¡Estúpida tú!Capítulo 23.Narra Álex.Tengo que salir de este lugar antes de cometer una locura, inhalo y exhalo tratando que el aire me purifique, trato de pensar con claridad, pero es muy difícil.Katia suelta aire por su boca, me mira con los ojos llenos de agua.—¡Álex, todo tiene que tener una explicación! Tenemos que escucharla, Paola no me haría algo así —hizo una pequeña pausa—, Mateo no te haría eso.Katia pasa saliva tratando de deshacer el nudo que se forma en su garganta.—¡Espero que todo esto tenga una puta explicación coherente! si no le romperé todos los putos huesos a Mateo.Katia se pasa las manos por el pelo y respira profundo.—¡Vamos Álex, los conocemos de toda la vida, ellos jamás nos fallarían!La miro fijamente y respondo sin expresión alguna.—También quiero creer eso.Levanto la mirada y veo a Mateo, está descalzo, con una toalla en torno a su cintura en medio de la calle.—¡Álex, Katia! —exclama—, tienen que escuchar, por Dios, ustedes me conocen, Álex —me
¡Estúpida tú!Capítulo 24.Decido irme a casa, empiezo a recoger mis cosas.—¡Yo me voy contigo! —habla Katia mientras recoge sus cosas.Me detengo en la puerta y espero. Nos despedimos de Sophia, como siempre ella queda a cargo. Salimos del restaurante.—Vamos por Matt y luego nos vamos a tu casa —comenta Katia mientras busca las llaves de su auto—, así no te quedas solita. Por inercia giro la cabeza y levanto la mirada, entre un número determinado de personas creo ver algo, mejor dicho a alguien observándome, esta vez no sentí esa fea sensación.—¡Paola! —exclama Katia—, ¿qué te pasa, me estás escuchando?La tomo del brazo, Katia me mira con un gesto de confusión.—¿Ves ese camión de allá? —señalo con la mirada.Ella me mira y asiente.»Creo que ahí hay una persona mirándome.Ella abre sus ojos y levanta la mirada.—¿Hombre o mujer? —susurra.—No lo sé, no se ve bien.Katia mira a todos lados cerciorándose que no venga ningún auto y entonces sin esperarlo cruza la calle y empieza
¡Estúpida tú!Capítulo 25.—Hola cariño —saludo. —Nena, ¿cómo va todo?Álex frunce el ceño y hace una mueca de asco.»¿ Y esas flores? Están horribles.Katia y yo cruzamos miradas.—Tampoco están tan feas —comenta Katia.—Feas, eso es poco, son asquerosas. Que pésimo gusto tiene la persona que te envió eso, espero no haya sido Mateo.Katia me mira, se despide de Álex y se posiciona frente a mí de manera que Álex no puede verla, susurra tan bajo, pero aún así puedo leer lo que dice. —Si supiera que no tiene tan mal gusto ya que intentan conquistar a su mocosa.Suelta una risita, yo solo frunzo el ceño.—¡Nena!Vuelvo a mirar la pantalla. Trato de sonreír, pero me sale una sonrisa demasiado falsa, tipo así como cuando tratas de tomarle una foto a tu hijo y le dices que sonría, ellos sonríen de tal manera que parece que los estuvieran obligando. Álex me sigue mirando con el ceño fruncido, como si sospechara algo, me conoce demasiado bien. Cierro la puerta y me siento en mi silla, resp
¡Estúpida tú!Capítulo 26Lo miro con el ceño fruncido. En ese momento se escucha el sonido del elevador al abrirse interrumpiendo lo que sea que pensaba decir el tipo ese. Cuando la puerta se abre aparece Álex, trae las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, su gesto serio, tipo gruñón al máximo, si las miradas mataran Álex lo hubiera fusilado en ese instante. Da un paso adelante y sale del elevador, me le acerco pasando mi mano por su espalda, él hace lo mismo, respiro aliviada.—¡Alexander! —habla Álex—. ¿Qué lo trae por aquí?Alexander lo mira fijamente a los ojos. Esas miradas de estos dos no me gustan para nada.—Solo pasaba por aquí a saludar y ver como va todo antes de irme —responde él como si nada. Álex marca el número 12, apenas la puerta se abre da un paso a un lado y le señala con un movimiento de su mano derecha.—Adelante, puedes subir, Mateo te mostrara lo que quieras —dice Álex sin alejar su mirada amenazante de él.»Yo debo atender asuntos más importantes.
