¡Estúpida tú!Capítulo 74.Todo mi cuerpo se pone rígido, siento que hasta la sangre se me ha congelado. Me aferro al espaldar de la silla con fuerza. Esto tiene que ser una puta mentira, un invento. Eso no puede ser verdad, ese hijo no puede ser mío porque entonces eso confirma que yo me metí con ella, no, eso no puede pasar.—¿Qué tipo de juego es ese? —gruño.—Si quiere puede ir al laboratorio y corroborar que los análisis son reales. La señorita se los hizo antes de que la arrestaran.—¿Y qué pretende? —exclamo molesto—, ¿Que juguemos a la familia?Él se incorpora y se encoge de hombros.—No lo sé señor, imagino que hacer que el papá sepa de la existencia del bebé.Lo escucho y parece una maldita pesadilla, se despide, pero lo ignoro y salgo primero. Ahora qué mierdas le digo a Paola, que yo también tendré un hijo con otra, no esto no puede ser. Me subo al auto y clavo la cabeza en el volante, cierro los ojos y respiro muchas veces, quiero despertar por favor. Esta pesadilla es ho
¡Estúpida tú! Capítulo 75.—¿Quién te hizo eso? Sus labios tiemblan, puedo ver miedo a través de sus bellos ojos.—Tranquila no es lo que estás pensado —relaja la tensión de sus hombros—, tuve un pequeño incidente con el auto.Sus sentimientos la vuelven a dominar y sin querer su preocupación vuelve.—¿Pero estás bien? Da un paso, pero se detiene y vuelve a retroceder.—No fue nada.Frunce el ceño.—¿Cómo que no fue nada, ya viste tu rostro?Sus bellos ojos se abruman por las lágrimas.—Me quería estrellar con la realidad y se me fue un poco la mano.Me mira, sé que quiere preguntar, pero el orgullo es más grande, así que finge que no le importa. Se cruza de brazos.—Ya te puedes ir. Quiero dormir.—¿Podemos hablar? —pido.Me da la espalda.—¡No quiero!—Ok. No tienes que hablar, pero yo sí lo voy hacer. Así que tendrás que escucharme.Me mira con el ceño fruncido.—¡Dije que no quiero hablar, vete!—Así es, dijiste no quiero hablar, pero no dijiste que no me querías escuchar, así
¡Estúpida tú! Capítulo 76.Repito una y otra vez mientras siento su cuerpo pegado al mío y su respiración en mi cuello, mis sentimientos no me dominan, yo los domino a ellos. Álex saca provecho porque sabe que tenemos que fingir delante del niño, pero qué rayos le pasa. Me pasa las manos por la espalda y me pega más a él, respira en mi oído haciendo que todo se sacuda a mi alrededor. Entonces cierro los ojos y repito; yo soy fuerte, yo puedo.Soy la primera en levantarse, la noche se me hizo eterna. Entro al baño, necesito una ducha de agua fría, tengo tantos nudos en la cabeza que cada vez es más difícil desenredarlos. Cuando salgo del baño ambos están jugando en la cama, me recargo en el marco de la puerta y los miro, entonces Álex se levanta y deja un beso en mis labios.—Buenos días.Dibujo una sonrisa forzada, voy a matarlo. Mini Álex se levanta y corre hasta mí, me abraza y me pregunta cómo amanecí. Dejo un beso en su frente, luego Álex propone ir a desayunar juntos, lo vuel
¡Estúpida tú!Capítulo 77.Sergio la estrecha con fuerza entre sus brazos.—Quiero recordarte que siempre puedes contar conmigo, aquí estaré. Quiero verte levantar, quiero, anhelo verte feliz, me conformo con eso, es lo único que pido.—Quisiera tu optimismo —solloza Paola—, ¿cómo seguir con el corazón roto? ¿cómo haces tú después de todo lo que pasó?Paola se aleja lo suficiente solo para mirar sus ojos azules tan profundos como estanques de agua cristalina. Paola le coloca las manos a ambos lados de la cabeza y susurra.»Yo te admiro, quisiera ser como tú, quisiera tener esa fortaleza, quisiera tener esas ganas de seguir aún cuando todo es tan complicado, tú eres una persona increíble. Quisiera ser tan fuerte…Sus palabras se quedan a la mitad, porque el nudo que tiene en la garganta no la deja seguir. Sergio acaricia un mechón de su cabello.—Entonces déjame compartirte un poco de todo eso, de ser necesario todo, yo para ti quiero todo.Paola muerde su labio inferior como contenie
