LucíaMe detengo a mirar alrededor de la sala de estar de mi vecino mientras espero a que la cena esté lista. Su hija tarda unos minutos en el baño antes de venir a mí para que le haga un peinado Me siento tan cómoda haciendo esto que me cuestiono realmente cómo fui capaz siquiera de venir a casa de mi vecino.Mi perro también parece muy complacido con la alfombra de piel frente a la chimenea que decora este salón. Me pregunto cómo se sentirá estar frente a ella cuando llegue verdaderamente el infierno y admito que sería bonito vivir ese momento con alguien como Roger.Puede que sea una locura que diga esto, pero mi vecino es mucho más agradable de lo que pude pensar y lo que me hace sentir me preocupa, pero no puedo dejar de sentirlo. Termino de peinar a la niña sentada en mi regazo antes de que esta tome el control de la televisión para poner algunos dibujos animados.Me siento un poco mal por solo estar sentada aquí, así que camino hacia la encimera que divide la sala de la cocina
RogerLa mujer que sostiene la foto que le tomé a mi hija hace unos años me mira con su rostro sonrojado, sé que probablemente la botella de vino que nos hemos bebido hasta ahora puede ser la culpable de que esté siendo tan sincera, pero sin duda alguna algo dentro de mí vibra cuando ella me elogia con esa mirada de admiración.—Amy es mi vida — respondo sin dejar de mirarla — haría todo por ella y créame, no lo hago por lucir bien, es solo que la amo más que a mi propia vida.—Eso es tan bonito… — mi vecina suspira — siempre pensé que un día diría eso por mis hijos, pero como va pintando la cosa — arruga su nariz con una pequeña sonrisa — creo que solo lo escucharé de los demás.Ella bebe de su copa mientras deja la fotografía donde la tomó, mira por los estantes para tomar otra imagen y la observo examinar la imagen del jardín de la casa de mi madre. Me mantengo a su lado mientras ella mira alrededor con curiosidad. Le explico cada momento e historia de las fotografías que va levant
LucíaPrácticamente, corro a mi casa, me dejo caer en la cama sintiendo las manos frías mientras el aire no llega a mis pulmones, conozco esta sensación porque la he sentido antes y cuando me calmo ligeramente cierro mis ojos.La fotografía que vi entre las demás de la caja hace unos minutos fue simplemente inconfundible, sé quién la tomó, como lo hizo y porque motivo. Estuve en ese lugar, en ese momento, con quien la tomó.¡Cómo pude tenerla mi vecino!Peino mi cabello mientras limpio las lágrimas que han escapado de mis ojos, recuerdo de aquella tarde vuelve a mí, nítidamente, el sonido de las personas que charlaban a pasos de mí. La risa de los niños e incluso la sensación de incomodidad que recorría mi cuerpo al estar rodeado de tantas personas.Pero también recuerdo la pequeña felicidad en mí, también el deseo de continuar sentada bajo la sombra del árbol donde dibujaba el mismo paisaje que había en esa fotografía y sonreía mientras me decía que lo mejor de ese lugar era yo, mi c
RogerDejo mi cámara a un lado mientras mi vecina trata de no mirarme después de haberle dicho lo que estaba pensando sin ningún tipo de control. Carraspeo cuando el silencio que se danza con este algo más entre los dos es prácticamente palpable, no puedo apartar mis ojos de su mirada, de sus hermosos y azules ojos que parecen hechiceros porque sinceramente me siento atrapado por ellos.La mano que he usado para ayudarla a bajar del puente en el estanque artificial de su jardín sigue sosteniendo sus suaves manos, la piel cálida en ellas solo me hace volver a pensar en las curvas suaves que sentí bajo mi cuerpo cuando caímos la última vez.— ¿No le gustaría que aprovecháramos un poco el tiempo? — ella humedece sus labios — podemos ir dentro y practicar un poco las señas.Mi mente dice que realmente quiero practicar algo más que señas, pero aún tengo un poco de control sobre mí mismo, así que simplemente doy un asentimiento de cabeza. Ella mira nuestras manos entrelazadas aun antes de a
