¡Estúpida tú!Capítulo 57.—Parece que viste un fantasma —soltó una risita—, ¿no te da gusto verme después de tanto tiempo? Levanté la mirada haciendo conexión visual con él, su mirada era tan intensa que me provocaba pánico. Sentía que el corazón se salía de mi pecho, mis manos estaban heladas, me negaba a creerlo, pero efectivamente era él. Aunque había cambiado mucho, tenía tatuajes en su brazo izquierdo y su cuerpo estaba más musculoso, la barba cubría parte de su rostro y su mirada, esa mirada que me provocaba pánico. Ahora todo tenía sentido, por eso esa sensación de miedo, siempre fue él. Traté de moverme hacia la salida cuando escuché.»¿Por qué la prisa? Si apenas llegas.Empezó a caminar hacia mí, no podía moverme, las piernas no me respondían, escuchaba sus pasos hacer ecos en mi cabeza. Pasé saliva tratando de cortar el nudo que se formó en mi garganta, traté de respirar porque el aire se me hacía demasiado pesado. —Tú —Susurré—,¿Por qué?Mis ojos se cristalizaron. Se pel
¡Estúpida tú! Capítulo 58.—La diferencia es que yo los abandonaré porque los amo y quiero protegerlos, en cambio usted nunca quiso a su hijo, una madre no hace lo que usted está haciendo. —¡Ay, ajá! —rodó los ojos—, no vengas a darme clases de moral. ¿Crees que él se merece un poco de compasión? Ese engreído desgraciado que no le importó dejarme tirada ese día en aquella boutique, por esa razón tuve que ir a prisión dos años, por no pagar. ¿Por qué debería tener consideración con ese desconsiderado que dejó a su madre tirada?En medio de todo el plan que armó Raúl estuvo investigando todos estos años sobre ellas y se propuso localizar a las dos para hacerlas partícipes de su venganza. —Ya sabes lo que tienes que hacer, destruyes a tu familia perfecta y sales de esa casa —Raúl soltó una risita—, luego te vienes conmigo.Levanté la mirada.—¿Qué? —pregunté, mis labios temblaron.—El día indicado empacas tus cosas y te vienes conmigo. Yo estaré esperando cerca de tu casa. Recuer
¡Estúpida tú!Capítulo 59.Tenía que buscar la oportunidad perfecta para hablar con mini Álex, en la casa no podía, Hannah no se me despegaba, así que empecé a llevarlo a nuestro lugar favorito Central Park, la primera vez cuando estábamos por cruzar el umbral Hannah me preguntó.—¿Quiere que los acompañe?Respiré profundo, le pedí a mi niño que se adelantara y cuando salió le respondí de mala manera.—Dentro de poco tendré que irme, ¿Tampoco puedo llevarlo al parque? Soltó una risita, se acercó y susurró.—Pues sí, sé una buena madre para luego convertirte en la madre que lo abandonó. Cuando lo lleven al parque lo va a odiar al igual que a ti y todos estos recuerdos que estás creando. Incluso tal vez sea yo la que lo lleve próximamente.Soltó una risita, respiré profundo y contuve las ganas de arrancarle los ojos. Empecé a crear una rutina con él todos los días, o cuando podía, hasta que un día se me ocurrió algo, empezamos a caminar por Central Park y vimos el lago con botes, se me
¡Estúpida tú!Capítulo 60. Narra Álex.Llegamos al bar, lo primero que hice al entrar fue pedir una botella de vodka, Mateo trata de convencerme que no tome, pero yo necesito algo tan fuerte que pueda apagar este dolor que tengo aquí adentro. Tomo la primera copa, luego otra y otra.—¡Álex! —habla Mateo—, no deberías tomar.Toma la botella y yo solo lo miro, él deja la botella donde estaba. Cada palabra se reproduce en mi cabeza como una maldita película y esa puta imagen no se borra, cada trago que tomo me sabe más amargo, cierro los ojos y una lágrima se me escapa, entonces descubro que los recuerdos felices son demasiado dolorosos.Inicio de Flashback.—No eres la única —me recargué en la pared y la miré muy serio a los ojos, Inhalé y solté—, tú tienes poder sobre mí.Se quedó mirándome fijamente a los ojos.»Tú me haces sentir indefenso.—¿Por qué? —preguntó.—Porque eres la única persona que conozco que realmente podría hacerme daño. —¡Oh,Álex! Eso funciona en ambos sentidos,
