Narra Paola.Respiro profundo para tratar de controlar los latidos de mi corazón, pongo todo en una charola y lo llevo hasta el comedor que hay en el salón, Raúl ordena que sirva solo para nosotros dos, dejo todo en la mesa cuando escucho tras de mí.—¡Que rico huele! Me paralizo, no puedo evitar sentir esta fea sensación cada que percibo su cercanía, parece que todos mis sentidos se bloquean. Pasa por mi lado arrastra una silla y se sienta, hace un movimiento con su mano y me señala la silla que está frente a él para que me siente. Arrastro la silla y hago lo que pide, él empieza a comer, hace sonidos con su boca; dice que todo ha quedado delicioso. Miro el plato, pero no me provoca nada, no tengo hambre.—Come —me mira.Un par de lágrimas caen al plato.»Debo admitir que eres muy hermosa, con razón Juan estaba loco por ti. Ahora entiendo porque tu hermanastro también perdió la cabeza por tu causa, más después de probarte.Sonríe y sigue comiendo, paso saliva y trato de contener mis
Estúpida tú.Capítulo 66.Una semana después.Narrador omnisciente.Sergio llega a New York, toma aire luego de salir del aeropuerto. No esperaba regresar tan pronto, pero lo creía necesario. Toma un taxi para ir a casa de su madre, sabe que ella se llevará una gran sorpresa pues él no le avisó de su regreso. No teme encontrarse a Aníbal porque sabe que ya no vive en la misma casa, desde que todo salió a la luz la relación de sus padres se rompió, incluso ya habían empezado con los trámites del divorcio. Isabella no quería saber nada de Aníbal, lo que él hizo fue algo imperdonable. Al llegar a su casa la sorpresa de Isabella fue evidente, se lanza a sus brazos y lo abraza con fuerza, no esperaba tenerlo de regreso tan pronto, es más imaginó que él no iba a regresar. Se aleja y lo escanea con la mirada, el gesto de sorpresa no desaparece.—Hijo, no puedo creerlo, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no avisaste que venías? Sergio se acerca con una sonrisa de boca cerrada y besa su frente.—Q
¡Estúpida tú!Capítulo 67.Lo veo jugar y pienso; me estaba perdiendo de momentos como este. El niño se me acerca y me mira fijamente.—Tío.Se me hace un nudo en la garganta, que bonito se escucha esa palabra, el corazón se me acelera de una manera que nunca antes había sentido.»¿De verdad viste a mamá?Álex sigue ceñudo, pero no dice nada.—Por supuesto.—¿Y qué te dijo? —indaga con curiosidad.—Que te ama con todo su corazón y te extraña mucho.Sus ojos hermosos se cristalizan. Tomo sus pequeñas manitos entre las mías.»No te pongas triste, ya verás que pronto ella volverá, además —miro a Álex y luego vuelvo la mirada al niño—, ella me pidió que mientras ella estuviera lejos yo cuidara de los tesoros más valiosos de su vida.El niño ladea la cabeza y me mira. Mientras Álex aparta la mirada y se da la vuelta.—Nosotros —no lo pregunta, lo afirma.—Sí, ella me pidió que te cuidara hasta que ella pudiera regresar.—Extraño mucho a mamá, pero me siento feliz porque tengo un tío.Me ro
¡Estúpida tú!Capítulo 68.Mierda he dejado de respirar unos segundos, ¿Qué demonios está pasando? Dos lágrimas se me escapan ¿Qué hice? No me muevo porque nada en mí responde, ni siquiera puedo pensar con claridad. Inhalo y exhalo necesito centrarme. Me subo al coche, lo enciendo y acelero, necesito respuestas, pero tengo miedo y es la cosa más horrible que he sentido en toda mi vida.…Saludo a Rosa y le pregunto por el niño, me dice que lo han llevado a retirarle las suturas. No me queda más que esperar. Subo al que era su cuarto, abro la puerta, pero no soy capaz de cruzar el umbral, vuelvo a sacar el papel, es su letra, mi mente vuela a mil por hora, mi cuerpo se tensa, cierro los ojos y trato de recordar cada cosa. El día que le reclamé lo del beso, sus palabras, sus gestos… ¡Mierda! se supone que la conozco ¿Por qué no noté nada? Me paso las manos por el cuello y suelto aire por la boca. Ni siquiera me atrevo a pensar que algo malo está pasando porque no lo resistiría, no pued
