo velo. Justo como me imaginé cuando mi suegra me propuso el tema de la boda.Abanico mis ojos cuando siento que me estoy emocionando demasiado.—Tienes las hormonas revueltas, es normal —murmura Esme detrás de mí, acomodando los vuelos del bajo del vestido.Yo me río y asiento, porque es la realidad. Desde que supe que estoy embarazada, no dejo de notar los cambios en mi actitud, cosa que hace unas horas ni siquiera tenía presente. Tal vez sea algo psicológico, pero no puedo evitarlo.—S
POV: William.“¿Reconoces ese momento en el que todo se detiene y solo necesitas saber si lo que sucede, es real? ¿Que la vida pocas veces te ha sonreído y cuando lo hace, crees que es un espejismo…? Así me he sentido la mayor parte del tiempo, desde que llegaste a mi vida. Mirando sobre mi hombro, temerosa del momento en que el sueño se rompiera y yo volviera a ser la Cenicienta del cuento, pero sin final feliz. Pera cada día ha sido una nueva batalla, una nueva confirmación de que las cosas buenas también pueden suceder, también pueden pasarnos a nosotros, los que creemos que no tenemos una oportunidad. Cada día a tu lado ha sido esa bofetada a mis mayores miedos, a mis preocupaciones, porque tú has sabido ordenar mis emociones, luego de descontrolarlas por completo.Entregarme a ti hoy, comenzar una nueva vida juntos, donde seamos
—¿Estás nervioso? —le pregunto a Will, mientras esperamos que la doctora entre a la consulta. Se voltea a verme y sus ojos azules me demuestran que sí, lo está. Levanto mi mano y le pido con el gesto que se acerque, para acariciarle la mejilla—. Todo está bien, solo descubriremos hoy si será un nene como tú o una pequeña, como yo. Will sonríe y suelta un ruidito extraño. Cubre mi mano con la suya. —Lo sé, amor —asegura—, pero no puedo evitarlo. Acerca su boca a mi frente y deja un beso corto. Yo sonrío, complacida con su gesto. Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos, para reconfortarlo. Esperamos así, juntos y en silencio, a que la doctora aparezca. Yo estoy acostada en la camilla, lista para la ecografía, pero la doctora tuvo que salir un momento y aquí nos quedamos, a la espera. Jenny Parker fue la ginecóloga escogida por ambos para atender todo el embarazo y, hasta ahora, todo ha ido bien y estamos conformes con la decisión. La clínica, según Will