¡Estúpida tú! Capítulo 39.Narrador omnisciente.¿Qué pasa cuándo te das cuenta que el mundo donde vives es una farsa? Llegan un montón de preguntas que no tienen repuestas, pasan tantas cosas por tu cabeza que no logras entender, un montón de explicaciones que no sirven de nada. Todo lo que creías tener resulta que es una mentira, tu mundo perfecto de la noche a la mañana deja de existir. Lo peor es cuando idolatras tanto a una persona, al punto de ser tu ejemplo a seguir, tu inspiración, tu ídolo, ese ídolo que tienes en un pedestal de cristal y de repente ese pedestal se rompe y tu ídolo se cae.Todo lo que tenías desaparece en cuestión de segundos, todo pasa a ser polvo. Así es como en cuestión de segundos todo se destruye a tus pies y no puedes hacer nada para remediarlo. Eso es lo que siente Sergio en este momento, ni siquiera sabe quién es él en realidad. Todo lo que vivió y todo lo que tiene se volvió cenizas.Sale de su casa a grandes zancadas, en su cabeza no tiene pensa
¡Estúpida tú!Capítulo 40.Me quedo peor, no sé qué hacer, siento tantas cosas al tiempo que no logro pensar con claridad. Es como cuando alguien te da su humilde opinión y luego de escupir su veneno te dice: pero tu verás, es tu decisión. Eso acaba de hacer Álex.Doy vueltas en el mismo punto, trato de organizar mis ideas. Yo no quiero nada con esa gente, a él no lo considero mi hermano, es más desde que me enteré que existía lo odié, lo desprecio. Entonces no debería importarme, no es mi problema.Me froto el cuello. Pero por más que lo odio tampoco le deseo la muerte. Esa señora, el dolor que se ve en sus ojos, al parecer no sabía nada de lo que hizo ese señor. Soy madre y no quisiera ver a mi hijo así. Empiezo a zapatear en el piso haciendo uno de mis dramas. Unas lágrimas se me escapan, me siento en un maldito callejón sin salida, no hallo qué hacer.Lo odio, sí, pero no le deseo la muerte, yo no soy un monstruo. Pero tampoco quiero involucrarme más. Entonces cómo demonios se s
¡Estúpida tú!Capítulo 41.—Solo te pido cinco minutos, solo eso —exclamo.Silencio, no escucho nada y eso me preocupa.»¿Podrías escucharme solo un minuto? —Trato de sonar calmada.No recibo respuesta, solo escucho gritos de la gente que está afuera y dicen: «Se va a lanzar»Trato de conservar la maldita calma, las manos me empezaron a temblar y no tengo mi polo a tierra. Tengo que pensar, pero no puedo.:—¡Sergio por favor! —le suplico.Vuelvo a escuchar pasos, el aire regresa a mi cuerpo.—Un minuto —escucho a través de la puerta.Es un avance. Inspiro profundamente, inhalo y exhalo. La manija se mueve, pongo mi mano en ella y le doy la vuelta cruzando el umbral. Levanto la mirada y está se me congela, el solo verlo es impresionante.Su cabello está desordenado, en sus ojos no hay brillo, se ven sin luz, aparte de las enormes ojeras que tiene. Su rostro no tiene ningún tipo de expresión, sus manos están cubiertas por unas vendas manchadas de sangre, hasta aquí puedo sentir el olor
¡Estúpida tú! Capítulo 42.Días después…Ese día llegamos a casa y mini Álex esperaba ansioso por obtener respuestas, lo conozco. Yo lo único que quería era descansar, cerrar los ojos y no pensar en nada, creo que fueron demasiadas cosas para un día. Álex le explicó que yo estaba muy cansada y me dolía la cabeza. Él como el niño hermoso que es, se subió a la cama y se acostó conmigo.Al día siguiente con más calma nos sentamos con él en la terraza, tratamos de explicarle de una manera que no sonara caótica, evitando ciertas cosas. El hecho es que lo entendió muy bien, siempre he dicho que ese niño parece un adulto encerrado en un pequeño cuerpo. Estaba feliz porque tenía un tío y de ser posible también quería compartir tiempo con él. Le expliqué que su tío debía hacer un viaje muy importante que no podía aplazar, pero que él le iba a cumplir la promesa que le hizo, de darle ese abrazo.También fue muy claro cuando dijo que aunque tenía otro abuelo, no quería saber nada de ese señor.
