Capítulo ciento dos: Una visita esclarecedora "Narra Sofía Galanis"Un poco más tarde, casi entrada en la noche, vino a hacerme la visita Sabrina Caruso, la esposa del amigo de mi marido.—No tienes buen aspecto —me dijo después de saludarme—. Parece como si no hubieras parado de llorar. Apolo no llora, pero está de un humor de perros y todo aquel que puede se mantiene apartado de él.—¿Dónde está?—Con mi marido, trabajando. A la señora Cassia se le ocurrió decir que elustedes fue un error y Apolo le gritó por primera vez en su vida. Ezio trató de defenderla y él estuvo a punto de pegarle a su propio padre. Así que, si tú no eres feliz, Sofía, trata de recordar que no eres la única. ¡Normalmente no tenemos combates de boxeo cuando nos reunimos!—No es mi culpa que esto no haya funcionado.—¿Puedo sentarme, o ahora soy del enemigo?Me ruboricé.—Por supuesto que te puedes sentar. ¿Quieres tomar algo?—No, gracias. Solo dame cinco minutos de tu tiempo. Apolo no sabe que estoy aquí y,
Capítulo ciento tres: Zorra Asesina"Narra Sofía Galanis"La limusina me llevó hasta el restaurante.Alguien del personal me condujo a un salón tan elegante y fríamente decorado como el resto del lugar. —Sofia...Me volví y vi que mi marido estaba en la puerta con un enorme ramo de flores, observándome. El corazón se me aceleró.—Solo tengo que decirte unas cuantas cosas —añadió él al tiempo que me entregaba las flores.—Entonces es mejor que me espere la limusina.Él me condujo entonces a una habitación más reservada, a pesar de que en el restaurante no había más ningún cliente. Tal parecía que Apolo lo había reservado completo.—Lo primero que quiero que sepas es que he renunciado a los hoteles de los Gyros. No voy a hacer trato alguno con ellos, sea cuál sea el costo.Su declaración me dejó pasmada y sin nada coherente en la mente que decir.—Pero… —tartamudeé completamente confundida—. ¡Tú querías esos hoteles! ¡Viniste a Grecia solo por ellos!—Te equivocas, querida esposa —repli
Capítulo ciento cuatro: Lo único a mi favor "Narra Sofía Galanis"Me le tiré encima a la zorra, la agarré por su pelo rubio oxigenado y tiré de él. Varios trataron de detenerme y solo mi marido pudo separarme de ella. Pude ver en mis manos que me llevaba hebras de cabello entre los dedos mientras la loca gritaba histérica.—¡Sofía, cálmate! —Apolo me tomó de las mejillas mientras me acariciaba los mechones de pelo que me caían sobre la cara—. Por favor, tienes que calmarte. Puedes hacerle daño a la bebé—¡Quiso matarla! —exclamé y las lágrimas comenzaron a salir de un momento a otro—. ¡A nuestra hija!—Lo sé —me abrazó mientras yo lloraba a mares. Simplemente no podía controlar el llanto—. Lo sé. Ya no podrá tocarte jamás, lo prometo. Lo siento de verdad, Ciro, pero tuve que entregarle la evidencia a la policía. No podía dejar ese crimen impune… aunque me odies.—No te odio, hijo —alcancé a escuchar al señor Paladios en medio de mis sollozos. Yo me sentía como cansada, como que no er
Capítulo ciento cinco: Pequeña diosa griega y visita no grata"Narra Apolo Galanis"Tomé una manta de una de las habitaciones y dirigí a mi esposa hacia el jardín donde se encuentra una hamaca. Nos acostamos, miramos las estrellas y nos contamos momentos al azar importantes de nuestra vida.—¿Alguna vez imaginaste casarte y tener una familia con la mujer que creías que te había drogado para que te acostaras con ella? —me preguntó y la verdad es que no.Nunca me imaginé que ese día me encontraría con esta hermosa mujer y que más tarde esa mujer se convertiría en mi principal motivo para vivir. Porque sí necesito a Sofía. Sin sus locuras y sus comentarios sarcásticos mi día es frío y amargado como yo. Antes vivía conforme con eso, pero ahora que descubrí su mundo lleno de color, no quiero más el sombrío en el que vivía. Quiero que su luz siempre aleje mi oscuridad. Desde que ella llegó todo cambió. Yo era arrogante, petulante, incluso conflictivo y ella fue cambiando sin darse cuenta to
