Ja,ja,ja, yo y mi cabeza loca. Subi este en la historia de Salvatore, toca informar a la editora.
CAPÍTULO 13 Renata vio la expresión de Aurora y entrecerró los ojos, miro a la empleada y le ordeno que la dejara pasar. ―Dile que pase, nos encantaría conocer las amistades de la esposa de mi hijo. Obviamente, estaba siendo sarcástica, en cuanto a Hande y su familia, se miraron unos a otros y Si
Claudia se inclinó para agarrar su bolso y miro a su amiga. ―Te esperaré afuera. Aurora asintió y espero que se cerrara la puerta y se apresuró a explicarle a Jonathan. ―Bueno, se molestó porque no le dije que nos casamos. ―sonrió sin sonreír ―Creo que dejaremos para después el desayuno, voy a tr
Se acuclilló y dejo salir todo su dolor y frustración. Trato de calmarse y busco su teléfono para llamar al abogado. ―Abogado, habla Aurora. Recién me voy enterando de lo de Daniel, me preguntaba, será que puede conseguir que me llame urgente. Me gustaría hablar con él. El abogado estuvo de acuerd
CAPÍTULO 14 Jonathan se encerró en el despacho de su casa y se sentó en el escritorio que había sido de su padre. Reflexiono la amenaza de su madre, y sabía que ella era capaz de cumplirla, y él no iba a permitir que su primo gobernara lo que por derecho le correspondía. También, estaba la situació
―Bueno, ya que te interesa, te lo diré. Cambie de novia porque… ―Jonathan, ya estás aquí ―Renata apareció justo a tiempo, se acercó a la pareja y los saludo ― Cristal, Byron, es un placer verlos. Luego se giró para darle una mirada de reproche a su hijo. ―Cariño, no creo que sea el momento para t
Aurora se quedó pasmada, su cara estaba toda mojada y su vestido también. Miro a la chica frente a ella y finalmente la rabia exploto de repente. Sin importarle si hacía un escándalo y aparecía en los tabloides, se abalanzó sobre ella y la agarro del cabello. ―¡Ah! ―Ámbar que, tomada por sorpresa,
CAPÍTULO 15 Cuando Hande llego, Renata la puso al tanto de lo sucedido, respiro aliviada de no haber estado allí cuando Ámbar hizo el espectáculo o de lo contrario correría el riego de que Jonathan le echara de cabeza ante toda la sociedad de Seattle. Sin embargo, todavía tenía que encontrar la ma
―¿El que, cariño? ―Él trató de abusar de mí ― ella lloró ―me siguió hasta el cuarto y cuando fui a cerrar la puerta, metió el pie y cerro la puerta tras él, yo lo enfrenté, pero no pude, sin embargo, luche, Jonathan, luche con todas mis fuerzas. ―ahora el llanto era más desconsolado ―Y no sé si fue