¡Estúpida tú!Capítulo 43.Aprieto sus manos con fuerza y lo miro a los ojos, en un pequeño hilo de voz casi inaudible susurro.—Dime que están bien…Me coloca las manos a ambos lados de la cabeza y me mira a los ojos.—Nena, tranquila, por suerte solo fue el susto y algunos golpes , pero nada grave. Los están llevando al hospital para revisarlos y descartar.—¿Qué fue lo que pasó? ¿Quién te avisó? —Empiezo a hacer una cantidad de preguntas al tiempo, me levanto—, tenemos que ir.Camino de un lado a otro buscando mi cartera y mi celular.»Quiero verlos con mis propios ojos y saber que están bien.Álex me hala de la mano haciéndome detener en un solo punto.—¡Nena!Lo miro, mi labio inferior empieza a temblar. Él sabe lo que pasa por mi cabeza.»Eso no volverá a pasar —dice mientras me rodea con sus brazos.—Me da miedo, yo quiero verlos —susurro con un nudo en la garganta.—Vamos a verlos nena, tranquila.Trago saliva intentando deshacer el nudo que forma mi garganta.—¿Quién te avis
¡Estúpida tú! Capítulo 44.Narra Katia. Termino de despedir a los últimos invitados, Sophia los acompaña hasta la puerta, al fin vuelve el silencio, miro el reloj son las 12:00 am. Busco a Paola con la mirada y no la encuentro, creo que bajo a la cocina. Tomo mi celular y le envío un mensaje a mi terroncito para avisarle como estuvo todo. Pongo cara de emoji con ojos de corazón cuando lo veo acostado en su cama sin camisa solo con un bóxers blanco, muerdo mi labio inferior y me lo como con la mirada.Platicamos unos minutos, me dice que regresan en horas de la mañana. Bajo a la primera planta a buscarla cuando escucho un grito, se me enchina la piel, es Paola. Salgo corriendo con dirección a la cocina, de allí proviene el grito, pongo la mano en la manija, pero la puerta está cerrada. Golpeo la puerta con desesperación y empiezo a llamarla, no recibo respuesta, solo siento un fuerte olor a gas. Me devuelvo corriendo y busco a Thomas, lo tomo del brazo y lo arrastro mientras llega
¡Estúpida tú!Capítulo 45.Subimos a mi oficina a esperar a Sophia, Álex quiere llegar al fondo de todo. Yo insisto que solo fue un accidente, pero él dice que quiere estar seguro. Álex permanece con su gesto serio, está sentado en mi silla con los brazos cruzados y su cara de gruñón. Camino alrededor de mi escritorio y me siento.—Eres un gruñón —susurro.—Contigo hablo después, te encanta llevarme la contraria — masculla.—Estoy enfermita —hago un puchero.Álex rueda los ojos y yo sonrío, el sonido de la puerta nos interrumpe.—Adelante —responde Álex.Sophia cruza el umbral y trae una carpeta en sus manos, Mateo y Katia la siguen.—Aquí está el nombre de la persona que hizo el reemplazo —deja la carpeta sobre el escritorio.Álex lo recibe, abre la carpeta y empieza a revisar.—¿Ya había trabajado antes aquí? —indaga.—No señor, es la primera vez que hace un reemplazo —responde ella.—¿Hay manera de contactarla? —indaga Mateo.—Sí, de hecho mañana pasa por sus honorarios.—Perfecto
¡Estúpida tú!Capítulo 46.Me dejo caer en la silla y me paso las manos por el cabello.—¿Dime que estás bromeando? muchas veces le has servido de tapadera.—Señora se lo juro por Dios que no es una broma, después del almuerzo el señor empezó a sentirse muy mal…La interrumpo.—¿Qué síntomas dices que tenía? —pregunto preocupada.—Dijo que no podía respirar bien, sentía como si su garganta se hubiera cerrado, no era capaz ni de pasar saliva, luego en cuestión de minutos se le empezaron a hinchar los párpados, la cara, los labios y la lengua. Empezó a rascarse todo el cuerpo porque le picaba, el señor Mateo me dijo que llamara la ambulancia y ya se lo llevaron, estaba inconsciente.Quiero negarme a creerlo.—¿Por qué Mateo no me llamó? —vuelvo a preguntar.—Todo pasó tan rápido que ni tiempo le dio, él estaba muy angustiado y me pidió que le avisara a usted.—Mira Chloe, te juro que si es una maldita broma tu cabeza va a rodar por todos los pasillos de la empresa —exclamo, empiezo a a