Jillie Kewlyn (domingo)
Son las diez veinte de la mañana, estoy en mi habitación casi lista para meterme a bañar, es un domingo de esos que te provocaban estar todo el día en la cama en pijama sin hacer nada, con una taza de chocolate humeante en tus manos, saboreando de su exquisito sabor y aroma. Me digo que podría hacerlo, pero es tarde y no quiero estar apurada para cuando llegue Gabriel, es tan puntual que a veces me asusta. Le ha tocado esperar varias veces, pero no lo hago a menudo, por eso me tengo que meter pronto a la regadera.
Salgo de mi ensoñación cuando tocan a la puerta. Recordándome que debo ponerme en movimiento.
–Sí.
Entra mi madre a la habitación, empieza recoger la ropa que está colocada en la silla del escritorio, es costumbre que venga por ella y la lleve al cuarto de lavado, dejo que lo haga por esta vez, no me cuesta nada lleva
Jillie Kewlyn (domingo)Entramos a la casa para apurar a mis padres, estaremos toda la tarde fuera, me gusta pasar los fines de semana en familia, muchas veces se nos unen los padres de Gabe, pero esta vez no va a ser posible, se fueron unos días a ver a sus hijos menores que se encuentran estudiando en Londres, dicen que siempre tienen que estar cuidando a los cachorros, no se les puede dejar todo el tiempo libres. Los entiendo, nuestros padres también cuidaban de nosotros de esa forma. Libres pero vigilados.Descendí del auto en cuanto Gabriel abrió la puerta de este, venia sentada en la parte posterior con mamá, papá se sentó de copiloto, Jeremy llegaría después, alegando que ya tenía su atuendo para la boda, pero de todos modos llegaría para la hora de la comida, vamos a ir a uno de los restaurantes italianos favoritos de mi cuñada. Que ha tenido ganas de come
Olivia Damschroder (lunes)Soy perezosa al querer levantarme, me estiro en la cama tratando de no hacer un mal movimiento y no despertar al hombre que duerme a mi lado. Contemplo el rostro de Owen, es de las pocas veces que me despierto antes que él, también de las pocas veces que los malestares me han dejado tranquila por las mañanas, está durmiendo con una mano en forma de puño en la mejilla, parece un bebé grande, se ve tan adorable. Guardo este recuerdo en mi mente. Estoy enamorada.
Da un beso en mi cuello.–Hagamos una lista cada quien y las revisamos al regresar a casa.Excelente idea.–
Owen Kewlyn (lunes)El día se nos hizo corto, mis suegros decidieron quedarse en el apartamento de Olivia, no hacía falta que lo hicieran, pero ya estando allá lo decidieron, le mandaron un mensaje a Olivia diciéndoselo, no se lo tomó muy bien, sé que atesora todo el tiempo al lado de sus padres, pero también veo la lujuria en sus ojos, está deseando que lleguemos pronto a casa, le tengo una sorpresa para cuando lleguemos.
Olivia Damschroder (martes)Despertar en los brazos de Owen, es maravilloso, me tiene abrazada como si me le fuera a escapar, no sabe que es lo que menos quiero en este mundo, en sus brazos estoy segura, me siento feliz y querida, cómo un gesto tan pequeño equivalga a muchos sueños y deseos. Tener a alguien como Owen, supera todas mis expectativas. Y lo de anoche se lleva el broche de oro, fue lo más tierno, tan delicado, el mismo acto que hemos hecho muchas veces, pero nunca imaginé que se sintiera diferente, aun así fue espectacular.Fue un nivel de intimidad que nunca había sentido antes, como si me llevara a tocar el cielo, como si supiera que puntos tocar, para elevarme. Toco su rostro y ya se alcanza a notar el crecimiento de su vello facial, me gusta verlo con barba de pocos días, le da un aire interesante, cautivador.–No sabes cuánto te amo.Las palabras s
Olivia Damschroder (viernes)Los días pasaron volando, He tomado las tabletas pre natales al pie de la letra, hoy se llevará a cabo uno de los acontecimientos más importante para mí y para Owen, a primera hora de la mañana veremos cómo va el embarazo y escucharemos por primera vez el corazón de nuestro bebé. Estamos ansiosos por oírlo.Las náuseas no han dejado de mostr
Owen Kewlyn (viernes)Que alguien me diga que se puede volar, por favor, porque en estos momentos es lo que siento, estar volando sobre nubes de dicha y felicidad. Las hormonas de Olivia estaban por todos lados, veía la ecografía y no paraba de llorar, me conmueve verla así. Me imagino la montaña rusa que está pasando por todo su cuerpo y mente. Extiendo la mano y tomo la suya.–Nena, ahora eso si
Owen Kewlyn (sábado)Llegamos temprano a casa de mis padres, ya todo está listo en el jardín, en cuanto vio el arreglo que mandó a hacer mi madre, Olivia empezó a llorar, la agarro de la cintura y la acerco a mí cuando entramos a la casa, susurro en su oído.–Shhh, va