¡Estúpida tú!Capítulo 27.Estoy hablando con Mateo cuando mi celular empieza a sonar, miro la pantalla y me aparece el nombre de la maestra de mi hijo, siento una sensación extraña, nunca me llama a esta hora, a no ser que necesite algo, no dudo en responder…—¡Hola! —Señora Paola, la llamo para informarle que nos estamos llevando a Álex para urgencias.El corazón se me detiene, en ese momento aparece Álex que trae una sonrisa, pero desaparece al ver la expresión de mi rostro.—¿Qué fue lo que pasó? —pregunto alterada. —Se puso mal después del almuerzo, empezó con dificultad para respirar.—Ya vamos para allá.No pregunto nada más solo cuelgo. Mi corazón se quiere salir de mi pecho, Álex me mira preocupado a la espera de una respuesta, solo le digo que el niño se lo llevan para urgencias. Mateo nos acompaña, él es quien maneja, en el camino le cuento a Álex lo que me dijo la maestra, no entiendo qué pasó, esta mañana estaba bien. La maestra me envía un mensaje con la ubicación
¡Estúpida tú!Capítulo 28.Un especial de año nuevo con nuestra pareja favorita. Antes de… bueno antes que empiece el nuevo año.Hoy salimos todos a patinar, no se imaginan lo mucho que se han reído, digo se han, porque perdí el control de mis patines terminando en el suelo, me duele todo lo que se llama trasero. Ahora estoy sentada haciendo uno de mis dramas, ¿cómo es posible que mamá en vez de defenderme se burle de mí? la traición. Estoy cruzada de brazos con el ceño fruncido mientras todos se burlan de mí. Álex trata de acercarse, yo solo volteo la cara, estoy indignada.Pero él ignora todo, me toma de la cintura cargándome en brazos, empiezo a gritar como una loca, no quiero terminar otra vez en el suelo.—¡Álex, bájame! —golpeo su espalda.Él hace caso omiso a lo que digo y sigue patinando, da una vuelta doble y yo más grito. Lo hace con toda la intención de asustarme. Todos sueltan carcajadas mientras yo hago un drama.—¡Que me bajes de una maldita vez! —grito otra vez.Escu
¡Estúpida tú!Capítulo 29.Hoy estoy haciendo mis dramas como es habitual, drama nivel Dios, Álex literal me saca a rrastras de la cama para hacer nuestra rutina de ejercicios en el gimnasio de casa, yo quería seguir calentita, pero ni modo.Reconozco que me encanta verlo con sus pesas, el sudor recorrer su perfecto abdomen, pero aún así sigo enojada. Él solo niega y sonríe de esa manera que derrite cualquier glaciar, me derrite por completo.—¿Seguirás así? —pregunta. Sigo en la caminadora y lo ignoro por completo.»Hay que empezar el año con toda la actitud ¿sabías eso?Se posiciona frente a mí. Mis ojos se clavan en los suyos, todo mi cuerpo cobra vida propia cuando él me mira de la manera en la que lo hace.—Eres una mocosa tan caprichosa y grosera —lo dice sonriendo.Hago un puchero.—Sabes que me gusta sudar, pero no así —muerdo mi labio inferior, él sigue cada movimiento con la mirada.Sonríe.—Haberlo dicho antes —enarca una ceja con malicia—, ¿te invito a hacer sentadillas?
¡Estúpida tú!Capítulo 30.Mi conciencia regresa a mi cuerpo cuando siento unos brazos rodearme por la espalda y un aliento tan caliente y suave en mi cuello.—Nena ¿Tú qué quieres hacer? —me pregunta Álex—, ¿quieres enfrentar esto de una vez o dejar las cosas así? Suelto aire por mi boca.—Lo mejor sería enfrentar las cosas de una vez, a fin de cuentas, con esto nada cambiaría.»Solo le aclararía algo que ese tipo ya sabe de sobra, que estoy felizmente casada, enamorada de dos gruñones hermosos. Lo único que cambiaría es que el tipo ya dejaría de ser un misterio porque al fin sabremos quién es y listo, problema solucionado.Álex me mira fijamente.—Y si no entiende por las buenas te lo dejo a ti mi gruñón —giro sobre mi propio eje quedando frente a él—, estoy segura que tú le harás entender.—De eso no tengas la menor duda —me mira—, ¿estás segura? Sé porque lo pregunta, él sabe que en el fondo tengo mis dudas y algunos temores, pero yo solo quiero salir de esta situación tan mole