¡Estúpida tú!Capítulo 78.No puedo creerlo, era ella, el abogado que nos recomendaron no era un hombre como pensé es una mujer. Lorena, la chica que Mateo me presentó años atrás. Ahora se ve como toda una profesional, su ropa impecable y elegante, está vestida toda de negro, su cabello rizado y suelto, maquillaje acorde con su tipo de piel canela. No se puede negar, es una mujer muy guapa. Ella tiende la mano y se presenta.—Mucho gusto, abogada Lorena Vieira de la firma Kestener.Estrecho su mano.—Mucho gusto.Aún no puedo salir de mi asombro. Miro a Mateo, tal vez él sabía, pero su expresión de sorpresa es igual a la mía. Lorena da un paso adelante, me da un corto abrazo.—Apenas escuché el nombre Álex Fernández pensé, no puede ser el mismo y vaya que el mundo es un pañuelo. Me da tanto gusto verte después de tantos años.—Muchísimo tiempo —le regalo una sonrisa de boca cerrada.—Ahora eres todo un empresario —sonríe—, y sigues siendo tan guapo o más de lo que te recordaba.—Lo
Anoche pensé mucho en las cosas y definitivamente la decisión que tomé es la mejor. Tengo que levantarme por mini Álex y por el bebé que llevo en mi vientre. Justo cuando digo eso siento otra vez un cosquilleo delicado en mi vientre, una lágrima se me escapa. Respiro profundo y pongo mi mano en mi vientre, entonces lo siento otra vez, no lo imagino, algo se mueve. Acarició mi abdomen mientras mis lágrimas ruedan por mis mejillas y susurro.Perdóname bebé, perdón por lastimarte, perdón, no quería hacerte daño, tú no tienes la culpa de nada. Quiero seguir siendo una buena mamá para tu hermanito y para ti también, pero para eso tengo que estar bien. Te juro que lo voy a intentar, una y las veces que sean necesarias, pero dame tiempo…Siento un aleteo, como mariposas en el estómago, voy a tomar eso como un sí. Termino de organizarme, mis padres, Katia, Mateo y mi niño vinieron a recogerme. Tomo a mini Álex en brazos, miro una vez más, pero él no está. …Llegamos a casa, nos quedamos uno
¡Estúpida tú!Capítulo 79.Paola mira a Álex con los ojos llenos de lágrimas.—¿Por qué le dijiste eso? ¡Yo no quiero que te odie!—Es mejor que me odie a mí y no a los dos.Paola pierde las fuerzas y antes de tocar el piso Álex ya la sostiene en brazos. Otra vez siente que algo se mueve dentro de ella, esta vez con más fuerza. Paola empieza a llorar, las palabras no le salen. Álex pasa saliva, la atrae hacia él y la abraza.»Sabíamos que esto iba a pasar. Cuídalo bien, no puedo acercarme porque se pondrá peor, así que le daré tiempo. Álex intenta alejarse, pero Paola lo sujeta con fuerza del brazo.—No, no, esto no tenía que ser así, mini Álex no puede odiarte, no quiero, no quiero. ¿Recuerdas lo que sufrieron nuestros padres por nosotros?Sus manos están temblando, su pecho sube y baja tan rápido que le cuesta respirar. Álex intenta sonar calmado aunque por dentro se está muriendo.—Lo recuerdo, yo le grité muchas veces esas mismas palabras a mi padre, tal vez es karma.Paola se in
Tres días después…Desde que llegó a la casa mini Álex ha creado un tipo de barrera, no ha querido mencionar el tema, Paola tampoco ha insistido, no quiere hacer las cosas mal. Por eso decide pedir la cita con la psicóloga, ella necesita que la guíen referente a la situación con el niño y su propia situación. Le avisa a Álex la decisión que ha tomado. Álex se alegra y le pregunta si quiere que la acompañe, Paola se niega. Álex lo acepta, pero le dice que el día que lleve al niño él va a estar presente.Katia le dice que ella la acompaña, pero Paola se niega. Estefanía se ofrece a acompañarla, pero ella dice que es algo que necesita hacer sola. Llega al consultorio, pregunta por la doctora, la recepcionista la hace pasar a una pequeña sala de espera, le dice que en unos minutos más la atienden. Paola empieza a mover sus piernas, juega con sus dedos, se levanta y justo en ese momento la puerta del consultorio se abre y escucha.—Paola Román Montalvo. Paola se da la vuelta y levanta