Las leo.
CAPÍTULO 48 Cuando Jonathan regreso a casa, no imagino conseguirse con su esposa en la sala y una maleta junto a ella. ―¿Qué… que es todo esto? ―él se acercó en pocos pasos y Aurora simplemente se alejó de él. ―Jonathan… ―No. ―negó ligeramente ―No. No. No. ¡No! ―pronto comprendió de que se trata
Luego de una larga charla con la señora Michaels, se fue con Noah, se quedarían provisionalmente en otro departamento, aún tenía dinero del que Jonathan le había dado la primera vez y también sus tarjetas, pero no las usaría, eso solo le serviría para que pudiera encontrarla. ―Aurora, ¿no te irás d
CAPÍTULO 49 ―¿Tienes lo que te pedí? ―Hande se levantó de la cama envuelta en una sábana. Sircan abrió su billetera y saco la identificación, luego se las entrego. ―¿Qué es lo que piensas hacer? ―¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones? El hombre se echó a reír y chasqueo la lengua. ―No ha
―Ella no está con él. ―¿Y crees que va a ser así por mucho tiempo? Pronto, Jonathan irá por ella, y van a ser felices, algo que tú jamás podrás ser. Tienes muchas cargas sobre tu espalda, hermosa Hande. Y tarde o temprano, esas cargas terminarán por derrumbarte. Su sangre hirvió dentro de sus vena
CAPÍTULO 50 Cuando Aurora llegó nuevamente a la mansión, se le caía la cara de vergüenza y también estaba un poco enojada. Sin embargo, el pequeño Noah, estaba extasiado, mirando todo su alrededor con una gran sonrisa. ―Aurora, ¡esto es mejor que nuestro departamento! Ella sonrió y acarició la ca
Aurora, todo lo que podía ver eran estrellas. Jonathan era su dueño, la poseía, tenía que aceptar que le pertenecía. Podía huir las veces que quisiera y siempre volvería aquí. Ella lo sabía. Con la boca en su pecho y su polla atormentándola, la combinación de sensaciones era demasiado intensa y la
CAPÍTULO 51 Al día siguiente, Jonathan se reunió temprano con el grupo de abogados de la empresa, incluso el mismo participaría. ―¡¿Me estás diciendo que en uno de nuestros barcos encontraron mujeres que iban a ser vendidas como esclavas sexuales?! ―Sí, señor. ―informo uno de los abogados. ―Las
Cuando llego a casa había alguien esperándolo. En sala principal, estaba su madre, su esposa, su hermano y dos hombres y una mujer. ―Hijo, al fin llegas. ―Renata se puso de pie, Jonathan beso a su madre en la mejilla y luego camino hacia Aurora y la beso en los labios. Esto no paso desapercibido