LucíaTres semanas despuésSonrío mucho más ahora de lo que debería admitir, tarareo una canción mientras preparo el caldo de res que he decidido preparar para el almuerzo mientras doy una ojeada a la niña acostada en el suelo de mi cocina dibujando alguna cosa. Como he estado haciendo estas últimas semanas le señalo a la pequeña alguno que otro error que corrige rápidamente. Nunca pensé que daría clases particulares a una niña, jamás imaginé que lo haría gratis, pero definitivamente ni siquiera pude pensar alguna vez qué pasaría la mayoría de mis días charlando tranquilamente con mi vecino o enseñándole el lenguaje de señas.Me acuclillo frente a la niña acostada en mi cocina para llamar su atención. La niña me mira con curiosidad cuando interrumpo su sesión de dibujo y ella me recuerda tanto a mí cuando ni siquiera podía hablar con mi hermano.— ¿Qué tal si dejas esto por un rato? — cuestiono — ¿Deberíamos comer un poco de pastel?La niña asiente, me pongo en pie para abrir la neve
RogerSonrío mientras me dejo llevar por la emoción de ser besado por la mujer que después de todo me ha dejado más de una noche sin dormir las últimas semanas. No solo con sus clases de señas, sino también con estos deseos que ya no puedo ocultar, la deseo, me agrada verla, cuidar de mi hija como no lo hizo nunca nadie y es justamente por eso que me siento tan feliz.El momento ardiente entre los dos me hace desear acariciarlo mucho más, empujo su cuerpo hacia atrás, perdido en la pasión de besarla. Lo hacemos hasta que algo cae debido a la oscuridad rodante a nuestro alrededor. Ella jadea, me mira algo avergonzada mientras un fuerte estruendo viene debido a que otro de los caballetes cae contra un montón de cuadros y no puedo evitar sonreír ante sus nervios.— Creo… Creo que deberíamos ir fuera — carraspea — algo podría caer sobre nuestras cabezas en algún momento.Sé que ella está avergonzada y nerviosa, también sé perfectamente que ella es prácticamente una mujer inexperta, una q
LucíaMe despierto en medio de la noche con el sonido de mi móvil suena una y otra vez. Tardo unos minutos en despertarme, pero cuando lo hago la voz del otro lado de la línea me despierta por completo.— ¿Mateo? — limpio mis ojos incrédula — ¿Realmente eres tú?— Si Lulú soy yo.Me pongo en pie exaltada, corro a prender la luz de la habitación, aunque ya pasan de las dos de la madrugada y simplemente me siento en la cama confundida ante la increíble sorpresa que es que mi hermano me llamé cuando hablé con él por última vez hace seis años.— ¿Qué sucede?, ¿Por qué me llamaste?, ¿Sucedió alguna cosa?, ¿Necesitas algo?— No ha sucedido nada Lulú — responde — es solo que… Necesito estar un tiempo en la ciudad y quiero tratar de no encontrarme con papá o…— Por favor Mat, sabes que puedes venir a mi casa cuando quieras, pero no crees que deberías hablar al menos con mamá, ella está muy triste por estas fechas.— Yo también lo estoy — respondo — todos lo están, pero no creo que sea una bue
RogerTermino de acomodar la ropa de mi armario mientras pienso en lo que sucedió la noche anterior, me ocupo de hacer la limpieza de toda la casa porque realmente necesito ocupar mi mente en algo más que la suave mujer que hace unas horas estuvo en mis brazos.Mi hija se mantiene tranquilamente leyendo alguna cosa que Lucía pareció darle hace unos días. Sé que es algún tipo de libro sobre pintura, pero tampoco he prestado mucha atención, he tenido muchos líos en mi cabeza, ya que cambié el maldito detective que he tenido este último año, es un desastre, no ha sido capaz de encontrar a la madre de mi hija algo que me parece imposible.Cristine no sabe hacer nada, absolutamente nada para valerse por sí misma, era modelo cuando nos conocimos y no debe poder serlo ahora porque ya habría encontrado alguna pista. Camino hacia la cocina para preparar el listado de lo que debo bajar a comprar para preparar la cena en acción de gracias.Sé que mi hija se irá a casa de Lucía en algún momento,