Alexander se echó a reír con burla. —¿Me amas? ¿Por qué me amas, me separas de la mujer de mi vida? Yo solo veo obsesión nada más. Si me hubieras amado, no te… —¡Sí! Ya sé lo que dirás, no hubiera elegido dejarte por mi carrera. Pero ¿y tú? ¿Tampoco fuiste egoísta? Si me hubieras amado, ¿por qué n
En el restaurante ambos se miraban sin saber qué decir. Ashley miraba a su alrededor tratando de evitar la mirada de penetrante de Alexander. Era como si quisiera imprimirla en su memoria. «¿Para no olvidarla tal vez?» ―¿Y qué hiciste en todo este tiempo? ―él rompió el silencio entre ellos. ―¿Est
―Tenía la impresión de que planeabas recuperarme. ¿Cambiaste de opinión? No tenía idea de por qué le estaba diciendo eso. Era como si la idea de que se hubiera dado por vencido, le molestara. ¿Puede que quiera verlo luchar por ella? Además, ¿no dijo que vendría con otra persona? «¡Maldito mentiros
Capitulo 67 Después de la cena, Alexander llevo a Ashley a su casa, a pesar de su negativa. En realidad, ella no había dicho ni si, ni no. Simplemente, guardo silencio, para Alexander esto fue como una aprobación. Una vez que llegaron a la entrada del edificio, ella se despidió de él tranquilament
―¿Hola? ―Ash… ¿Todavía estás en el trabajo? ―Era Rosa, la había llamado para invitarla a cenar. ―Sí. Todavía faltan algunos detalles, y el concurso está próximo. No te preocupes, no me molesta trabajar horas extras. ―Si claro, pero, no te exijas demasiado. Llamaba para invitarte a cenar, pero con
Capitulo 68 Alexander se estacionó frente al edificio. Ashley abrió rápidamente la puerta, sin embargo, dudo un segundo y finalmente dijo. ―¿Quieres cenar? Sus palabras sorprendieron a Alexander, lo que menos imagino hoy es que ella lo invitara a subir a su departamento, acepto sin dudar. El dep
Capitulo 69 ASHLEY. Mi corazón ha estado aprisionado desde que me entere del apuñalamiento de Alexander. De solo pensar que este herido, es como si yo misma estuviera sangrando. La única razón por la que me mantengo calmada es porque primero quiero verlo, después ajustaré cuenta con la perra. É
―¿Acabas de… decir que me amas? ―Nunca deje de hacerlo, Alexander. Te soñé cada noche de durante estos años, añore tus abrazos, despertar a tu lado y me odie, por quizás no haber luchado. ―No… ―me abrazo ―Tú no tienes la culpa de nada, ¿de acuerdo? El tonto fui yo, me dejé engañar por… por esa muj