Dicen que después de la tormenta viene la calma, el problema es que a veces es difícil lograr que se despeje el cielo.El cielo se ilumina por los relámpagos, una tormenta amenaza con caer. Paola se sienta en la cama abrazando sus rodillas, cierra los ojos y tiembla cada que escucha un trueno, la puerta se abre de golpe y hace que ella se sobresalte. Raúl se recarga en el marco y la mira, hay algo diferente en su mirada, eso es lo que la aterra y hace que su respiración se pause.—¿Qué estás dispuesta a ofrecer para dejarte llamar a tu hijo? No pudiste hablar con él el día de su cumpleaños, pero tendrías esa posibilidad —suelta de repente.Paola se incorpora y se recarga en la pared. Hay algo en su manera de mirarla que le provoca angustia.—No tengo nada —Susurra ella—, todo me lo quitaste ya.Raúl avanza un paso, Paola siente que el corazón le sube hasta la garganta.—Sabes que sí tienes algo —la mira de pies a cabezas.Paola pasa saliva, trata de mostrarse tranquila, pero está ater
¡Estúpida tú!.Capítulo 64.Llegamos a la clínica, lo pongo sobre la camilla y grito desesperado que necesito ayuda. Por la puerta aparece un doctor y una enfermera que lo ingresan de inmediato, los sigo, pero no me dejan entrar. Veo con impotencia como desaparecen con mi hijo por el pasillo. Siento que el corazón se saldrá de mi pecho, me paso las manos por la cabeza y el cuello con exasperación, camino de un lado a otro, es que esa mirada de odio se me clavó en el pecho, me está matando. Me doblo sobre mí mismo para tratar de retomar aire y poder respirar, siento que me ahogo. Cierro los ojos y trato de recordar, pero es como si tuviera una puta laguna en mi cabeza, no puedo recordar cómo demonios pasó todo esto. En qué momento me metí con ella. Me halo el cabello y suelto un gruñido.—¡Señor!Me incorporo. Florencia me ofrece un café.»Esto le va a servir, tome. Lo tomo y le doy un sorbo, cuando pasa por mi garganta me quema y no es por lo caliente, es por todo lo que está pasan
Toma la manija de la puerta dispuesto a irse, soy más rápida y sin importar nada lo tomo del brazo, llorando le pregunto.—¿Qué pasó?Baja la mirada, lo suelto y retrocedo.—Al parecer encontró a su papá follando con Hannah y rodó por las escaleras.Siento un nudo en la garganta. Mi niño, él no merece esto.—Necesito verlo.Mis labios forman las palabras, entonces me hinco de rodillas, ya nada me importa, ya perdí todo, hasta la dignidad, lo único que quiero es ver a mi hijo.»Llévame con él por favor —le suplico.—Estás loca —trata de irse, pero lo tomo del brazo.—Haré lo que sea, pero déjame verlo aunque sea unos minutos, necesito saber que está bien y eso solo será si yo lo compruebo.Es verdad ya le había entregado mi vida al diablo, no tenía nada que perder, ya lo había perdido todo, no me importa nada, ni el precio que tenga que pagar.—Segura ¿Lo que quiera? —se pellizca el mentón, su mirada no me gusta, pero por mi hijo lo que sea. Asiento. Me rodea, respira cerca de mi cuel
¡Estúpida tú!Capítulo 65.Narra Katia.Busco un café para Estefanía, está muy ansiosa, me platica que no ha podido comunicarse con Paola y eso la preocupa demasiado, la única razón que tuvo de ella fue el mensaje de texto. Le digo que a mí también me envió un mensaje y tampoco he podido hablar con ella. Le doy un sorbo a mi café y pienso en silencio, no se lo comento porque no quiero preocuparla más, pero es extraño que Paola nos envíe a ambas el mismo mensaje, además Paola casi nunca me deja ese tipo de mensajes, es más ella no acostumbra a enviar mensajes de texto, siempre lo hace por WhatsApp. Veo a Álex caminando por toda la sala, me tiene mareada, Mateo está recargado en la pared, evito mirarlo porque aunque estoy muy molesta él sigue siendo mi punto débil y duele bastante esta situación que estamos atravesando. Yo no dejo de pensar que todo es demasiado extraño, lo que más me molesta es saber que Álex se metió con esa maldita, yo sabía, hay algo en esa mujer que no me gusta na
