OliviaEstaba tan enojada y tan humillada que no pensaba con claridad, solo llegué a mi habitación y cerré la puerta con pestillo, estaba completamente segura de que Amanda vendría a joderme la existencia.No quería ver a nadie, solo quería irme de aquí y estar sola con Enzo, aunque eso significará un gran problema, porque vería el moretón en mi rostro.Tomé una maleta y empaqué un poco de todo y terminé de sacar mis ahorros de mi caja fuerte, ya no valía la pena dejarlos aquí y me podrían servir de mucho ahora que me iría con Enzo.Ya cuando tenía mi maleta lista, tomé un abrigo de gabardina y me lo puse para el frío de afuera.Cuando me disponía a salir, tocaron la puerta con suavidad; sabía de quién se trataba.—No estoy de humor, mamá —hablé con desgano.—Solo quiero despedirme —sonó afligida al otro lado de la puerta.Me sentí tan mal por ella que abrí la puerta y la dejé entrar. Cuando la miré a la cara, tenía las mejillas húmedas y el rímel un poco corrido por llorar.—No llore
OliviaMe habían enseñado que todo en la vida tiene solución, que todo podría resolverse en algún momento. Sin embargo, nunca me enseñaron que una ruptura de corazón jamás tendría arreglo.Mi corazón estaba roto desde que comprendí que era una tarjeta de salida para mi familia, el pago de una deuda, el pedazo de carne en oferta. Yo estaba rota, y me dolía tanto el corazón, que los sollozos me salían del alma.Ellos nunca podrán entender el daño que me habían causado, nunca entenderán el vacío existencial que habían creado dentro de mí.Ahora iba en un carro con mi futuro esposo rumbo a mi nueva vida, pero iba rota. Díganme cómo reconstruirme para dar la talla en lo que se me espera.Él no pronunció palabra alguna en todo el camino, solo me estrecho entre sus brazos y no me soltó.Dejó que descargara mi llanto en su pecho mientras descansaba su mano en mi cabello. No lo quería lejos esta vez, estaba dispuesta a aceptar cualquier muestra de afecto de su parte con tal de no sentirme sola
EnzoAl salir de la habitación que mandé a preparar para ella, caminé a la mía que era la principal, tomaría una rápida ducha y luego iría a la cocina para intentar hacerle algo de comer, no era muy bueno en eso, pero por ella haría todo lo que estuviera en mis manos con tal de hacerla feliz.Me duché rápidamente quitando el rastro de la sangre del mal nacido que dejé desangrándose, esperaba que aún viviera para terminar de rematarlo.Cuando terminé, salí y me vestí con mi pijama de pantalón y camisa de botones, tomé una franela negra, un bóxer del mismo color y unas medias de invierno y se lo llevé a la habitación.Cuando entré se escuchaba el agua cayendo y salía un exquisito olor a vainilla del cuarto de baño.Era muy observador y me encargué de que su nueva habitación tuviera todo eso que ella usaba o por lo menos lo que vi estando con ella en el motel.Dejé todo en su sitio y salí de allí antes de cometer una locura. Fui a parar a la cocina, registré toda la nevera y encontré los
OliviaTengo ya una semana conviviendo con Enzo, y en todos estos días no he sabido nada de mi familia. Aún estoy sin celular y estoy tratando de adaptarme a esta vida junto a mi prometido.Las cosas con él no van ni bien, ni mal, últimamente se pierde todo el día y cuando llega yo solo finjo estar dormida. No sé qué es lo que hace ni nada al respecto, y no negaré que me siento apartada de su vida como tal.Sé que lleva una doble vida, porque de día lo veo salir con saco y corbata y de noche lo veo llegar con la ropa sucia y llena de sangre. Estoy consciente de que tan bueno no es, y está bien, solo odio que me deje de lado tal cual lo hacía mi padre. Supongo que él no lo ve así, pero yo sí, me siento como mercancía y es frustrante.No sé realmente qué quiere de mí, pero lo que yo sí sé es que no me voy a doblegar nuevamente a alguien. Por mucho que me encante, no puedo perder la cabeza por este hombre. Mi corazón está demasiado amañado con él y lo que menos quiero es empeorar el vínc
