¡Estúpida tú!Capítulo 70.Mateo se pasea de un lado a otro, ambos la conocemos y sabemos como se pondrá. Ni siquiera he pensado que decirle a mis padres, a Estefanía se le va romper el corazón y se va a enojar más conmigo, por fallarle a su niña y es verdad, lo merezco.…Luego de media hora aparece Katia. Mateo baja la mirada y yo, ni siquiera sé qué decirle. Ella nos mira confundida, sabe que algo pasa.—¿Qué pasa? —es lo primero que pregunta cuando se acomoda junto a nosotros.Inspiro profundamente y suelto una bocanada de aire.»¿Ahora que demonios hiciste? —mira mis manos—, ¡Joder! ¿A quién mataste? A Thomas no fue, a él lo vi antes de salir.Las palabras no me pasan de la garganta. Mateo la mira y le dice.—Necesitamos dos millones de dólares.Abre los ojos parece que se saldrán de su lugar, le quita la copa y se toma un trago. —¿Ahora qué hiciste Álex? —se cruza de brazos. —¡Tenías tanta razón, soy un hijo de puta! —limpio una lagrima que se me escapa. Ella me mira como si
Me detengo unos segundos fuera de la empresa, ya había estado aquí cuando se descubrió lo de Aníbal, espero no cruzarme con él. Cruzo la puerta y le pregunto a la recepcionista por Sergio, ella me anuncia y al instante me guía por un pasillo hasta su oficina. La chica abre la puerta y se hace a un lado para que yo siga. Cruzo el umbral, al verme Sergio se levanta con un gesto de sorpresa.—¡Álex! —Sergio — saludo.—¿Pasa algo? —me pregunta sin quitar su gesto de confusión.Suelto una bocanada de aire.—Me disculpo por venir así, sin anunciarme, pero esto es de vida o muerte.Su gesto se altera un poco. Antes que vuelva a preguntar yo agrego.»Tenías razón.Ladea la cabeza y me mira.—¿De qué hablas? —Paola está en peligro.No se mueve, no responde, pierde el color de su rostro, se aferra al borde de su escritorio y respira muy despacio. Es ahí donde entiendo muchas cosas, Sergio aún la sigue amando como a una mujer. Lo sé porque a través de sus ojos puedo ver dolor y angustia. S
¡Estúpida tú!Capítulo 71.Narrador omnisciente.Angélica guarda el teléfono, se pasea de un lado a otro y piensa en huir en ese preciso momento. Avanza un paso dispuesta a marcharse de ese lugar antes que todo se vuelva un caos, pero en ese momento escucha los alaridos de Raúl, se detiene y no sabe por qué razón, pero se devuelve corriendo y entra al hotel, cruza el pasillo y corre lo más rápido que puede. Llega hasta el quinto piso y los gritos de Raúl se escuchan más claros. Se detiene frente a la puerta.—¡Quítate! —le grita al guarura que se mantiene en la misma posición.»¿Estás sordo? Algo pasa allá adentro.Angélica hace el intento de entrar, pero él la aleja con brusquedad.—Recibo órdenes. El jefe me pidió que nadie podía interrumpir. En un intento desesperado Angélica trata de entrar, pero él la vuelve a empujar.—¡Mira pedazo de imbécil algo pasa allá y si no me dejas pasar todo será tu culpa! ¿No escuchas los gritos de tu jefe? Le grita furiosa, el tipo duda unos segu
Él tipo la sigue y se sienta a comer. Angélica retrocede un paso y se recarga en la pared para poder tener una visión más clara de Álex, levanta su mano como si fuera a frotarse el pelo y le señala la puerta. Álex empieza a caminar mientras empuña las manos y se le oscurece la mirada, Angélica abre los ojos porque Álex no se detiene frente a la puerta, se pone pálida como la pared.Álex solo siente el bombeo de la sangre caliente que le corre tan rápido de la cabeza a los pies, siente que va a explotar. Lo que pasa segundos después es tan rápido que cuando el tipo se percata de la presencia de Álex intenta sacar el arma, pero Álex se inclina hacia atrás y le lanza un puñetazo directo al rostro dejándolo inconsciente al instante. Angélica no se mueve, Álex lo toma de los brazos y empieza a arrastrarlo, Angélica reacciona y le señala una habitación, lo amordazan y lo atan de pies y manos con un trozo de sábana.Luego sale corriendo y camina hacia la puerta, gira la manija y todo en e
