EnzoSus labios son una delicia y su cuerpo un sueño, me encanta la mujer que el maldito destino puso en mi camino.Su cuerpo se encaja con el mío como piezas de rompecabezas, es como si estuviéramos destinados. Quiero que sea así, no me importaría estar atado a ella por el resto de mis días.—Quiero hacerte mía aquí mismo —dije entre el beso y ella jadeó.Se separó un poco de mí y dándome una sonrisa mortal, tomó el borde de su vestido y se lo subió hasta el abdomen, dejándome apreciar su minifalda de seda color blanco. Automáticamente comencé a babear al verla así.—Cómeme, Enzo —sus palabras eran melodías en mis oídos y esa sonrisa de diabla que me nubla la mente estaba en ese rostro precioso.Le abrí las piernas y me arrodillé frente a ella. Su respiración agitada hacía que sus pechos subieran y bajaran rápidamente. No sabía qué más me gustaba de ella, todo lo que veía me tenía en el borde de la locura, quiero tenerla entre mis manos para siempre y no dejarla ir.Comencé llenando
Olivia—Quiero que me hables de tu pasado —habló Enzo mientras acariciaba mi cabello con delicadeza.Luego de darme más duro como cajón que no cierra, ayudó a limpiarme y juntos nos arreglamos para luego salir de la que sería mi oficina.Pasamos unos minutos en su oficina y luego decidimos irnos a casa, y justo ahora nos encontramos acostados en su cama, con mi cabeza apoyada en su pecho y su mano entre mi cabello.—¿Qué quieres saber exactamente? —murmuré y acaricié su pecho.—Tu padre me habló de algunas veces que escapaste de casa.Me reí por eso, porque nos habíamos conocido en una de esas oportunidades.El distinto es una verdadera perra.—Solo iba a fiestas donde sucedían cosas delictivas —expliqué lentamente, esperando su reacción.—¿Qué cosas, exactamente? —sonreí ante su curiosidad.Mi padre no le pudo contar nada más porque yo nunca le hablé de lo que hacía realmente en esos lugares y cuando se dio cuenta de que frecuentaba esos lugares fue cuando tuvo una reunión con sus so
OliviaEnzo arregló todo en cuestión de una hora, y ahora me encontraba caminando hasta la oficina del abogado de mi prometido. Él salió primero de la casa para arreglar lo que faltaba mientras yo me terminaba de preparar.Estaba siendo custodiada por cuatro de sus hombres, los cuales cubrían mi espalda y lados. Me sentía un poco incómoda, pero me estaba acostumbrando. Próximamente solo saldré respaldada por ellos y mi marido.Por dentro estaba más que nerviosa, pero por fuera solo mostraba seguridad y orgullo porque en menos de unos veinte minutos seré la señora de Cavalli. La mujer del mafioso y empresario exitoso.Creo que mi padre no entendió muy bien el poder que me iba a dar al venderme a Enzo. Ni se dio cuenta de lo que hacía, solo le interesaba el dinero que Enzo invertiría en su empresa.¡Pobre de él, que no sabía que estaba creando a un monstruo en potencia!Cuando llegué a la oficina, Red me estaba esperando en la puerta y dándome una sonrisa de labios cerrados, abrió la mi
OliviaHabía crecido bajo restricciones y reglas impuestas por mi familia, pensé que viviría así eternamente y que nunca sería feliz por completo. Fui destinada a crecer bajo cadenas, donde mi opinión no importaba, donde era mil veces mejor escaparme y romper las reglas.Mi padre estaba creando a una esclava y yo simplemente lo dejé ser, mi pensamiento era que si seguía fingiendo que hacía lo que él quería, me dejaría formar parte de la empresa. No tengo la culpa de haber confiado en eso, creía ciegamente en mi padre, pero no sabía que él en mí no.Agradezco cada día, desde que me escape por última vez, que Enzo me haya encontrado y me ubicara en tiempo y espacio. No sé qué sería de mi vida si mi padre me fuera emparejando con otro hombre.Tampoco sabía si lo que se estaba desarrollando en mi interior era atracción hacia Enzo o agradecimiento por todas las guerras que estaba pelando por mí. No estoy lista para experimentar el amor con él, ni con nadie, pero lo que sí sé es que la inti