Narra Paola.Respiro profundo para tratar de controlar los latidos de mi corazón, pongo todo en una charola y lo llevo hasta el comedor que hay en el salón, Raúl ordena que sirva solo para nosotros dos, dejo todo en la mesa cuando escucho tras de mí.—¡Que rico huele! Me paralizo, no puedo evitar sentir esta fea sensación cada que percibo su cercanía, parece que todos mis sentidos se bloquean. Pasa por mi lado arrastra una silla y se sienta, hace un movimiento con su mano y me señala la silla que está frente a él para que me siente. Arrastro la silla y hago lo que pide, él empieza a comer, hace sonidos con su boca; dice que todo ha quedado delicioso. Miro el plato, pero no me provoca nada, no tengo hambre.—Come —me mira.Un par de lágrimas caen al plato.»Debo admitir que eres muy hermosa, con razón Juan estaba loco por ti. Ahora entiendo porque tu hermanastro también perdió la cabeza por tu causa, más después de probarte.Sonríe y sigue comiendo, paso saliva y trato de contener mis
Estúpida tú.Capítulo 66.Una semana después.Narrador omnisciente.Sergio llega a New York, toma aire luego de salir del aeropuerto. No esperaba regresar tan pronto, pero lo creía necesario. Toma un taxi para ir a casa de su madre, sabe que ella se llevará una gran sorpresa pues él no le avisó de su regreso. No teme encontrarse a Aníbal porque sabe que ya no vive en la misma casa, desde que todo salió a la luz la relación de sus padres se rompió, incluso ya habían empezado con los trámites del divorcio. Isabella no quería saber nada de Aníbal, lo que él hizo fue algo imperdonable. Al llegar a su casa la sorpresa de Isabella fue evidente, se lanza a sus brazos y lo abraza con fuerza, no esperaba tenerlo de regreso tan pronto, es más imaginó que él no iba a regresar. Se aleja y lo escanea con la mirada, el gesto de sorpresa no desaparece.—Hijo, no puedo creerlo, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no avisaste que venías? Sergio se acerca con una sonrisa de boca cerrada y besa su frente.—Q
¡Estúpida tú!Capítulo 67.Lo veo jugar y pienso; me estaba perdiendo de momentos como este. El niño se me acerca y me mira fijamente.—Tío.Se me hace un nudo en la garganta, que bonito se escucha esa palabra, el corazón se me acelera de una manera que nunca antes había sentido.»¿De verdad viste a mamá?Álex sigue ceñudo, pero no dice nada.—Por supuesto.—¿Y qué te dijo? —indaga con curiosidad.—Que te ama con todo su corazón y te extraña mucho.Sus ojos hermosos se cristalizan. Tomo sus pequeñas manitos entre las mías.»No te pongas triste, ya verás que pronto ella volverá, además —miro a Álex y luego vuelvo la mirada al niño—, ella me pidió que mientras ella estuviera lejos yo cuidara de los tesoros más valiosos de su vida.El niño ladea la cabeza y me mira. Mientras Álex aparta la mirada y se da la vuelta.—Nosotros —no lo pregunta, lo afirma.—Sí, ella me pidió que te cuidara hasta que ella pudiera regresar.—Extraño mucho a mamá, pero me siento feliz porque tengo un tío.Me ro
¡Estúpida tú!Capítulo 68.Mierda he dejado de respirar unos segundos, ¿Qué demonios está pasando? Dos lágrimas se me escapan ¿Qué hice? No me muevo porque nada en mí responde, ni siquiera puedo pensar con claridad. Inhalo y exhalo necesito centrarme. Me subo al coche, lo enciendo y acelero, necesito respuestas, pero tengo miedo y es la cosa más horrible que he sentido en toda mi vida.…Saludo a Rosa y le pregunto por el niño, me dice que lo han llevado a retirarle las suturas. No me queda más que esperar. Subo al que era su cuarto, abro la puerta, pero no soy capaz de cruzar el umbral, vuelvo a sacar el papel, es su letra, mi mente vuela a mil por hora, mi cuerpo se tensa, cierro los ojos y trato de recordar cada cosa. El día que le reclamé lo del beso, sus palabras, sus gestos… ¡Mierda! se supone que la conozco ¿Por qué no noté nada? Me paso las manos por el cuello y suelto aire por la boca. Ni siquiera me atrevo a pensar que algo malo está pasando porque no lo resistiría, no pued