Suspiro y siguió caminando por el mercado principal, afortunadamente había traído algo de dinero, compraría algunos ingredientes y cocinaría algo delicioso para su marido. Estaba a punto de pagar, cuando alguien la llamo. ―¡Aurora! Se dio la vuelta solo para ver a Hande caminar hacia ella. ―Pens
CAPÍTULO 24 En la empresa, Jonathan tenía una fuerte discusión con el resto de los socios. ―Jonathan, no hay nada que podamos hacer, Hande es miembro de esta compañía y si es su deseo estar en las negociaciones con Mediterranean, tienes que aceptarlo. Él torció los labios en claro gesto de desagr
No obstante, Aurora seguía sin sonreír, quería preguntarle si aún amaba a Hande, si todo lo que le había dicho era verdad, pero no fue capaz. Él se acercó a ella por detrás y rodeo su cintura. ―Yo también quiero pasar tiempo con mi mujer, mostrarle lo hermoso que puede ser el mundo y hacerle el amo
―Señora, King. ―le dio una sonrisa fingida ―Creí haberle dicho que no estamos en la edad de piedra, sin embargo, lo tomaré como que está preocupada por mí. Lo cual me emociona, ya que eso significa que me reconoce como de la familia. Renata apretó los labios, iba a decir algo, pero Aurora continuo.
CAPÍTULO 25 ―¡Lucas! ―Jonathan salió como un demonio de la casa a enfrentarlo, y tras él, Aurora corría tratando de evitar una desgracia. Por su parte, Lucas estaba borracho con una botella en su mano y una sonrisa burlona en los labios. ―Mi buen amigo, Jonathan. ¡Mi hermano! ―balbuceo en tono bu
―Bien, es obvio que no quieres hablarlo conmigo ―Jonathan apretó los labios y evadió su mirada ―¿Tienes amigos? ¿Alguien a quien quisieras como un hermano? Así podrías hablar y desahogarte, dejar salir… ―Déjame solo. ―finalmente, la miro, pero en sus ojos no había dulzura y ella se sorprendió por s
Toco la puerta suavemente y la abrió cuando escucho el ‘entra’ de su marido. ―¿Querías verme? ―Sí, toma asiento, por favor. Aurora se sentó frente y lo miro en silencio. Jonathan rodeó el escritorio y se agachó delante de ella, para después agarra sus manos. ―Quiero disculparme por lo de anoche.
CAPÍTULO 26 Hande arrastraba su maleta al auto, cuando su madre la siguió confundida. ―Hija, ¿A dónde vas? Ella rodó los ojos y se giró con una expresión fastidiada. ―A Miami, madre. ¿Quieres que te traiga algo? ―Pero… ¿A qué? ¿Qué vas a hacer a Miami? Hande resoplo, lo que más odiaba de su m