El silencio se adueña del lugar, mientras que las miradas desconcertadas se posan sobre la hermosa y joven mujer que los visita.Katrina traga pesado y trata de disimular su disgusto y dolor, pero aún no es capaz de articular palabras.—Katrina... —Leoncio la saca de su ensoñación con un tono lastimero que a ella le avergüenza. No quiere la lástima de nadie ni que la vean vencida—. Su maletín... —musita con el mismo tono mientras le extiende el objeto que ha recogido.—G-Gracias... —tartamudea, razón por la que se aclara la garganta. Katrina mira en dirección a la extraña y la encara con firmeza—. La viuda del alfa Mateus soy yo, señorita Rut.—Se equivoca, señora; el alfa Mateus firmó un acuerdo de unión entre esta manada y la de mi padre. Incluso iba a mudarme con él antes de su muerte, solo estaba esperando a que terminara una misión. Me imagino que usted es Katrina, su concubina.Katrina siente que su corazón es traspasado por un dolor intenso, gracias a esa información desgarrado
Varios días después...Gael tuvo que convencer a Gia para que dejaran a Rut mudarse en la misma casa, que Katrina y el alfa Mateus construyeron para su familia. Por supuesto Gia no estuvo de acuerdo, pero luego de que Gael le explicara el plan de su madre, ella aceptó a regañadientes.Entretanto, Katrina se ha mantenido lo más distante posible de esa mujer, puesto que todavía no se siente capaz de llevar su plan a cabo.Esa mañana, Katrina tendrá una reunión con el alfa Leoncio, quien irá directo a su casa junto a otros visitantes de las manadas cercanas, quienes avisaron su visita para darles el pésame y mostrar su lealtad a los nuevos alfas supremos.—¿Hasta cuándo tendré que recibir el pésame de ese traidor? —masculla entre dientes mientras se dirige a la cocina.—Hasta que por fin la veo, Katrina.Ella se queda helada al escuchar a Rut, pero de inmediato recupera la compostura y finge una sonrisa.—He estado ocupada en estos días —se excusa.—No, yo lo que creo es que ha estado ev
«Tun-tun, tun-tun...»Los latidos de su corazón son tan intensos que siente que este le podría estallar en cualquier momento. Se encuentra en un estado donde no sabe qué hacer, decir, pensar o… sentir.«¿Qué ha sucedido?», se cuestiona desorbitada mientras corre por en medio del bosque.Pronto llega a la casa, pero en vez de ir con los demás, decanta en encerrarse en su habitación. Mira la cama y el cuerpo le tiembla, al recordar todas las veces que se entregó al alfa en carne y alma.—Te deseé, juro que fue así —dice entre lágrimas, al tiempo en que sacude la cabeza de forma brusca.Está alterada, lo sabe.¿Qué es lo que no entiende? Todo a su alrededor. ¿Acaso ha despertado dentro de un sueño sin sentido? ¿Cómo fue que su vida cambió tanto en tan solo un año?Vuelve a mirar la cama y los recuerdos se aglomeran en su mente de manera tortuosa.Se ve allí, deseosa y dispuesta a dar y a recibir placer. Nunca creyó que tuviera límites con el alfa Mateus, por lo que estaba segura de que
La tensión envuelve el comedor, donde todos los comensales observan la escena en silencio y a la expectativa. Por su parte, el alfa Leoncio se pone de pies, imitando a Gael; quien se ha levantado de su asiento y ha golpeado la mesa con furia. —No hable de lo que no sabe, alfa; quizás tenga más derecho del que piensa —responde Leoncio con tono provocativo. —¿Derecho, dices? ¿Acaso te has vuelto loco? ¿Qué es lo que en realidad deseas? ¡¿Sacarme de mis casillas?! —Su voz resuena tan potente como un trueno. —Ya hablamos acerca de lo que deseo, aunque ya se añadió otro reclamo a la lista, pero eso se lo haré saber en su momento. Por ahora me retiro, tengo mucho que organizar en mi manada. Gracias por la invitación. —Junta las manos, indicando despedida de forma cortés. —No vamos a incluir nada más, alfa Leoncio. ¡Ya deja el abuso! —refuta Gael con ira. Leoncio va a hablar, pero es detenido por Katrina. —Yo me encargaré de este asunto —interviene ella, al borde de los nervios—. Escuc