Capítulo ciento seis: Dolor por partida doble "Narra Sofía Galanis"No podía creer que después de cinco meses fuera capaz de pararse delante de mí. No sabía qué quería, pero tampoco me interesaba. No tenía nada de qué hablar con él. —¿Qué haces aquí? —decidí preguntarle para salir de esto lo más rápido posible.—Vine a verte, Sofía. Hace mucho que no nos veíamos y no me gustó cómo quedaron las cosas entre nosotros —dice con una voz melosa y no le creo una palabra.—¿Y has esperado cinco meses para decidir eso y venir a verme, cuando vivimos en la misma ciudad? —pregunté con un evidente tono sarcástico en la voz. Tal vez el desdén en mis palabras servían para ocultar el dolor que me causaba comprobar una vez más que nadie de mi familia valía la pena.—Yo… te echo de menos —mis defensas se quebraron con esa simple frase. Cerré los ojos mientras me regañaba por lo tonta que era al dejar que él llegara hasta mí y consiguiera afectarme—. Y te necesito, hija. Estoy metido en un lío finan
Capítulo ciento siete: Nadie como yo "Narra Sofía Galanis*Sus deditos se pegan a mi piel en tanto su pequeña boca succiona con avidez y yo no puedo hacer otra cosa sino contemplarla embobada. Es tan hermosa, tan... perfecta. —Lo es —escucho la voz de mi esposo y entonces, me doy cuenta de que he pensado en voz alta—. Es hermosa y perfecta... como tú. Apolo se acerca a besar su cabecita y luego mis labios, para más tarde continuar observándola juntos. Así llevamos horas y creo que lo estaremos por otras más. Nuestros ojos simplemente no pueden apartarse de ella, de ser maravilloso que hemos creado juntos. —Me cuesta creer que un ser tan puro y precioso haya venido de mí —declaro conmovida con unas silenciosas lágrimas asomando mis mejillas de manera repentina—. Es... es... —Increíble —culmina la frase por mí, aunque presiento que esa palabra se queda corta para describir el montón de sensaciones que me corroen—. A mí también me lo parece. Hemos hecho magia juntos, querida esposa.
Capítulo ciento ocho: Unidos por el Destino "Narra Sofía Galanis"Por muchas veces que le escuche confesarme su amor, aún me sigue sorprendiendo como el primer día. Me cuesta crees que después de darme tantas veces contra la pared, haya encontrado la felicidad con el desconocido con el que me vi involucrada por culpa de mi despreciable hermana. Mi vida era un completo desastre... hasta que llegó él para ordenar las piezas paso por paso. Por supuesto, para llegar ahí primero tuvo que poner mi mundo de cabeza. »Tú y yo estamos unidos por el destino, Sofía Galanis —una mano se posa sobre mi clavícula, palpa, acaricia y comienza a bajar con una tortuosa lentitud hasta detenerse en la unión de mis pechos. Allí, extiende sus dedos en toda su amplitud para abarcar la mayor cantidad de terreno posible—. Después de haberme conocido, no encontrarás a nadie que te perturbe con su simple presencia. Atrapa la cima de uno y masajea a su antojo y mientras que la otra mano sostiene mi peso, su bo
Capítulo ciento nueve: Alguien me está siguiendo“Narra Sofia Galanis”Siento un recorrido de besos en mi piel y sonrío aún somnolienta. Me estiro antes de dar una vuelta en la cama para quedar boca arriba, con el cuerpo de mi esposo encima. —Buenos días, querida esposa —dice antes de tomar mi boca con el hambre matutino activo.Mis manos recorren su espalda desnuda en tanto su entrepierna dura como una roca roza la mía anhelante. Ni siquiera he despertado del todo y ya le deseo.Desde que conocí a Apolo Galanis muchas cosas en mi vida cambiaron y terminé descubriendo una Sofia que no tenía idea de que habitaba en mí. Hoy soy más madura, decidida, segura de mí misma, una excelente madre y sí, también soy una depredadora sexual hambrienta de mi marido.No quiero juegos preliminares, esta mañana me encuentro lo suficiente desesperada como para ser torturada con sus lentas caricias. La cuarentena oficialmente ha llegado a su fin y a mí me apetece algo rápido y potente y se lo demuestro