RogerMe alejo completamente de mi vecina, la que me dije ignoraría, paso una mano por mi cabeza mientras con la otra sostengo mi cámara y sé que me comporté como un bastardo, pero no quiero hablar absolutamente nada sobre lo que sucedió anoche o lo que ella pensaba que sucedió porque después de besarme y vomitarme no hubo nada más.Entro en casa para preparar el desayuno, dejo la cámara sobre la mesa. No sabía que era lo que iba a encontrar realmente ahí fuera o si algo llamaría lo suficiente mi atención, pero conseguí sacar nuevas fotografías, fotografías bastante bonitas en realidad.Termino de colocar las tostadas sobre la mesa, la leche caliente también es colocada sobre la mesa antes de que camine hacia el cuarto de Amy. Mi hija duerme plácidamente sobre su cama, me acerca ella dudando si debería o no despertarla, pero sé que si no lo hago se enfadará.Amy ama despertar temprano, adora disfrutar del día todo lo que puede, una cosa que definitivamente aprendió de mi madre. Pensar
Lucía—¿Qué estás haciendo aquí?Miro a Raquel con extrañeza, ella sonríe antes de entrar en mi casa como si fuera la suya propia. Va directo hacia mi cocina y comienza a preparar su té mientras me habla con normalidad.—Vine por trabajo nena — sonríe — ¿Ya almorzaste verdad?—He estado trabajando en algo — respondo —¿Qué trabajo te trajo aquí?, ¿Hay algún evento del que no me informaste?—Oh, no cariño — saca algunas cosas de la nevera — ¿En qué estás trabajando?—No me cambies el tema, tú no vienes aquí con ropa de juntas solo porque si — niega — si hubieses querido una foto o un cuadro te lo habrías llevado, así que escúpelo.—De verdad que no es nada que tiene que ver contigo — me ofrece un sándwich — bueno, no aún, pero digamos que podrías hacer mucho dinero.—No necesito dinero — respondo — tengo la fortuna de mi familia.—Claro, venga Lulú, solo le sacas el dinero a tu hermano para molestarlo, sé que te gusta ganarte lo tuyo.Miro a Raquel tratando de entender qué está tramando
Roger—¿Qué sucede madre?Contesto el teléfono sin despegar la mirada del ordenador frente a mí, ajusto la montura de mis lentes mientras pruebo distintos ajustes de luz en la foto frente a mí. Mi madre habla como si realmente fuera el centro del universo.—¡Porque no contestaste ayer! — me reprende — ¡hace dos días que no se nada de Amy!—No puedes hablar con ella, no necesitas verla todos los días, igual te mandé una foto.—No es lo mismo, quiero hablar con mi nieta, el médico dijo que quizás si la incitamos termine hablando otra vez, aunque no escuche.—No quiere hablar madre, está bien, ella lo hará cuando quiera, sin forzarla.—¡Tienes que forzarla!, no es normal que simplemente no hable! — niega con un chasquido desde la línea del teléfono — eres demasiado blando con ella, por eso fue que tu mujer…—Por favor madre, si llamaste para esto voy a cortar.—¡Quiero verla!—Por un demonio…Me pongo en pie cabreado, tomo el móvil en una mano ignorando los reproches de mi madre y entro
LucíaMiro a Raquel tratando de entender que es lo que realmente está pasando con mi vecino de enfrente. Ella saca un cigarrillo de su bolsa con fastidio mientras la miro con disgusto y esperando una respuesta.—¿Qué? — alza una ceja — , volví a fumar hace unos meses, me sacas canas verdes de vez en cuando así que me dije que fumar no sería lo que me mataría.—Sabes que no quiero que me expliques eso — niego — más bien quiero saber que estás haciendo o quieres hacer con mi vecino, quién es, porque lo acosaste de esa forma.—Oh, porque no vas y le preguntas por tu cuenta — me dice prendiendo el cigarro — ¿Tienes algún cenicero?—No — respondo — dime que va todo esto, Raquel.Mi amiga camina hacia la ventana, la abre y se sienta en el borde de está dando una gran calada a su cigarrillo. Coloca sus ojos en blanco cuando ve que no me he movido un centímetro.—Digamos que es un artista, quiero una exposición mixta y quizás que pintes alguna de sus… — mira a otro lugar — fotografías.—¿Qué