Narrador omnisciente.Un matrimonio se llevó a cabo lejos de las leyes de los Manchester, pero eso no es problema para el gran Enzo Cavalli.Empresario por méritos propios, pero mafioso por defecto.Para nadie eran un secreto los alcances que tenía ese hombre.Su suegro no sabía de esos alcances cuando lanzó a su hija a sus brazos, pero los ha ido conociendo poco a poco y de la peor manera.Estamos hablando básicamente de que el mundo que rodea a Olivia está completamente podrido; en cada extremo de este, están los hombres que ahora representan su vida.Un padre abusivo y con pensamientos y creencias cuestionables y un esposo completamente peligroso que se disfraza de cordero.No tiene escapatoria, nació para servir o para liderar.Enzo quiere un líder a su lado, un igual.Su padre quiere una pieza que pueda mover a su antojo.Enzo, estando un paso por delante, convirtió a Olivia en una líder en crecimiento. Él mismo la amoldará a él y a su mundo y cuando dé a conocer esta estrategia,
Olivia Nos encontrábamos los dos dentro de la espaciosa tina, yo recostada en su pecho, mientras él masajeaba mis hombros con el jabón con aroma a lavanda. Me sentía más que relajada, estar en sus brazos era como estar en un refugio cálido y reconfortante, me sentía segura en ellos. —Tengo miedo, Enzo —corté el silencio que había entre los dos. —¿Miedo a qué, muñeca? —sus labios fueron a mi oreja y dejé un beso suave ahí. —A cargar con esta responsabilidad en mi familia —respondí con voz ahogada. —No tienes ninguna responsabilidad, muñeca —me respondió y me ayudó a voltearme hasta quedar sentada en su regazo y dándole completo acceso a mis pechos. Aunque él nunca abandonó mis ojos, me tomó el rostro con ambas manos y me mantuvo firme. —No tienes más responsabilidades con ellos, solo quiero que t
DaemonEsta noche tendría la oportunidad de entrar en su vida, y de la mejor manera.Con su marido entretenido buscándome a mí y a mis hombres en el puerto, tenía el camino libre para por fin tener a mi reina entre mis brazos.Ella no sabía quién era yo, pero yo sí sabía todo de ella y con eso me sentía su puto dueño.Con una sonrisa en el rostro, caminé con sigilo hasta entrar a la casa por la puerta de la lavandería. Tenía casi todo el día ahí esperando el momento correcto para hacer mis movimientos.Cree la distracción perfecta para que Enzo abandonara la cabaña y así poderme quedar yo en ella para hacerle compañía a la mujer de mis sueños más turbios y retorcidos.Aún recuerdo la primera vez que la vi, fue en una noche oscura llena de adrenalina y de carreras clandestinas. Ella se encontraba sentada sobre una motocicleta, viéndose como una completa diosa.No pude evitar imaginármela cubierta de sangre mientras e
EnzoMi corazón palpitaba rápidamente y mi mente me creaba los peores escenarios donde la encontraba malherida. Ella no es una princesa que necesite que yo siempre esté a su lado pero me daba ansiedad pensar que por dejarla sola aquel loco le haya hecho algo malo.—Acelera, maldita sea —le grité al chófer del auto donde iba.Nos habían puesto una trampa en el muelle, pero fuimos más inteligentes y la evitamos. Sin embargo, mis hombres que estaban en la casa me llamaron informando que hubo varias bajas a manos de un maldito desalmado.Pensé lo peor, había dejado a Olivia sola, armada pero sola y sin saber con qué bestia se iba a encontrar.No sabía a quién me estaba enfrentando, tenía varias alarmas dentro de la mafia por su culpa, pero no lograba dar con él o ellos.Me sentía totalmente culpable por exponer a mi mujer a todo esto sin antes haber hecho una limpieza.No era ningún imbécil el que se estaba revelando an