¡Estúpida tú! Capítulo 69.Unas manos frías me sujetan con fuerza, yo trato de soltarme, grito su nombre; Juan, quiero que se aleje de mí. Veo su mirada y su sonrisa escalofriante entonces grito con más fuerza.—¡Aaaaaaaah!Me sujetan de los brazos y me sacuden con fuerza.—¡Paola! Muevo ambas manos para tratar de zafarme de su agarre mientras siento mi corazón como golpea las paredes de mi pecho como si quisiera salirse. Entonces me vuelven a sacudir, grito y abro los ojos de repente.—¿Qué demonios te pasa?Veo Angélica frente a mí, tiene una bolsa de hielo en las manos. Miro todo a mi alrededor, todavía estoy en el piso, trato de incorporarme, el corazón me sigue latiendo demasiado rápido, inhalo y exhalo tratando de calmarme, solo fue una pesadilla horrible. —Juan estuvo aquí —susurro aterrada.Ella me mira con un gesto de confusión y luego mira a todos lados.—Creo que estar aquí te está afectando demasiado, estás loca. Mejor ponte esto, te servirá para la inflamación.Me entr
¡Estúpida tú! Capítulo 69.Unas manos frías me sujetan con fuerza, yo trato de soltarme, grito su nombre; Juan, quiero que se aleje de mí. Veo su mirada y su sonrisa escalofriante entonces grito con más fuerza.—¡Aaaaaaaah!Me sujetan de los brazos y me sacuden con fuerza.—¡Paola! Muevo ambas manos para tratar de zafarme de su agarre mientras siento mi corazón como golpea las paredes de mi pecho como si quisiera salirse. Entonces me vuelven a sacudir, grito y abro los ojos de repente.—¿Qué demonios te pasa?Veo Angélica frente a mí, tiene una bolsa de hielo en las manos. Miro todo a mi alrededor, todavía estoy en el piso, trato de incorporarme, el corazón me sigue latiendo demasiado rápido, inhalo y exhalo tratando de calmarme, solo fue una pesadilla horrible. —Juan estuvo aquí —susurro aterrada.Ella me mira con un gesto de confusión y luego mira a todos lados.—Creo que estar aquí te está afectando demasiado, estás loca. Mejor ponte esto, te servirá para la inflamación.Me entr
¡Estúpida tú!Capítulo 70.Mateo se pasea de un lado a otro, ambos la conocemos y sabemos como se pondrá. Ni siquiera he pensado que decirle a mis padres, a Estefanía se le va romper el corazón y se va a enojar más conmigo, por fallarle a su niña y es verdad, lo merezco.…Luego de media hora aparece Katia. Mateo baja la mirada y yo, ni siquiera sé qué decirle. Ella nos mira confundida, sabe que algo pasa.—¿Qué pasa? —es lo primero que pregunta cuando se acomoda junto a nosotros.Inspiro profundamente y suelto una bocanada de aire.»¿Ahora que demonios hiciste? —mira mis manos—, ¡Joder! ¿A quién mataste? A Thomas no fue, a él lo vi antes de salir.Las palabras no me pasan de la garganta. Mateo la mira y le dice.—Necesitamos dos millones de dólares.Abre los ojos parece que se saldrán de su lugar, le quita la copa y se toma un trago. —¿Ahora qué hiciste Álex? —se cruza de brazos. —¡Tenías tanta razón, soy un hijo de puta! —limpio una lagrima que se me escapa. Ella me mira como si
Me detengo unos segundos fuera de la empresa, ya había estado aquí cuando se descubrió lo de Aníbal, espero no cruzarme con él. Cruzo la puerta y le pregunto a la recepcionista por Sergio, ella me anuncia y al instante me guía por un pasillo hasta su oficina. La chica abre la puerta y se hace a un lado para que yo siga. Cruzo el umbral, al verme Sergio se levanta con un gesto de sorpresa.—¡Álex! —Sergio — saludo.—¿Pasa algo? —me pregunta sin quitar su gesto de confusión.Suelto una bocanada de aire.—Me disculpo por venir así, sin anunciarme, pero esto es de vida o muerte.Su gesto se altera un poco. Antes que vuelva a preguntar yo agrego.»Tenías razón.Ladea la cabeza y me mira.—¿De qué hablas? —Paola está en peligro.No se mueve, no responde, pierde el color de su rostro, se aferra al borde de su escritorio y respira muy despacio. Es ahí donde entiendo muchas cosas, Sergio aún la sigue amando como a una mujer. Lo sé porque a través de sus ojos puedo ver dolor y angustia. S