¡Estúpida tú!Capítulo 72.La abrazo contra mi pecho y lloro, paso saliva, pero no puedo cortar el nudo que hay en mi garganta, acaricio su rostro con devoción sin despegar mi frente de la suya.—De verdad eres tú —acaricia mi rostro—, esta vez no es un sueño.—¡Perdóname! —Mi voz es una súplica débil y temblorosa.Entonces acabo de romperme, la sensación es tan horrible que siento que estoy muriendo. Aleja su rostro del mío y entre sollozos susurra.—Quiero mirarte Levanto la mirada y veo sus perfectos ojos bipolares, dibuja el contorno de mi rostro con sus dedos, yo tomo sus manos y me las llevo a la boca, dejo muchos besos en ellas. La vuelvo abrazar, sentirla tan cerca es como apagar la sed de mi alma. —Perdóname por fallarte…Pone su dedo índice en mis labios. Su mandíbula ha cobrado vida propia, no deja de moverse, ahora es ella la que sujeta mi rostro en sus manos y yo no puedo mirarla, desliza su nariz sobre la mía y nuestras lágrimas se vuelven a mezclar. La abrazo hundi
¡Estúpida tú!Capítulo 73. ❀ •─────• ❀ •─────• ❀Narrador omnisciente. Álex permanece de pie con la mirada perdida, sus lágrimas siguen el recorrido. Sergio no se acerca al verlo, conserva su distancia porque si para él es doloroso imagina que para Álex lo es aún más. En ese momento llegan Mateo y Katia, al ver el estado de Álex se imaginan lo peor, Álex no reacciona, saben que sigue vivo porque ven las lágrimas que bajan por sus mejillas. Katia siente los latidos de su corazón y un nudo en la garganta que le corta la respiración, mira a Sergio y le pregunta angustiada.—¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué Álex está así? ¿Le pasó algo a…?No puede terminar la pregunta porque el solo pensarlo la aterra. Sergio respira profundo.—Todo salió bien, digamos que cada parte de su cuerpo está completo, pero su alma y su corazón se han vuelto trizas.Katia lo mira con un gesto de confusión, mientras Mateo sigue moviendo a Álex, pero Álex sigue en trance, ni siquiera parpadea. —¿Qué fue lo q
Narra Álex.En todo el camino de regreso guardo silencio, son tantas cosas que no entiendo en qué momento se desplomó todo lo que teníamos, todo esto duele demasiado, me hace sentir lo peor del mundo, el dolor es tan grande que quisiera dejar de respirar, pero Sergio tiene razón, sin importar que todo esté hecho trizas, tengo que levantarme así esté roto en mil pedazos, por ella lo haré, me trago todo el dolor y lucharé por los dos.Llego al hospital directo a su habitación, toco la puerta antes de entrar. Abro la puerta al paso que voy avanzando, Paola al verme me da la espalda, paso saliva porque eso duele demasiado. Katia se incorpora y se acerca, me dice que ella insiste en lo mismo y no quiere que nadie la revise. Doy un paso y susurro.—Ya hablé con papá, Estefanía insiste en viajar. Lo siento tenía que avisarles, estaban muy preocupados por ti.—Yo hablo con mi madre, no pueden regresar todavía, que esperen una semana, al menos a que mi rostro no esté tan inflamado.Me acerco,
¡Estúpida tú!Capítulo 74.Todo mi cuerpo se pone rígido, siento que hasta la sangre se me ha congelado. Me aferro al espaldar de la silla con fuerza. Esto tiene que ser una puta mentira, un invento. Eso no puede ser verdad, ese hijo no puede ser mío porque entonces eso confirma que yo me metí con ella, no, eso no puede pasar.—¿Qué tipo de juego es ese? —gruño.—Si quiere puede ir al laboratorio y corroborar que los análisis son reales. La señorita se los hizo antes de que la arrestaran.—¿Y qué pretende? —exclamo molesto—, ¿Que juguemos a la familia?Él se incorpora y se encoge de hombros.—No lo sé señor, imagino que hacer que el papá sepa de la existencia del bebé.Lo escucho y parece una maldita pesadilla, se despide, pero lo ignoro y salgo primero. Ahora qué mierdas le digo a Paola, que yo también tendré un hijo con otra, no esto no puede ser. Me subo al auto y clavo la cabeza en el volante, cierro los ojos y respiro muchas veces, quiero despertar por favor. Esta pesadilla es ho