EnzoCuelgo la llamada de Red con la ansiedad prolongándose por mi cuerpo.He estado muy ocupado estos días, lleno de trabajo en ambos mundos de mi vida, de día el magnate más codiciado y de noche la bestia que mataba casi que por diversión. Quería limpiar la ciudad de escorias solo para que mi mujer pueda transitar sin peligro de muerte. Tenía un traidor entre mi gente que se encargó de regar la voz que había conseguido esposa para poder tomar el trono de la mafia Cavalli.Pagaría el traidor, pero también pagaría yo por dejar de lado a Olivia. Trato de protegerla, pero sé que hice mal dejándola fuera de esto.Y ahora viene hacia acá con Nicky para demostrar algo, ella no es de hacer escándalo, es demasiado calculadora para eso.Pero nadie mandó a Nicky a estar de lengua larga; sabrá el Diablo qué fue lo que dijo para que mi mujer esté de camino hacia acá con ella y con una compra de medio millón de dólares en calzados.Red me explicó que no dejó que él pagara por el celular que eligi
EnzoSus labios son una delicia y su cuerpo un sueño, me encanta la mujer que el maldito destino puso en mi camino.Su cuerpo se encaja con el mío como piezas de rompecabezas, es como si estuviéramos destinados. Quiero que sea así, no me importaría estar atado a ella por el resto de mis días.—Quiero hacerte mía aquí mismo —dije entre el beso y ella jadeó.Se separó un poco de mí y dándome una sonrisa mortal, tomó el borde de su vestido y se lo subió hasta el abdomen, dejándome apreciar su minifalda de seda color blanco. Automáticamente comencé a babear al verla así.—Cómeme, Enzo —sus palabras eran melodías en mis oídos y esa sonrisa de diabla que me nubla la mente estaba en ese rostro precioso.Le abrí las piernas y me arrodillé frente a ella. Su respiración agitada hacía que sus pechos subieran y bajaran rápidamente. No sabía qué más me gustaba de ella, todo lo que veía me tenía en el borde de la locura, quiero tenerla entre mis manos para siempre y no dejarla ir.Comencé llenando
Olivia—Quiero que me hables de tu pasado —habló Enzo mientras acariciaba mi cabello con delicadeza.Luego de darme más duro como cajón que no cierra, ayudó a limpiarme y juntos nos arreglamos para luego salir de la que sería mi oficina.Pasamos unos minutos en su oficina y luego decidimos irnos a casa, y justo ahora nos encontramos acostados en su cama, con mi cabeza apoyada en su pecho y su mano entre mi cabello.—¿Qué quieres saber exactamente? —murmuré y acaricié su pecho.—Tu padre me habló de algunas veces que escapaste de casa.Me reí por eso, porque nos habíamos conocido en una de esas oportunidades.El distinto es una verdadera perra.—Solo iba a fiestas donde sucedían cosas delictivas —expliqué lentamente, esperando su reacción.—¿Qué cosas, exactamente? —sonreí ante su curiosidad.Mi padre no le pudo contar nada más porque yo nunca le hablé de lo que hacía realmente en esos lugares y cuando se dio cuenta de que frecuentaba esos lugares fue cuando tuvo una reunión con sus so
OliviaEnzo arregló todo en cuestión de una hora, y ahora me encontraba caminando hasta la oficina del abogado de mi prometido. Él salió primero de la casa para arreglar lo que faltaba mientras yo me terminaba de preparar.Estaba siendo custodiada por cuatro de sus hombres, los cuales cubrían mi espalda y lados. Me sentía un poco incómoda, pero me estaba acostumbrando. Próximamente solo saldré respaldada por ellos y mi marido.Por dentro estaba más que nerviosa, pero por fuera solo mostraba seguridad y orgullo porque en menos de unos veinte minutos seré la señora de Cavalli. La mujer del mafioso y empresario exitoso.Creo que mi padre no entendió muy bien el poder que me iba a dar al venderme a Enzo. Ni se dio cuenta de lo que hacía, solo le interesaba el dinero que Enzo invertiría en su empresa.¡Pobre de él, que no sabía que estaba creando a un monstruo en potencia!Cuando llegué a la oficina, Red me estaba esperando en la puerta y dándome una sonrisa de labios cerrados, abrió la mi