Capítulo 164
En cuanto a este problema, no podía darle una respuesta.

Después de todo, recordaba que esa muchacha ya se casó.

Volví a arrancar el coche. Curveando los labios en una leve sonrisa, le respondí:

—Espero que puedas.

—Gracias.

Asintió con gusto.

Lo llevó a la entrada de su edificio, y dudé en hablar.

—Tus heridas...

—No hagas caso a lo que te dijo Alba.

Él extendió la mano para tomar los medicamentos y me consoló:

—Izan está en mi casa, que él se encargue de atenderlas.

—Está bien.

Me sentí algo aliviada.

No era que no quisiera ayudarlo con sus heridas, pero al ser en su espalda, inevitablemente, tendría que quitarse la camisa...

Considerando mi posición, quizás no sería un movimiento apropiado.

Él probablemente también se sentiría incómodo.

Cuando estaba a punto de devolverle las llaves del auto, de pronto me miró y me preguntó:

—¿Te asusté hoy?

Apreté con suavidad la palma de mi mano. Para ser honesta, era cierto que me asusté cuando vi a Marina golpearlo de esa manera.

Después de tod
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