Llego a la clínica, pido información y la enfermera me indica donde está la habitación de Thomas. Hablo con el doctor y me platica lo mismo que me había comentado Sophia. Toco la puerta antes de abrirla, asomo la cabeza.—¿Se puede? —pregunto. —Señora Katia —saluda Thomas.Tiene el rostro lleno de hematomas y ni hablar de lo hinchado que está. El muñecote pega durísimo.—¿Cómo te sientes? —arrastro una silla y me siento. —Pues como puede ver, fatal. —Lamento mucho que hayas tenido que pasar por todo esto, Álex nunca había sido tan salvaje.—¡Salvaje es poco, más bien gilipollas! —exclama.—¿Qué fue lo que pasó con Paola? —Suelto la pregunta.—Pues qué quiere que le diga. Un caballero no tiene memoria —Se reacomoda—, pregúntele a ella. —Quisiera hacerlo, pero no he podido comunicarme con ella. No responde mis llamadas.—En algún momento se comunicará con usted, igual y solo quiere tiempo para pensar. —¿No piensas decirme nada, verdad? —suelto aire por la boca.—No soy quien par
¡Estúpida tú!Capítulo 62.Narra Paola.Todo está oscuro, escucho ruidos incluso siento cosas que se pasan por mis pies, golpeo la puerta con todas mis fuerzas, grito tan fuerte que siento como se me seca la garganta al punto de doler. Mis piernas no pueden sostenerme por más tiempo, siento como si no pudiera sostenerme del todo. Estoy aterrada, tengo miedo, el corazón me golpea el pecho tan fuerte que me corta la respiración.Pongo mis brazos alrededor de mi cuerpo abrazándome, me balanceo adelante, atrás, me arrullo con mis propios sollozos. Cierro los ojos y pienso en él, se me corta el aire mientras inconscientemente susurro su nombre «Álex» vuelvo atrás, el día de la excursión del colegio que caí al agua y por poco muero, en este momento siento esa misma sensación; cuando caí al agua y dejé de respirar. Recuerdo esa misma noche de tormenta cuando él se quedó conmigo,entonces me abrazo con más fuerza imaginando que era él. Intento gritar y golpear la puerta, pero nadie responde.
¡Estúpida tú!Capítulo 63.Narra Álex.¡Advertencia, capítulo con alto nivel de lloración! No apto para sensibles.Estoy sentado en el rincón de la celda cuando aparece un policía, me dice que ya me puedo ir, me incorporo y salgo. Me lleva hasta una pequeña oficina donde está mi abogado. Le pregunto si saldré bajo fianza y él me dice que no presentaron cargos a mi nombre, vaya ahora quiere que lo llame san Thomas.Salgo de ese horrible lugar con una advertencia de uno de los policías que me tengo que comportar, ruedo los ojos y lo ignoro. Mateo me espera afuera, le pido que me lleve a la empresa, tengo algo que hacer, él me mira y no dice nada.…Llego a la empresa con cara de querer matar al que se me atraviese. Mateo saluda y yo avanzo sin mirar a nadie, todos agachan la cabeza. Miro a Chloe y le ordeno.—¡Llama al abogado de familia, lo quiero en mi oficina en quince minutos!Ella mira a Mateo, él hace un movimiento de cabeza que indica; haz lo que pide. Sigo a mi oficina y él tra
Dicen que después de la tormenta viene la calma, el problema es que a veces es difícil lograr que se despeje el cielo.El cielo se ilumina por los relámpagos, una tormenta amenaza con caer. Paola se sienta en la cama abrazando sus rodillas, cierra los ojos y tiembla cada que escucha un trueno, la puerta se abre de golpe y hace que ella se sobresalte. Raúl se recarga en el marco y la mira, hay algo diferente en su mirada, eso es lo que la aterra y hace que su respiración se pause.—¿Qué estás dispuesta a ofrecer para dejarte llamar a tu hijo? No pudiste hablar con él el día de su cumpleaños, pero tendrías esa posibilidad —suelta de repente.Paola se incorpora y se recarga en la pared. Hay algo en su manera de mirarla que le provoca angustia.—No tengo nada —Susurra ella—, todo me lo quitaste ya.Raúl avanza un paso, Paola siente que el corazón le sube hasta la garganta.—Sabes que sí tienes algo —la mira de pies a cabezas.Paola pasa saliva, trata de mostrarse tranquila, pero está ater