¡Estúpida tú!Capítulo 61.Narra Paola.Llegamos al Bronx. Nos detenemos, Raúl saca una bolsa negra y me la pone en la cabeza. No me muevo, no pronuncio palabra alguna.—Es una sorpresa —suelta una carcajada—, yo también tengo un palacio para ti. El vehículo sigue su recorrido, no tengo noción del tiempo así que no sé cuántos minutos han pasado, solo sé que el auto se detiene y Raúl me sujeta del brazo para que me baje. Empezamos a caminar, es un poco difícil porque sigo con el rostro cubierto, tropiezo con algo, Raúl me hala del brazo para que apure mis pasos.—¿Lista para conocer tu nueva mansión? —Suelta una carcajada—, tu querido Álex construyó para ti una casa enorme de tres pisos, pero yo le gané.Nos detenemos me quita la capucha del rostro, sacudo la cabeza, parpadeo varias veces para que mi vista se aclare, levanto la mirada y veo un edificio abandonado, parece un hotel viejo y deteriorado de cinco pisos. Miro todo a mi alrededor y veo una antigua estación de ferrocarril.—
Llego a la clínica, pido información y la enfermera me indica donde está la habitación de Thomas. Hablo con el doctor y me platica lo mismo que me había comentado Sophia. Toco la puerta antes de abrirla, asomo la cabeza.—¿Se puede? —pregunto. —Señora Katia —saluda Thomas.Tiene el rostro lleno de hematomas y ni hablar de lo hinchado que está. El muñecote pega durísimo.—¿Cómo te sientes? —arrastro una silla y me siento. —Pues como puede ver, fatal. —Lamento mucho que hayas tenido que pasar por todo esto, Álex nunca había sido tan salvaje.—¡Salvaje es poco, más bien gilipollas! —exclama.—¿Qué fue lo que pasó con Paola? —Suelto la pregunta.—Pues qué quiere que le diga. Un caballero no tiene memoria —Se reacomoda—, pregúntele a ella. —Quisiera hacerlo, pero no he podido comunicarme con ella. No responde mis llamadas.—En algún momento se comunicará con usted, igual y solo quiere tiempo para pensar. —¿No piensas decirme nada, verdad? —suelto aire por la boca.—No soy quien par
¡Estúpida tú!Capítulo 62.Narra Paola.Todo está oscuro, escucho ruidos incluso siento cosas que se pasan por mis pies, golpeo la puerta con todas mis fuerzas, grito tan fuerte que siento como se me seca la garganta al punto de doler. Mis piernas no pueden sostenerme por más tiempo, siento como si no pudiera sostenerme del todo. Estoy aterrada, tengo miedo, el corazón me golpea el pecho tan fuerte que me corta la respiración.Pongo mis brazos alrededor de mi cuerpo abrazándome, me balanceo adelante, atrás, me arrullo con mis propios sollozos. Cierro los ojos y pienso en él, se me corta el aire mientras inconscientemente susurro su nombre «Álex» vuelvo atrás, el día de la excursión del colegio que caí al agua y por poco muero, en este momento siento esa misma sensación; cuando caí al agua y dejé de respirar. Recuerdo esa misma noche de tormenta cuando él se quedó conmigo,entonces me abrazo con más fuerza imaginando que era él. Intento gritar y golpear la puerta, pero nadie responde.
¡Estúpida tú!Capítulo 63.Narra Álex.¡Advertencia, capítulo con alto nivel de lloración! No apto para sensibles.Estoy sentado en el rincón de la celda cuando aparece un policía, me dice que ya me puedo ir, me incorporo y salgo. Me lleva hasta una pequeña oficina donde está mi abogado. Le pregunto si saldré bajo fianza y él me dice que no presentaron cargos a mi nombre, vaya ahora quiere que lo llame san Thomas.Salgo de ese horrible lugar con una advertencia de uno de los policías que me tengo que comportar, ruedo los ojos y lo ignoro. Mateo me espera afuera, le pido que me lleve a la empresa, tengo algo que hacer, él me mira y no dice nada.…Llego a la empresa con cara de querer matar al que se me atraviese. Mateo saluda y yo avanzo sin mirar a nadie, todos agachan la cabeza. Miro a Chloe y le ordeno.—¡Llama al abogado de familia, lo quiero en mi oficina en quince minutos!Ella mira a Mateo, él hace un movimiento de cabeza que indica; haz lo que pide. Sigo a mi oficina y él tra