Las cosquillas placenteras le invaden los labios y pronto estos son humectados por la saliva de él, quien empieza a jalarlos con delicadeza, como si estuviera esperando su aprobación. Ella le hunde las uñas en los brazos, pero no llega a herirlo.Siente que colapsará en cualquier momento, debido a que las palpitaciones de su corazón se tornan rápidas e intensas, asimismo, la sangre se le pone caliente al igual que la piel.Katrina trata de controlar el ritmo acelerado de su respiración, pero le es imposible, ya que se encuentra demasiado alterada.Lo necesita.—Déjame ir... —suplica jadeante.—Tus palabras no se ponen de acuerdo con tu cuerpo, que me pide todo lo contrario. Eres mía, Katrina; y yo soy tuyo. ¿Por qué no lo aceptas de una vez y por todas? No le veo sentido a armar un drama de este asunto.—No puedo irme a tu manada porque mis hijos me necesitan.—¿Tus hijos? Ellos están muy bien siendo alfas supremos, mi loba. Además, no te impediré ayudarlos, por el contrario, uniremos
Una gran sonrisa se dibuja en el rostro de Katrina, cuyas mejillas son mojadas por las lágrimas que brotan de sus ojos celestes, debido a la emoción y la felicidad que esa maravillosa noticia le causa.—¿Es de verdad? ¿Voy a ser abuela? —confirma a manera de pregunta, puesto que se le hace irreal ver realizado aquel sueño.—Sí, ya lo confirmamos. ¡Estamos embarazados, mamá! —exclama Gia con alegría.De inmediato, los brazos de Katrina envuelven a su hija. Se siente dichosa y bendecida de que la felicidad por fin le ha llegado a su pequeña, quien sufrió tanto por amor.—Mi niña, ¡qué hermosa noticia! —Se aferra a ella mientras llora de la felicidad—. Gael, mi amor, ven aquí, mi niño. —Ella hace ademanes con las manos y este se une al abrazo familiar.Después de un largo y emotivo apretón, ellos se separan y Katrina empieza a mencionarles una lista de cosas que Gia debe y no hacer para cuidar su estado.—¡Es más, yo me encargaré de tu cuidado! —concluye, puesto que no se siente segura d
El aliento de Leoncio choca contra la piel sensible de Katrina, provocando que varias corrientes de placer viajen por su cuerpo y que el pulso se le acelere.—A mí no me importa si usas ropa interior o no. ¿Por qué eres tan atrevido?—¿Cómo pretendes que sea contigo? Eres mi mujer, a ti es que tengo que calentarte.—¡Ja! Se necesita más que una tonta alusión para excitarme, alfa creído.—Ummm... —Él la olfatea y sonríe airoso—. Puedo oler tu excitación, mi hermosa loba, así que conmigo no tienes que fingir.—¿Para qué me llamaste? —Ella lo mira con firmeza.—Para verte, para conversar, para... —Se relame los labios.—Dijiste que me darías tiempo. ¿Por qué eres tan intenso y provocativo? —Ella suspira con derrota—. Mi vida se ha complicado un poco más ahora, así que no puedo irme contigo a tu manada por un tiempo.—¿Qué sucedió? —El semblante le cambia por uno molesto y decepcionado.—Gia está embarazada.—Felicidades, seremos abuelos. —Sonríe—Yo seré abuela, tú no.—Yo soy tu otra mi
Katrina y Leoncio se mantienen dentro del río para poder ocultar sus olores, pero el alfa recuerda que su pantalón está cerca de allí, al igual que los pedazos del vestido de Katrina."Me temo que tendré que luchar contra ellos, mi loba, puesto que pronto perderemos el oxígeno", le informa por medio del vínculo."Yo también los enfrentaré, Alfa", se ofrece."Por supuesto que no. Vas a aprovechar el enfrentamiento para escapar", replica en desacuerdo."No haré tal cosa. Yo, aunque tengo muchos años fuera de la batalla, soy una guerrera; así que te seré útil"."¿Una guerrera? Mientras más te conozco más fascinado me dejas, mi loba. De todas formas, no sabemos quiénes son ni la cantidad, así que no quiero arriesgarte".Katrina lo ignora y sale del agua."¡Oye! ¡Vuelve aquí!"Él la imita. Para cuando Leoncio sale a la superficie, ya Katrina se ha convertido en loba y rastrea el olor de los intrusos.El alfa hace lo mismo y se le coloca al lado, pero muestra una actitud de enojo y desapro