¡Estúpida tú!.Capítulo 64.Llegamos a la clínica, lo pongo sobre la camilla y grito desesperado que necesito ayuda. Por la puerta aparece un doctor y una enfermera que lo ingresan de inmediato, los sigo, pero no me dejan entrar. Veo con impotencia como desaparecen con mi hijo por el pasillo. Siento que el corazón se saldrá de mi pecho, me paso las manos por la cabeza y el cuello con exasperación, camino de un lado a otro, es que esa mirada de odio se me clavó en el pecho, me está matando. Me doblo sobre mí mismo para tratar de retomar aire y poder respirar, siento que me ahogo. Cierro los ojos y trato de recordar, pero es como si tuviera una puta laguna en mi cabeza, no puedo recordar cómo demonios pasó todo esto. En qué momento me metí con ella. Me halo el cabello y suelto un gruñido.—¡Señor!Me incorporo. Florencia me ofrece un café.»Esto le va a servir, tome. Lo tomo y le doy un sorbo, cuando pasa por mi garganta me quema y no es por lo caliente, es por todo lo que está pasan
Toma la manija de la puerta dispuesto a irse, soy más rápida y sin importar nada lo tomo del brazo, llorando le pregunto.—¿Qué pasó?Baja la mirada, lo suelto y retrocedo.—Al parecer encontró a su papá follando con Hannah y rodó por las escaleras.Siento un nudo en la garganta. Mi niño, él no merece esto.—Necesito verlo.Mis labios forman las palabras, entonces me hinco de rodillas, ya nada me importa, ya perdí todo, hasta la dignidad, lo único que quiero es ver a mi hijo.»Llévame con él por favor —le suplico.—Estás loca —trata de irse, pero lo tomo del brazo.—Haré lo que sea, pero déjame verlo aunque sea unos minutos, necesito saber que está bien y eso solo será si yo lo compruebo.Es verdad ya le había entregado mi vida al diablo, no tenía nada que perder, ya lo había perdido todo, no me importa nada, ni el precio que tenga que pagar.—Segura ¿Lo que quiera? —se pellizca el mentón, su mirada no me gusta, pero por mi hijo lo que sea. Asiento. Me rodea, respira cerca de mi cuel
¡Estúpida tú!Capítulo 65.Narra Katia.Busco un café para Estefanía, está muy ansiosa, me platica que no ha podido comunicarse con Paola y eso la preocupa demasiado, la única razón que tuvo de ella fue el mensaje de texto. Le digo que a mí también me envió un mensaje y tampoco he podido hablar con ella. Le doy un sorbo a mi café y pienso en silencio, no se lo comento porque no quiero preocuparla más, pero es extraño que Paola nos envíe a ambas el mismo mensaje, además Paola casi nunca me deja ese tipo de mensajes, es más ella no acostumbra a enviar mensajes de texto, siempre lo hace por WhatsApp. Veo a Álex caminando por toda la sala, me tiene mareada, Mateo está recargado en la pared, evito mirarlo porque aunque estoy muy molesta él sigue siendo mi punto débil y duele bastante esta situación que estamos atravesando. Yo no dejo de pensar que todo es demasiado extraño, lo que más me molesta es saber que Álex se metió con esa maldita, yo sabía, hay algo en esa mujer que no me gusta na
Narra Paola.Respiro profundo para tratar de controlar los latidos de mi corazón, pongo todo en una charola y lo llevo hasta el comedor que hay en el salón, Raúl ordena que sirva solo para nosotros dos, dejo todo en la mesa cuando escucho tras de mí.—¡Que rico huele! Me paralizo, no puedo evitar sentir esta fea sensación cada que percibo su cercanía, parece que todos mis sentidos se bloquean. Pasa por mi lado arrastra una silla y se sienta, hace un movimiento con su mano y me señala la silla que está frente a él para que me siente. Arrastro la silla y hago lo que pide, él empieza a comer, hace sonidos con su boca; dice que todo ha quedado delicioso. Miro el plato, pero no me provoca nada, no tengo hambre.—Come —me mira.Un par de lágrimas caen al plato.»Debo admitir que eres muy hermosa, con razón Juan estaba loco por ti. Ahora entiendo porque tu hermanastro también perdió la cabeza por tu causa, más después de probarte.Sonríe y sigue comiendo, paso saliva y trato de contener mis