RogerDespués de sentarme a la mesa espero en silencio a que mi vecina sirva mi comida, ella se sienta junto a mi hija que come tranquilamente la cena y tomo el primer bocado cuando la mujer a su lado me sonríe un poco incómoda.—¿Le gustaría tomar algo de tomar? — suspira — creo que me queda algo de vino en algún lugar?—No gracias, no quiero agotar su reserva.—Oh, no, no, no, yo no bebo seguido — trata ella de explicarse un tanto avergonzada — de verdad que lo que sucedió no fue realmente algo usual, es solo que estos días he estado bajo mucha presión.—Por supuesto — tomo una segunda cucharada disfrutando de la comida — gracias por darle de comer a Amy, le prometo que esto no sucederá más.—Oh, no, no se preocupe — ella habla con prisas — realmente es agradable tenerla por aquí, es una niña encantadora.Mi vecina acaricia el rostro de mi hija que le sonríe y solo puedo comer en silencio mi comida, después de unos minutos Lucía va por una botella de vino, me sirve una copa mientras
LucíaDespués de pasar prácticamente toda la noche pensando, me decido a caminar hacia la casa de mi vecino. No sé si deba meterme en su vida o proponerle algo que incluso yo no puedo creer que esté a punto de hacer, pero vi su desánimo cuando no pudo decirme con signos lo que su hija le pidió.Me recordó tanto ese tiempo en el que tuve que ser paciente con Lucas y mi padre, también comprendo lo terrible que es no poder expresarte en cualquier idioma, así que decidí proponerle unas clases. Realmente no soy una experta, pero creo que será más fácil aprender con alguien que no va a juzgarte a intentar una escuela donde puedan juzgarte o cuestionarte si no aprendes con prisa.Llamo al timbre nerviosa y me peino distraídamente antes de preguntarme si he venido muy temprano en la mañana, pero la puerta se abre después de unos dos minutos, la niña medio dormida que me recibe rasca sus ojos para apartar el sueño de ellos.—Hola…—niego—¿Te desperté?La pequeña asiente, me siento un poco mal,
RogerTermino de preparar el almuerzo antes de volver a mi oficina, me cercioro de que mi hija esté en su habitación y le pido decirme si sale de casa o va a algún lugar. Ella asiente sin dejar de dibujar, acostada cómodamente en el suelo de la habitación.Rasco mi mentón pensando en que me dije que dejaría a un lado a mi vecina, pero ahora incluso voy a recibir clases de ella. Me recuerdo también que lo estoy haciendo por mi hija y que no debería ver más que eso en estas repentinas clases.¿Qué más podría suceder?Esa pregunta ronda mi mente y la respuesta es casi tan nítida como los recuerdos que tengo de su suave cuerpo bajo el mío cuando caímos al suelo en el área de lavado. Muevo mi cabeza para alejarlas a lo más profundo de mis pensamientos enfocándome en la pantalla de mi computador.Mi móvil vibra mientras reviso los correos electrónicos y contesto sin siquiera mirar quién es, la voz de mi representante es agitada, así que dejo de hacer todo para escuchar qué está sucediendo.
LucíaMe quedo en la valla observando a la mujer de unos setenta años que se baja del todoterreno azul frente a la casa de mi vecino. La ropa que lleva es elegante y sofisticada, pero me doy cuenta de que no es una visita deseada ante el rostro de mi vecino.La mujer le dice alguna cosa antes de simplemente pasar junto a él, se detiene sobre el primer escalón de la escalera del porche y mira directamente hacia mí. Mi respiración se detiene ante esa mirada. Me aparto de la valla corriendo hacia donde dejé la pala para entrar en casa, sintiéndome amenazada incluso desde esta distancia.Una vez dentro de casa descubro que mi móvil ha estado sonando desde hace un buen rato, tomo la llamada entrante que no es de otra persona que de mi hermano. Me dejo caer en el sofá de la sala de estar antes de saludarle.—Hola Luc — suspiro — ¿Qué tal va todo?—Excelente — responde — tus sobrinos están preguntando por ti Lulú, no piensas venir a verlos.—Estoy algo ocupada, yo… Tengo asuntos pendientes.